¿Le cobrará la SCT rutas y slots de Mexicana a Volaris, Interjet y Aeroméxico?
- Más allá de su omisión y negligencia que llevó a la quiebra a Mexicana, la discrecionalidad de la SCT significó un gran retroceso para la industria.
Darío Celis
A un año de que concluya la administración de Felipe Calderón, uno de los tantos sectores que resultaron golpeados y que retratan de cuerpo completo el desaseo de las autoridades reguladoras, es el de la aviación.
Más allá de su omisión y negligencia que llevó a la quiebra a Mexicana, la discrecionalidad con que se han conducido los funcionarios de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) significó un gran retroceso para toda la industria.
México fue degradadoo a Categoría 2 por Estados Unidos, lo que derivó en un grave golpe para la industria de la aviación nacional, cuyos mayores estragos se resintieron en una pérdida de flujos turísticos de aquel país que tuvieron que ser mitigados con una diversificación de mercados.
Fracasó el Sistema Aeroportuario Metropolitano como mecanismo para descongestionar el actual Aeropuerto de la Ciudad de México, terminal que hoy día vuelve a llegar a los límites de operación con el consabido riesgo para los viajeros. Pero no es sólo el hecho de desestimar a los aeropuertos de Querétaro, Cuernavaca, Puebla y Toluca, que en sí mismo conlleva el desprecio de inversiones en infraestructura, sino que instituye el desorden, fomenta la competencia desleal e invitan a infringir la ley. Eso sucedió cuando Interjet, de Miguel Alemán, en un acuerdo entre privados, acordó “comprar” a Raúl Aréchiga los slots y mostradores que en la terminal de la Ciudad de México tenía la desaparecida Aerocalifornia. La SCT se hizo de la vista gorda.
La misma historia volvió a repetirse, aunque con un procedimiento diferente, en el caso de Volaris, de Pedro Aspe, y VivaAerobus, de Roberto Alcántara, que permitieron su arribo a este mismo aeropuerto que mal dirige Héctor Velázquez.
No contentos con la feria de yerros, los muchachos de Dionisio Pérez-Jácome la vuelven a aplicar para el caso de los dos únicos activos de valor que aún le quedan a la malograda Mexicana: los slots y sus rutas. La interrogante es si las regalarán o cobrarán por ellos. Y es que mientras a unos (Volaris) les costó su dinerito asentarse en el DF, a otros (Interjet) bastó un arreglo entre particulares. El punto tiene que ver con el derrotero de los activos de Mexicana que por funcionarios de la SCT se dieron “gratuita y temporalmente” a terceros.
Hay que recordar que argumentando un tema de conectividad el titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos, Gerardo Sánchez Henkel, y el director de Aeronáutica Civil, Héctor González Weeks, presionaron al juez del Concurso Mercantil para Mexicana soltara slots y rutas. Los beneficiarios volvieron a ser Interjet, que dirige José Luis Garza, Volaris, que lleva Enrique Beltranena y Aeroméxico que preside José Luis Barraza. El que se hayan dado sin contraprestación alguna al Estado es un tema que ya empieza a hacer ruido.
Asur perfila
Asur, de Fernando Chico Pardo, entró a la recta final de la licitación del aeropuerto de Puerto Rico. Estamos hablando de la terminal Luis Muñoz Marín, la más importante del Caribe y que al cierre de 2010 captó cerca de 8.57 millones de pasajeros. Para los mexicanos el concurso es estratégico, pues de ganarlo representaría su puerta de entrada a Estados Unidos, el principal destino internacional que opera. Asur va asociado en esta justa con el poderoso fondo de inversiones especializado en infraestructura Highstar Capital, brazo financiero de la no menos influyente aseguradora AIG. Este grupo es uno de los seis finalistas. La entrega de oferpas es en enero próximo.
- Más allá de su omisión y negligencia que llevó a la quiebra a Mexicana, la discrecionalidad de la SCT significó un gran retroceso para la industria.
Darío Celis
A un año de que concluya la administración de Felipe Calderón, uno de los tantos sectores que resultaron golpeados y que retratan de cuerpo completo el desaseo de las autoridades reguladoras, es el de la aviación.
Más allá de su omisión y negligencia que llevó a la quiebra a Mexicana, la discrecionalidad con que se han conducido los funcionarios de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) significó un gran retroceso para toda la industria.
México fue degradadoo a Categoría 2 por Estados Unidos, lo que derivó en un grave golpe para la industria de la aviación nacional, cuyos mayores estragos se resintieron en una pérdida de flujos turísticos de aquel país que tuvieron que ser mitigados con una diversificación de mercados.
Fracasó el Sistema Aeroportuario Metropolitano como mecanismo para descongestionar el actual Aeropuerto de la Ciudad de México, terminal que hoy día vuelve a llegar a los límites de operación con el consabido riesgo para los viajeros. Pero no es sólo el hecho de desestimar a los aeropuertos de Querétaro, Cuernavaca, Puebla y Toluca, que en sí mismo conlleva el desprecio de inversiones en infraestructura, sino que instituye el desorden, fomenta la competencia desleal e invitan a infringir la ley. Eso sucedió cuando Interjet, de Miguel Alemán, en un acuerdo entre privados, acordó “comprar” a Raúl Aréchiga los slots y mostradores que en la terminal de la Ciudad de México tenía la desaparecida Aerocalifornia. La SCT se hizo de la vista gorda.
La misma historia volvió a repetirse, aunque con un procedimiento diferente, en el caso de Volaris, de Pedro Aspe, y VivaAerobus, de Roberto Alcántara, que permitieron su arribo a este mismo aeropuerto que mal dirige Héctor Velázquez.
No contentos con la feria de yerros, los muchachos de Dionisio Pérez-Jácome la vuelven a aplicar para el caso de los dos únicos activos de valor que aún le quedan a la malograda Mexicana: los slots y sus rutas. La interrogante es si las regalarán o cobrarán por ellos. Y es que mientras a unos (Volaris) les costó su dinerito asentarse en el DF, a otros (Interjet) bastó un arreglo entre particulares. El punto tiene que ver con el derrotero de los activos de Mexicana que por funcionarios de la SCT se dieron “gratuita y temporalmente” a terceros.
Hay que recordar que argumentando un tema de conectividad el titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos, Gerardo Sánchez Henkel, y el director de Aeronáutica Civil, Héctor González Weeks, presionaron al juez del Concurso Mercantil para Mexicana soltara slots y rutas. Los beneficiarios volvieron a ser Interjet, que dirige José Luis Garza, Volaris, que lleva Enrique Beltranena y Aeroméxico que preside José Luis Barraza. El que se hayan dado sin contraprestación alguna al Estado es un tema que ya empieza a hacer ruido.
Asur perfila
Asur, de Fernando Chico Pardo, entró a la recta final de la licitación del aeropuerto de Puerto Rico. Estamos hablando de la terminal Luis Muñoz Marín, la más importante del Caribe y que al cierre de 2010 captó cerca de 8.57 millones de pasajeros. Para los mexicanos el concurso es estratégico, pues de ganarlo representaría su puerta de entrada a Estados Unidos, el principal destino internacional que opera. Asur va asociado en esta justa con el poderoso fondo de inversiones especializado en infraestructura Highstar Capital, brazo financiero de la no menos influyente aseguradora AIG. Este grupo es uno de los seis finalistas. La entrega de oferpas es en enero próximo.