La paja en el ojo ajeno
Rosario Avilés | Opinión 2011-10-26 | Hora de creación: 23:02:46| Ultima modificación: 02:07:24
Apenas se vislumbra una solución para Mexicana de Aviación y no falta el corifeo que salga a puntualizar las objeciones, los obstáculos, los “porqué no” del tema, ya sean competidores (o sus voceros), “analistas” o autoridades; son muchos quienes encuentran incómoda a Mexicana y no porque no se trate de un buen proyecto, sino justamente por lo contrario.
Desde hace más de un año no han faltado múltiples voces que advierten, sugieren, plantean, se alarman, se preguntan, no Cómo si, este país logra recuperar una de las empresas patrimonio de los mexicanos, sino por qué no devolverle a este país la aerolínea que le hace falta.
Esta semana, ante la posibilidad de que un grupo español sume a algunos mexicanos y juntos capitalicen los 250 millones de dólares que se requieren para operar, el que salió a la palestra fue el director general del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (Benito Juárez, por gracia de Fox), quien inmediatamente hizo saber al respetable que Mexicana debe mucho dinero y que no podrá volar desde “su” aeropuerto hasta que no pague.
Con todo respeto para los funcionarios de la actual administración: sería una muy buena iniciativa que desde el Presidente de la República para abajo, alguien les diera un cursito sobre el Concurso Mercantil, mecanismo que justamente sirve para evitar quiebras y para alentar negocios, empleo, recuperación, crecimiento que es para lo que —se supone— están los gobiernos.
Como si fueran “madres superioras” de conventos decimonónicos, los moralistas del catecismo neoliberal al estilo nahuatlaca se rasgan las vestiduras en defensa de una supuesta ortodoxia de que “quien deba que pague”.
Lo que no vislumbran es el hecho de que si la empresa no vuelve a operar no habrá pago alguno y, además, Mexicana fue esquilmada y desmantelada por uno de los hijos más prominentes de ese modelo económico, uno que se jactaba de hacer negocios con dinero ajeno.
La investigación del caso llevará años probablemente, pero de que hay delitos que perseguir no cabe duda. El tema es qué sucede con el valor de las empresas, con sus trabajadores, con los usuarios, con los mismos proveedores de los que —curiosamente— el AICM es uno de los principales afectados.
Si de verdad se tratara de salir en la defensa del patrimonio público, los funcionarios deberían ser los primeros en querer que la aerolínea (ésta y las que sean) vuelvan a operar para que haya dinero suficiente para pagarles. Impedirlo es incurrir justamente en lo contrario: obstaculizar que llegue el momento en que el patrimonio nacional sea resarcido, no por quienes lo esquilmaron, pero al menos por alguien que se haga responsable del quebranto.
Pero además, resulta que en el AICM están pasando cosas que debieran preocupar a todos. Para empezar, el apagón y las fallas de radar que ya han sido reseñadas profusamente en los diarios y en este espacio. Es cierto que Seneam es dirigido por otro funcionario —quien por cierto también ha sido cuestionado severamente por los controladores del tránsito aéreo, tema del que nos ocuparemos próximamente—, pero todo lo que ocurre en esa infraestructura debería ser motivo de preocupación para sus directivos, en particular si pone en peligro la vida e integridad de las personas.
Por otro lado, en la más reciente Encuesta de Calidad de los Servicios Aeroportuarios que realiza el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI), se muestra la realidad del AICM. En 2010 bajó su puntuación en 11 de los 36 indicadores calificados.
En esa investigación donde intervienen ACI y IATA, se toman en cuenta todo tipo de factores, desde el servicio, la seguridad, la inspección en aduanas, el manejo de equipaje, la transportación terrestre ligada al aeropuerto y la satisfacción global.
El año pasado, donde se evaluaron los servicios de las terminales 1 y 2 del AICM, en 30 rubros las calificaciones son malas, y uno de ellos, donde sale más bajo, es el de sensación de seguridad de los pasajeros, donde está en el lugar 97.
Otros rubros negativos son transportación terrestre, desde y hacia la terminal, lugar 104 de 124 aeropuertos calificados. En costo del estacionamiento, cortesía y eficiencia del personal, la posición es 102 y en tiempo de revisión de pasaporte y visa, está en el lugar 123.
