¿Hay alguien que rinda cuentas?
Rosario Avilés | Opinión 2011-05-31 | Hora de creación: 21:46:10| Ultima modificación: 21:46:10
Ya va para un año que Mexicana de Aviación entró en Concurso Mercantil y que el gobierno federal la puso en estado catatónico con la aparente intención de hacerla morir lentamente, pero mostrando con ello una perversidad que sin duda tendrá sus consecuencias.
Obligar a los trabajadores de la aerolínea a esperar y a colaborar con una nueva propuesta de empresa reestructurada, con la promesa de que volará pronto, con el único objetivo de desgastarlos, habla no sólo de una política torva, sino de falta de cualquier principio de ética. En eso se ha convertido el régimen blanquiazul.
Pero además, en el camino, las diversas autoridades ligadas a la operación de esta aerolínea han ido dejando muy malas cuentas en casi todos los órdenes. Esta misma semana el Consejo Coordinador Empresarial (nótese bien que son los empresarios y no la oposición quien lo dice) hizo notar que el empleo que se ha generado en los últimos meses es el peor pagado.
Y la aviación es un ejemplo claro de esta pseudopolítica laboral. Los años de experiencia, en lugar de ser un activo que los administradores de las empresas y el gobierno valoren, se ven como un lastre que hay que tirar a la basura.
En el país de los desempleados y subempleados siempre habrá alguien dispuesto a trabajar por la mitad o menos del salario establecido; a irse a buscar oportunidades a otro país, aunque tenga que dejar a su familia o a cambiar de profesión, aunque tenga que empezar de cero.
Y a nadie le importa que las tarifas aéreas sean hoy 40 por ciento más caras en los vuelos nacionales y hasta 70 por ciento en los internacionales. Ni es relevante que operadores extranjeros vayan aumentando su presencia en nuestro país en detrimento del empleo y la captación de divisas.
Tampoco parece ser importante que los grupos aeroportuarios pierdan dinero y que en una terminal aérea hoy sea más importante la actividad comercial que la que tiene que ver con el transporte. Y esto tiene que ver directamente con la ausencia de Mexicana de Aviación.
A nadie parece importarle tampoco que en el breve lapso de cuatro años a esta empresa, que fue construida con el esfuerzo de muchos mexicanos y con muchos dinero del erario, le fuera cedido un grupo empresarial que la dejó más que endeudada y NADIE ha rendido cuentas de ello.
Lo que es inaudito es que a nadie parezca interesarle este problema. A los directamente involucrados, porque les importa ocultarlo, y a los ciudadanos, porque en medio de tantos problemas y tanta desinformación hay una apatía que aprovechan los sinvergüenzas para hacer de las suyas sin sanciones y sin consecuencias.
Y como en los ejemplos de la “espiral del silencio” se ha ido creando el clima de lo dizque “irremediable” de una quiebra. Los funcionarios de SCT, susurrando en los pasillos que “nadie” está interesado, mientras hacen lo imposible por descalificar a cualquiera que se interese. Un doble y perverso juego que ni siquiera tiene la virtud de ser discreto.
Y ante cualquier propuesta que pueda significar una salida para el problema, no faltan los interesados y sus corifeos que se apresuran a decir que “no funciona”. Si se les pregunta por qué dicen que no funciona, sólo dicen que “porque no” (sólo eso faltaba, que algo sí funcionara). Es el desierto de la inteligencia.
Y mientras tanto, el mundo sigue rodando. TAM, LAN, COPA y muchas empresas aéreas de América Latina, y ya no digamos las aerolíneas de Estados Unidos y Europa, crecen, se alistan a la competencia que viene en los siguientes años, se fusionan, se posicionan, ignorando ya ese mundo perdido en que se ha convertido este país.
Qué lástima que no supimos aprovechar el momento para hacer crecer a nuestras empresas, en vez de volver al siglo pasado con las ideas de “aerolínea bandera” que nos atrasan más y más. La cuenta regresiva continúa: ¿desperdiciaremos lo poco que nos queda?
Lo oí en 123.45: El colmo es que el centroamericano Beltranena diga que “le duele que Mexicana no vuele”. Ya estamos grandecitos para tragarnos ciertas píldoras, ¿no creen?
