Cuando el amparo nos alcance III (final)
Los dos problemas.
Por un lado, tenemos un enfrentamiento con Mexicana que ya llegó a la demanda por parte de la empresa alegando un conflicto de orden económico para rasurar nuestro CCT y así permitir un ahorro que le dé viabilidad a la empresa. Por el otro, tenemos un conflicto interno creado por nuestros representantes, al mostrar incapacidad de de generar confianza en sus acciones.
Ahora, con el nefasto Laudo encima, estamos con la bota en el cuello. Nuestros dirigentes han iniciado una campaña política para defender los amparos y muchos tenemos dudas del efecto que pudiera tener tal campaña pues parece estar muy mal hecha.
¡No se entiende! Si un sobrecargo sabe de qué está hablando tal campaña, la gente común parece no entender nada. Si la intención era explicarle a la ciudadanía lo que está sucediendo, la realidad es que solo se le está confundiendo más.
Tengamos presentes las cosas:
La dirigencia sindical, llámese Paco Villarreal y Pilar Manrique, contrató a un asesor financiero que trabajó intensamente en convencernos de que la situación de mexicana era precaria; mantuvieron una propuesta sin el aval de la base en perjuicio de nuestro estatuto y de nuestro CCT y por ende, de nuestros intereses como gremio.
Si por ellos hubiera sido, ya hubieran cedido desde el 14 de septiembre de 2006 a las pretensiones de la empresa; si hemos mantenido nuestro CCT hasta ahora es por la unidad que ha mostrado la base en torno a la defensa, a como de lugar, de los embates de la empresa y hemos obligado a nuestra representación a defendernos.
¡Triste proyecto de defensa es aquel que para salvar nuestro CCT ofrece su mutilación!
Ahora, con la noticia de la suspensión definitiva, una vez más la dirigencia sindical intenta colgarse el milagrito al decir en la circular del 30 de octubre del 2007 que “Este triunfo (sic) debe reconocérseles a todos los Sobrecargos que con dignidad y unidad confiaron en la defensa jurídica que encabezó el Sindicato y sus asesores legales(sic)”. Yo diría que, tan no confiaron que, muchos decidieron recurrir al amparo individual poniendo en evidencia el apoyo a la representación sindical tan cacareado.
Esto, al margen de esperar a que mexicana reaccione ante la suspensión, es una noticia excelente para todos, que nos hace reavivar nuestras esperanzas en los amparos individuales, el amparo colectivo y en la justicia de este país. Malaventurados todos aquellos que apostaron a la debacle y la claudicación. Aún si el amparo no se resuelve de manera contundente a nuestro favor, todo indica que podemos esperar una resolución favorable.
¿Podremos esperar que David Páramo grite aleluyas a Paco Villarreal y condene la irresponsabilidad de la base necia que no ha seguido ciegamente los comandos de su líder? En este México todo puede suceder. Creo que los sobrecargos sí tenemos memoria.
¡Sigamos adelante con la defensa de nuestras condiciones laborales con o sin el respaldo de Paco Villarreal y Pilar Manrique!
Iván Enríquez
PD: Alguien me debe unos pingüinos.