28 abril 2008

DEL CORREO DEL BLOG

Reflexiones de un entorno laboral.


Con melancolía he leído que en Aeroméxico habrá recortes en aéreas no estratégicas, tal y como está sucediendo hoy en mexicana.

Donde la gente es botada como simple mercancía por el solo hecho de la sobre oferta de mano de obra, resultado de nuestra deficiente economía nacional, dominada por empresarios y el clero, donde los intereses de unos cuantos están por encima del interés colectivo, sin importar el panorama obscuro y el bache histórico que dejaran esas decisiones a nivel país.

Hace unos días conversaba con compañeros de diversas áreas, todos ellos gente de muchos años al servicio de Mexicana, muchos de ellos con "la camiseta aun puesta", y me recordaban de los momentos de crisis que como empleados hemos sufrido en la compañía; también recordé cuando en momentos de crisis, los propios sobrecargos traíamos azúcar de nuestras casas a los aviones, para no mermar el servicio a nuestros queridos pasajeros.

Donde las crisis, siempre han estado presentes, pero que sin duda, su personal ha combatido con la fuerza de no dejarnos caer, a estos que ahora nos pisotean y no se nos tiene el más mínimo respeto, se nos tira cual pedazo de basura, al fin y al cabo el mercado es así.

Recordé entonces los momentos distantes cuando uno realmente se "ponía la camiseta", cuando nada ni nadie nos iba a impedir que se mermara nuestra fuente de ingreso, porque somos pueblo, y por ello necesitamos de nuestro trabajo, no somos seres humanos de segunda, somos fuerza laboral de primera.
Y que lastima que los dueños de el capital, ahora, no valoren nuestra historia, con líderes sindicales coludidos, donde casi siempre, es más importante el hueso que obtengo como representante sindical, pues a final de cuentas, "de que lloren en su casa a que lloren en la mía", es el dicho más recurrente para mostrar la realidad de los sindicatos.

No vengo aquí a causar lastima ni nada que se le parezca, simplemente es recordar a la gente que hoy día toma las decisiones que somos gente, con familias, compromisos, valores, sueños... y aun a pesar de todo y de todos, ilusiones.

Tuve un sueño ayer, soñé que colaboraba en una empresa donde el empleado era pieza importante en el proceso productivo y no solo un numero mas, donde la calidad en el servicio no se veía mermada pues nos daban las herramientas que nuestros clientes nos exigen, donde la competencia también forma parte de nuestra oportunidad de crecer.

Donde no se ve al empleado como un enemigo interno, sino como un origen de la riqueza.

Soñé también, que nuestros directivos eran gente real, como nosotros, con defectos y virtudes, pero también con "la camisa puesta", aquellos que llegarían a puestos clave por cuestiones de esfuerzo, no de decisiones de dedazo, donde cada quien selecciona su grupo de trabajo y forma lo que realmente es un equipo de trabajo.

Donde compartir es lo más importante, donde todos vemos hacia el mismo horizonte, donde todos vamos camino al mismo punto.

Hay mil historias, momentos, situaciones, anécdotas, los tiempos cambian, los personajes también, pero lo que nunca, nunca debe cambiar, es el objetivo de crecer y de mirar hacia un mismo objetivo, solo basta con pedir a dios, por la bendición de nuestros compañeros que tendrán pronto la amarga experiencia de quedarse sin su bendito trabajo, por cuestiones normales de "abatir costos" a nivel industria.

La crisis en las empresas no está en el entorno donde se desenvuelve, sino en la falta de consideración y planeación de su personal.

Donde todos juntos afrontamos el reto solo por un día, y esto nos lleva tarde o temprano, al logro de metas importantes que nos dará tranquilidad y nos permitirá nuevamente cargar pilas en el extenuante mundo de la competitividad y globalización.

No gana más el que más obtiene, ni el que menos gasta, gana más el que sabe que tiene contento al elemento más importante en toda la estructura organizacional, el empleado.

Y con ello me refiero a el empleado en general sin importar niveles o rangos, un trabajador feliz, es una mina de oro corporativa.

por favor, no corten las alas a gente tan comprometida con el trabajo, en Mexicana, Aeroméxico o cualquier empresa, la fuerza laboral es y será lo más importante, permitan que nuevamente los empleados nos "pongamos la camiseta" pero con hechos, no con estúpidos cursos donde te dicen eres importante y por otra parte te demandan por tu falta de productividad (como en el CAT te lo hacen creer), donde los hechos dicen más que mil palabras, donde no basta con buenas intenciones, mejor es tomar acciones...

Señores directivos, los invito a que realmente "se pongan la camiseta", esta camiseta con tanta y tanta historia.

Permítanos sentirnos útiles nuevamente, esta empresa lo merece y nuestro país también, comencemos hoy realmente el cambio de filosofía, sumemos esfuerzos, multipliquemos resultados.

Nuestros hijos, merecen un mejor país...y todos tenemos derecho a un trabajo digno y una paz interna, ir a dormir cada noche con la satisfacción de haber cumplido nuestra labor solo por un día más y mirar a nuestros retoños con la esperanza de que nunca les faltara nada.

ASL.