Sería bueno que de entrada se atendieran estos problemas y que, para ello, también se alentara la inversión y la reanudación de las operaciones normales de todas las aerolíneas. ¿O no se trata de mejorar las cosas?
raviles_2@prodigy.net.mx
Rosario Avilés | Opinión 2011-10-26 | Hora de creación: 23:02:46| Ultima modificación: 02:07:24
Apenas se vislumbra una solución para Mexicana de Aviación y no falta el corifeo que salga a puntualizar las objeciones, los obstáculos, los “porqué no” del tema, ya sean competidores (o sus voceros), “analistas” o autoridades; son muchos quienes encuentran incómoda a Mexicana y no porque no se trate de un buen proyecto, sino justamente por lo contrario.
Desde hace más de un año no han faltado múltiples voces que advierten, sugieren, plantean, se alarman, se preguntan, no Cómo si, este país logra recuperar una de las empresas patrimonio de los mexicanos, sino por qué no devolverle a este país la aerolínea que le hace falta.
Esta semana, ante la posibilidad de que un grupo español sume a algunos mexicanos y juntos capitalicen los 250 millones de dólares que se requieren para operar, el que salió a la palestra fue el director general del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (Benito Juárez, por gracia de Fox), quien inmediatamente hizo saber al respetable que Mexicana debe mucho dinero y que no podrá volar desde “su” aeropuerto hasta que no pague.
Con todo respeto para los funcionarios de la actual administración: sería una muy buena iniciativa que desde el Presidente de la República para abajo, alguien les diera un cursito sobre el Concurso Mercantil, mecanismo que justamente sirve para evitar quiebras y para alentar negocios, empleo, recuperación, crecimiento que es para lo que —se supone— están los gobiernos.
Como si fueran “madres superioras” de conventos decimonónicos, los moralistas del catecismo neoliberal al estilo nahuatlaca se rasgan las vestiduras en defensa de una supuesta ortodoxia de que “quien deba que pague”.
Lo que no vislumbran es el hecho de que si la empresa no vuelve a operar no habrá pago alguno y, además, Mexicana fue esquilmada y desmantelada por uno de los hijos más prominentes de ese modelo económico, uno que se jactaba de hacer negocios con dinero ajeno.
La investigación del caso llevará años probablemente, pero de que hay delitos que perseguir no cabe duda. El tema es qué sucede con el valor de las empresas, con sus trabajadores, con los usuarios, con los mismos proveedores de los que —curiosamente— el AICM es uno de los principales afectados.
Si de verdad se tratara de salir en la defensa del patrimonio público, los funcionarios deberían ser los primeros en querer que la aerolínea (ésta y las que sean) vuelvan a operar para que haya dinero suficiente para pagarles. Impedirlo es incurrir justamente en lo contrario: obstaculizar que llegue el momento en que el patrimonio nacional sea resarcido, no por quienes lo esquilmaron, pero al menos por alguien que se haga responsable del quebranto.
Pero además, resulta que en el AICM están pasando cosas que debieran preocupar a todos. Para empezar, el apagón y las fallas de radar que ya han sido reseñadas profusamente en los diarios y en este espacio. Es cierto que Seneam es dirigido por otro funcionario —quien por cierto también ha sido cuestionado severamente por los controladores del tránsito aéreo, tema del que nos ocuparemos próximamente—, pero todo lo que ocurre en esa infraestructura debería ser motivo de preocupación para sus directivos, en particular si pone en peligro la vida e integridad de las personas.
Por otro lado, en la más reciente Encuesta de Calidad de los Servicios Aeroportuarios que realiza el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI), se muestra la realidad del AICM. En 2010 bajó su puntuación en 11 de los 36 indicadores calificados.
En esa investigación donde intervienen ACI y IATA, se toman en cuenta todo tipo de factores, desde el servicio, la seguridad, la inspección en aduanas, el manejo de equipaje, la transportación terrestre ligada al aeropuerto y la satisfacción global.
El año pasado, donde se evaluaron los servicios de las terminales 1 y 2 del AICM, en 30 rubros las calificaciones son malas, y uno de ellos, donde sale más bajo, es el de sensación de seguridad de los pasajeros, donde está en el lugar 97.
Otros rubros negativos son transportación terrestre, desde y hacia la terminal, lugar 104 de 124 aeropuertos calificados. En costo del estacionamiento, cortesía y eficiencia del personal, la posición es 102 y en tiempo de revisión de pasaporte y visa, está en el lugar 123.
Sería bueno que de entrada se atendieran estos problemas y que, para ello, también se alentara la inversión y la reanudación de las operaciones normales de todas las aerolíneas. ¿O no se trata de mejorar las cosas?
raviles_2@prodigy.net.mx