30 julio 2010

DEL CORREO DEL BLOG

Mexicana es mucho más que una empresa, es una familia que hemos construido miles de trabajadores a lo largo de casi 90 años, tiempo en el que hemos llevado y traído a millones de personas alrededor del mundo de forma segura y confiable; esto no es parte de un eslogan publicitario ni cursilería barata, los que hemos trabajado para mexicana sabemos lo que es ponerse la camiseta y sabemos lo que es estar orgullosos de una de las más importantes empresas de la historia de nuestro país, muchos de nosotros tenemos padres, abuelos o hijos y nietos que han pertenecido o pertenecen a esta gran familia y así como nosotros los trabajadores hemos recibido mucho de Mexicana, Mexicana no podría ser sin todos nosotros.

A lo largo de todo ese tiempo han habido buenos y malos tiempos;  en 1967 Mexicana estuvo a punto de irse a la quiebra ya que la aparición de competencia tanto nacional como extranjera repercutió en una difícil situación financiera, sin embargo la llegada a la dirección general de una persona con mucha visión y que quería a la empresa como Manuel Sosa de la Vega logró con estrategias comerciales innovadoras  no solo sacar adelante a la empresa si no obtener un desarrollo sin precedentes en el medio aeronáutico civil obteniendo cuantiosas utilidades durante toda la década de los 70´s,  cabe destacar que en aquella crisis la solución no estuvo en endilgar culpas a los trabajadores ni en pauperizar los contratos colectivos de trabajo, la solución estuvo simplemente en administrar correctamente a la empresa para que siguiera siendo competitiva y es que ellos sí entendieron que ningún pasajero le gusta ver malas caras, ni mucho menos poner su vida en manos de personal que está evidentemente mal pagado, cansado e inconforme con su situación laboral.

La difícil situación general por la que está pasando Mexicana no es muy distinta de aquella que se vivió en 1967, sin embargo existe una diferencia sustancial con aquellos días y es que a los propietarios actuales les importa un bledo la empresa, los pasajeros y les importan un bledo los trabajadores,  lo único que a esta gente le importa es llevar a su molino más y más dinero a costa de lo que sea. Hay que recordar que a ellos prácticamente les regalaron nuestra empresa como pago por los favores políticos otorgados al “presidente del empleo”  para que éste llegara a la presidencia y sabemos lo que pasa cuando algo se regala, simplemente no se valora; esta gente no tiene el más mínimo aprecio por Mexicana,  para ellos representa simplemente un número en su cuenta bancaria y  nada más que eso, en cambio nosotros los trabajadores y jubilados no podemos concebir nuestras vidas sin Mexicana de aviación. Sin embargo, nosotros también tenemos un porcentaje de culpa y es necesario que recapacitemos y que busquemos enmendar los errores que como individuos y como grupo hemos cometido, comenzando por ubicarnos en el lugar que nos corresponde.

Primero que nada,  somos trabajadores y pertenecemos a la clase trabajadora algo que a muchos de nosotros he notado les molesta aceptar y por ello es que solemos mirar con desprecio a otros compañeros trabajadores;  decenas de veces escuche hablar pestes de los trabajadores de Luz y Fuerza del Centro de parte de compañeros en la sala de reservas o en el galley, que son una manga de huevones,  que ganaban demasiado, que por que los íbamos a estar manteniendo nosotros, que preferían dejar de comer que trabajar, que el gobierno hizo bien en desaparecer la empresa, que no chillen y se busquen otro trabajo, etc. En pocas palabras, muchos tienen la misma opinión que se impuso a través de los medios de comunicación generalizando a todos y cada uno de los trabajadores de LyFC, desde los ingenieros hasta los que atendían en el mostrador, endilgándoles a todos ellos la culpa del mal estado financiero de la empresa cuando la verdadera razón fue la pésima administración que el propio gobierno hizo durante décadas y los únicos que van a salir verdaderamente beneficiados son aquellos a los que se les va a otorgar el manejo de la fibra óptica que era propiedad de LyFC y que con seguridad  aparecerá en dichos contratos el apellido Azcarraga ¿se dan cuenta? ¿ya echaron sus barbas a remojar? Peor aún ¿Que hicimos nosotros como gremio por los 43 mil trabajadores que fueron injustamente echados a la calle de un día para el otro?  Ni un solo despegado, ni una sola declaración de parte de nuestra dirigencia sindical condenando tan injusta decisión que además rayó en la ilegalidad. De este modo, ¿con que cara vamos ahora nosotros a pedirles que nos apoyen?

Es verdad que la situación con nuestra empresa es sumamente delicada y definitivamente no tenemos un Manuel Sosa de la Vega ni nadie que esta vez esté dispuesto a sacarla adelante si no al contrario, ahora tenemos unos verdaderos delincuentes de cuello blanco que se quieren ir con los bolsillos llenos de dinero, pero  pienso que la solución puede estar en nosotros;  debemos exigir a nuestros dirigentes que dejen de una vez por todas los pleitos que no hacen más que debilitarnos,  debemos dejar como individuos la apatía y la indiferencia a un lado,  debemos estar muy atentos a los engaños que sin duda van a intentar hacernos, tenemos que asistir a las asambleas, ser más combativos, debemos unirnos en una sola voz que les deje muy en claro a la actual administración de la empresa y al gobierno federal que no vamos a permitir que destruyan nuestra empresa y a nuestras familias, tenemos elementos para dar la lucha y vamos a seguir haciendo historia.