05 julio 2011

DE LA COLUMNA DE ROSARIO ÁVILES

SCT: ¿para quién trabajan?
Rosario Avilés |  Opinión     2011-07-05  | Hora de creación: 21:14:08| Ultima modificación: 00:37:05





 Para nadie fue sorpresa la recuperación del PRI en los comicios del domingo. La tendencia hacia el desplome de la propuesta de Acción Nacional no es obra de ningún enemigo invisible y artero, sino —principalmente y por desgracia— de la actuación errática de los cuadros de gobierno que por su inexperiencia, y a veces mala fe mezclada con un maquiavelismo pueril, está llevando al blanquiazul a la peor de las derrotas posibles: devolverle al PRI la sede presidencial y, peor aún, en un previsible tercer lugar.

 Tal pareciera que los funcionarios trabajan enjundiosamente con esa encomienda, aunque hay secretarías que son más aplicadas que otras. Todavía son memorables las palabras de Felipe Calderón en diciembre del 95 cuando —al ser cuestionado sobre la capacidad de los cuadros del PAN para llegar al poder— aseguró que no habría problemas: “como en Guanajuato, sólo es cuestión de quitar a las cabezas y lo demás sigue funcionando” (si, resic y recontrasic).

 Bueno, pues a la vista están los resultados. No sólo “lo demás” no sigue funcionando, sino que en materia de aviación los dos sexenios de este siglo XXI han sido los peores. La “joyita de la corona” es el desastre de Mexicana de Aviación (aunque el resto del panorama le hace un marco acorde con el caos, la desvergüenza, el cinismo y el autismo de los diversos actores involucrados).

 El colmo es que en esta tragedia griega (por aquello del desplome de la economía y la incapacidad gubernamental para contenerlo) nadie parece pensar con la cabeza en las oficinas que comanda Dionisio Pérez-Jácome.

 Existen al menos 5 razones de enorme peso por las cuales Mexicana de Aviación debería volver a volar. Si en lugar de gastar millones de dólares en consultorías en el extranjero en las oficinas de Xola hubiera sentido común, los subsecretarios, directores y analistas ya se hubieran hecho esta cuenta:

 1.- El quebranto y el desempleo que Grupo Posadas provocó en Mexicana tiene responsables y los daños sólo podrán ser resarcidos si hay transparencia para que cada quien pague las consecuencias de sus decisiones. Pasarle al PAN la factura de una mala administración es un lastre que los militantes de buena fe de Acción Nacional no tienen por qué pagar.

 2.- La deuda de Mexicana de Aviación con el gobierno (impuestos, turbosina, slots, derechos de rampa, servicios de tránsito aéreo, etcétera), que borda los 3,500 millones de pesos, sólo puede ser recuperada en parte si Mexicana regresa a volar. Si no regresa, NO HAY RECUPERACION ALGUNA. ¿Quieren que esa cuenta también se la carguen los ciudadanos a esta administración a la hora de los votos del 2012?

 3.- Las rutas que Mexicana “calentó” e hizo crecer en Estados Unidos y que operaba de una manera eficiente están abandonadas. Las ganadoras han sido las aerolíneas estadunidenses. Ahora, la Dirección General del Bajo Costo (DGBC, antes DGAC) quiere repartirlas como en el 2005 repartió concesiones a nuevos operadores. Sólo que la forma de hacerlo, además de discrecional y opaca, no se está apegando a la ley, pues se piden arreglos “extra-bilaterales” (¿quién será el “extra” a los dos países involucrados?, ¿El Salvador?)

 Lo que el votante quiere es legalidad, transparencia y que el país genere empleos y divisas que se queden aquí. Todavía recordamos cuando los panistas ponían en duda el patriotismo de los negociadores del TLC, ¿tan rápido cambiaron de parecer?

 4.- Los paisanos que viven en Estados Unidos tienen una liga muy fuerte con Mexicana. Y no sólo ellos, es cuestión de que les pregunten, por ejemplo, a los morelianos por la ruta Morelia-Chicago, sólo por dar un botón de muestra, pero hay muchos casos. ¿Qué esos votos tampoco les interesan?

 5.- La experiencia de las tripulaciones es un activo que todas las aerolíneas y los gobiernos serios del mundo cuidan y aprecian. Los mexicanos queremos competir en las grandes ligas, no seguir siendo los señalados como subdesarrollados.

 Al ex subsecretario Treviño Landois se le llenaba la boca diciendo que en Estados Unidos han quebrado varias aerolíneas. Lo que no entendía es que las nuevas empresas recuperaban los equipos humanos y los procesos de las anteriores. Tampoco llegó a enterarse que precisamente por evitar esas pérdidas inmensas fue que se creó la Comisión Clinton para elaborar la Política de Estado en el sector aéreo.

 Ni Juan Ciudadano lo pudo convencer de la necesidad de rendir las cuentas que dejó y que motivaron que la ASF calificara su gestión como débil y deficiente. ¿Ésa es la propuesta política de vanguardia? Entonces, ¿para quién están trabajando con miras al 2012?





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