03 marzo 2017

¿Matrimonio feliz?

¿Matrimonio feliz?

Imagen de Francisco M. McGregor
Piloto comercial por 44 años y 26 mil horas de vuelo trabajando para Aeromexico, Turkish Airlines y JETAirways.
Asesor, instructor y evaluador por 14 años en DC-9, MD, B-757/767 200-300 y B-777 200/300ER.
Miembro de ASPA de México y del Colegio de Pilotos Aviadores de México. Diplomado en Factores humanos, CRM ( Administración de recursos de cabina) investigación de accidentes de Aviación , CEFIT ( accidentes durante vuelo controlado) Marco Jurídico del piloto al mando y Procedimientos terminales y Técnicas de negociación.
Ed Bastian, director general de Delta Airlines, ya empezó por asignar a dos de sus mejores directivos para ocupar puestos dentro del grupo administrativo de la empresa del Caballero Águila. Dichas designaciones incluyen, a nada más y nada menos, que a Michael Medeiros como director de operaciones de Aeroméxico y a Nicolás Ferri como vicepresidente de negocios de Delta en México.
Una vez que el matrimonio Delta-Aeroméxico sea consumado en su totalidad, espero que otros prestigiosos puestos ejecutivos sean asignados a mexicanos. La gran experiencia profesional deberá preceder a los administradores mexicanos que busquen aspirar a otros puestos ejecutivos de Aeroméxico e incluso de la misma Delta. Se vale soñar.
Siempre he estado y estaré enamorado de la novia (Aeroméxico). Pero, por puro amor, le deseo a la pareja felicidad, un futuro maravilloso y un éxito rotundo que haga crecer y fructificar su relación. Que este vínculo se fundamente con base al respeto, la confianza y se traten igual; no uno más importante que otro.
Tristemente, lo que nos ha enseñado la historia (a veces a punta de patadas) que no todo lo que brilla es oro y hablando de esta unión, por muy cariñosa y apasionada que nos pueda parecer, pienso que todavía se van a tener que sortear muchos obstáculos y sufrir sinsabores para que la relación funcione como debe ser.
Desafortunadamente, nuestra industria aérea ha sido siempre recibida como una invitada incómoda que siempre es convocada a las fiestas porque todos conocen su gran valor. Dicho se explaya en el flujo de millones de pasajeros que se transportan por avión cada año en rutas y destinos que han sido mantenidas por las aerolíneas nacionales, lo cual ha requerido un esfuerzo titánico para mantenerlas. Es indignante que todos estos esfuerzos se hagan en vano y que se hayan tenido que hacer sacrificios innecesarios, como lo fue el caso de Mexicana de Aviación. Esta no tuvimos que casarla, porque la concebimos nosotros, la vimos nacer, la hicimos crecer, la modernizamos nosotros, la hicimos grande y exitosa. Luego vino un vivales para despojarla impunemente y terminó con ella en frente de nosotros dejando a miles de sus hijos en la orfandad.
Regresando a la boda, hay que decir que la novia (Aeroméxico) es un verdadero bombón (¡un cuero pues!) que desde hace tiempo ha logrado abrir el apetito y fue cortejada por una de las aerolíneas más grandes del mundo, que tiene muy claro las innumerables ventajas que representa este matrimonio.
A pesar de lo que hacemos nosotros (a veces todos), la industria aérea de nuestro atribulado país ha crecido y tiene (por ahora) un gran éxito.
El pastel de la boda es enorme y exquisito. Muchos de los de afuera desean un pedazo de la celebración del matrimonio entre Delta y Aeroméxico. Puede que este no sea el último desposorio y pronto podríamos ser testigos de otros. Quizá no tan rimbombantes, pero igual de interesantes.
Aeroméxico es hasta hoy la línea aérea bandera de nuestro país, pero me pregunto si este matrimonio con un extranjero estadounidense haga perder su identidad y quizá hasta su nombre.
Aunque no nos guste, Aeroméxico, una aerolínea internacional, moderna y de gran éxito, grande e importante, está en vías de convertirse en la aerolínea de bajo costo de Delta (solo hay que revisar la diferencia en los salarios). Asimismo, será una empresa filial que le va dejar a la norteamericana jugosas ganancias a partir de que combinen las rutas, las frecuencias y los destinos a pesar del injusto movimiento de slots.
La luna de miel está iniciando felizmente y sin muchos sobresaltos, pero falta ver lo que diga el metiche del “suegro” de la novia desde la Casa Blanca y su política proteccionista, la cual seguramente impondrá nuevas reglas y criterios después de calificar “sus cielos y sus aeropuertos como un verdadero desastre".
Con estas nuevas reglas y un suegro de verdad incomodo bien podrían complicar el panorama de lo que hasta hoy y, a pesar de los "asegunes", parece iniciar como un matrimonio feliz entre Delta y Aeroméxico.