Rosario Avilés | Opinión 2011-05-31 | Hora de creación: 21:46:10| Ultima modificación: 21:46:10
Ya va para un año que Mexicana de Aviación entró en Concurso Mercantil y que el gobierno federal la puso en estado catatónico con la aparente intención de hacerla morir lentamente, pero mostrando con ello una perversidad que sin duda tendrá sus consecuencias.
Obligar a los trabajadores de la aerolínea a esperar y a colaborar con una nueva propuesta de empresa reestructurada, con la promesa de que volará pronto, con el único objetivo de desgastarlos, habla no sólo de una política torva, sino de falta de cualquier principio de ética. En eso se ha convertido el régimen blanquiazul.
Pero además, en el camino, las diversas autoridades ligadas a la operación de esta aerolínea han ido dejando muy malas cuentas en casi todos los órdenes. Esta misma semana el Consejo Coordinador Empresarial (nótese bien que son los empresarios y no la oposición quien lo dice) hizo notar que el empleo que se ha generado en los últimos meses es el peor pagado.
Y la aviación es un ejemplo claro de esta pseudopolítica laboral. Los años de experiencia, en lugar de ser un activo que los administradores de las empresas y el gobierno valoren, se ven como un lastre que hay que tirar a la basura.
En el país de los desempleados y subempleados siempre habrá alguien dispuesto a trabajar por la mitad o menos del salario establecido; a irse a buscar oportunidades a otro país, aunque tenga que dejar a su familia o a cambiar de profesión, aunque tenga que empezar de cero.
Y a nadie le importa que las tarifas aéreas sean hoy 40 por ciento más caras en los vuelos nacionales y hasta 70 por ciento en los internacionales. Ni es relevante que operadores extranjeros vayan aumentando su presencia en nuestro país en detrimento del empleo y la captación de divisas.
Tampoco parece ser importante que los grupos aeroportuarios pierdan dinero y que en una terminal aérea hoy sea más importante la actividad comercial que la que tiene que ver con el transporte. Y esto tiene que ver directamente con la ausencia de Mexicana de Aviación.
A nadie parece importarle tampoco que en el breve lapso de cuatro años a esta empresa, que fue construida con el esfuerzo de muchos mexicanos y con muchos dinero del erario, le fuera cedido un grupo empresarial que la dejó más que endeudada y NADIE ha rendido cuentas de ello.
Lo que es inaudito es que a nadie parezca interesarle este problema. A los directamente involucrados, porque les importa ocultarlo, y a los ciudadanos, porque en medio de tantos problemas y tanta desinformación hay una apatía que aprovechan los sinvergüenzas para hacer de las suyas sin sanciones y sin consecuencias.
Y como en los ejemplos de la “espiral del silencio” se ha ido creando el clima de lo dizque “irremediable” de una quiebra. Los funcionarios de SCT, susurrando en los pasillos que “nadie” está interesado, mientras hacen lo imposible por descalificar a cualquiera que se interese. Un doble y perverso juego que ni siquiera tiene la virtud de ser discreto.
Y ante cualquier propuesta que pueda significar una salida para el problema, no faltan los interesados y sus corifeos que se apresuran a decir que “no funciona”. Si se les pregunta por qué dicen que no funciona, sólo dicen que “porque no” (sólo eso faltaba, que algo sí funcionara). Es el desierto de la inteligencia.
Y mientras tanto, el mundo sigue rodando. TAM, LAN, COPA y muchas empresas aéreas de América Latina, y ya no digamos las aerolíneas de Estados Unidos y Europa, crecen, se alistan a la competencia que viene en los siguientes años, se fusionan, se posicionan, ignorando ya ese mundo perdido en que se ha convertido este país.
Qué lástima que no supimos aprovechar el momento para hacer crecer a nuestras empresas, en vez de volver al siglo pasado con las ideas de “aerolínea bandera” que nos atrasan más y más. La cuenta regresiva continúa: ¿desperdiciaremos lo poco que nos queda?
Lo oí en 123.45: El colmo es que el centroamericano Beltranena diga que “le duele que Mexicana no vuele”. Ya estamos grandecitos para tragarnos ciertas píldoras, ¿no creen?