Una
visita al MRO
Recién ingresé a las filas de
Mexicana de Aviación, durante la capacitación nos dieron una visita al Taller
de Mantenimiento, mejor conocido como Mexicana MRO.
Entrar a ese lugar fue un
sueño; sus grandes dimensiones, poder subir a un avión y correr por el pasillo
como niña con juguete nuevo y ver todas las áreas del taller donde arreglan los
motores, donde los pintan, donde “los visten”.
Recuerdo que nos tocó visitar
varios equipos, pues en aquel tiempo la empresa manejaba varios… cuatro para
ser exactos, desde el Fokker 100, o mejor conocido como el “avión de Barbie”; un
sólido B727/200, así como un A320, un avión del cual yo quedaría profundamente
enamorada; su ancho pasillo contrastaba con el angosto 757 que previamente
habíamos visitado.
Subir y bajar de los aviones
no fue todo, ese día también recorrimos la base de mantenimiento hasta llegar a
los almacenes, lugar mágico, místico y misterioso donde te entregaban tu
uniforme, con el que te sentías como la última Coca Cola del desierto.
Pero no estamos aquí para
hablar de mis memorias, sino para recordar la historia de la joya de la corona
de Mexicana de Aviación, la base de mantenimiento, el MRO, el taller de
mantenimiento más grande de Latinoamérica y que en últimas fechas, algunos
reporteros han tenido a bien decir que está viviendo estertores de muerte, lo
cual es más falso que una moneda de 3 pesos. Vamos a ese viaje en el tiempo y
conozcamos la historia de este importante lugar para la aviación.
Corre el año de 1979,
principio de mes de enero cuando se inaugura la base de mantenimiento, la que desde
ese momento fue y es, la más grande de Latinoamérica, con una capacidad para
albergar tres aviones B727 así como B747 y DC10-15. Con una plataforma para 22
aviones, edificios administrativos, talleres y servicios complementarios.
Desde entonces y hasta hoy brinda
servicios especializados de mantenimiento y pintura de aeronaves de diversas
aerolíneas y empresas, certificada ante los constructores Airbus, Boeing y
Fokker, al igual que ante la EASA, DGAC y la FAA.
El pasado 3 de junio de 2019
fue reconocida como entidad evaluadora y certificadora, status que la incluye en
la red del Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias
Laborales (CONOCER) del gobierno mexicano, en el marco de una ceremonia dentro
de sus instalaciones en la que el director general de Mexicana MRO Services,
Jesús Navarro Parada, destacó "han sido muchos meses de preparación para
alcanzar esta certificación que se suma a otras 18 que hemos obtenido por parte
de diferentes autoridades aeronáuticas al rededor del mundo. Como el principal
taller de mantenimiento aeronáutico del país, nos mantenemos a la vanguardia…” dijo
en entrevista con la revista “Vuela”.
Y con todas estas
credenciales, hay algunos interesados en ver caer a este taller de
mantenimiento. Pero se equivocan en sus análisis apocalípticos; se trata del lugar
donde se le brinda mantenimiento tanto a aerolíneas del país como extranjeras; en
el caso de las aerolíneas nacionales encabeza la lista Aeroméxico, seguida de Volaris,
Interjet, entre otras.
Columna vertebral del MRO son
sus mecánicos, que sobresalen por su magnífica capacitación, y además son muy
codiciados en otros países por su gran trabajo y profesionalismo. Tan es así, que
empresas extranjeras vienen a nuestro país para que los mecánicos arreglen sus
aviones, porque saben que decir MRO es significado de altos estándares de
calidad.
Es por ello que cuando Grupo
Mexicana de Aviación entró a concurso mercantil, la base de mantenimiento fue
la única empresa que no lo hizo, ya que nunca dejó de trabajar, a diferencia de
la aerolínea troncal y sus filiales que fueron bajadas de vuelo.
Todos quieren sacar una tajada
de ese gran pastel que significa la base de mantenimiento. Queda claro que hay
intereses oscuros que se apresuran a darle los santo óleos, a pesar de que no
hay otro taller de mantenimiento que esté a la altura del MRO.
Sin duda lo hacen con la
intención de hacerle creer a la gente, al público en general, que es una
empresa de poco valor, para que cuando se venda por tres pesos, la gente no se
asombre, ya que desde antes se insertó la idea de que era una compañía que no
valía la pena.
Ahí está la perversidad; de
hecho el pasado 4 de mayo, Darío Celis en su columna de El Financiero asegura
“El MRO de Mexicana se enfila por esa ruta de quiebra”. Y no es cosa menor,
pues existe un “fideicomiso” con el cual se busca liquidar a los aún
trabajadores de Mexicana de Aviación y empresas filiales que acompañan.
Con esto finalizo; hay muchos
actores que se frotan las manos con el MRO, como dije, la joya de la corona. Saben
de su importancia, pero trabajan con ahínco para darla por muerta, pero es todo
lo contrario. Después de la pandemia, el taller de mantenimiento cobrará mayor
relevancia y eso, estimados lectores, ustedes y yo lo veremos.
Ximena Garmendia
10 de mayo 2020