AEROMAR, EN BUSCA DE SOCIOS
Finalmente, a última hora, se logró un acuerdo entre el Sindicato de Pilotos (ASPA) y la aerolínea Aeromar, que preside Fernando Flores, y se conjuró la huelga, programada para estallar en el primer minuto del jueves.
Este acuerdo da un respiro no sólo a Aeromar, sino a Aeroméxico, que se mantiene en negociaciones con los pilotos contratados bajo nuevas condiciones de productividad, con el llamado contrato B, y que ahora exigen ganar lo mismo que los pilotos que ya estaban en la aerolínea en el contrato A, lo que es inadmisible para la empresa, porque su rentabilidad y crecimiento dependen precisamente de no elevar sus costos laborales en detrimento de su productividad.
En el caso de Aeromar, los pilotos aceptaron el incremento al salario de 2.43% sobre salario base y lo interesante es en el comunicado que ASPA envió a los pilotos de Aeroméxico: se informa que aprobó un artículo transitorio en el que salvaguardan los derechos y condiciones actuales vigentes en el contrato colectivo, hasta que se presente un nuevo inversionista que asegure la viabilidad de la empresa.
A lo largo de las negociaciones con ASPA, la empresa argumentó que su situación financiera y operativa se ha deteriorado en los últimos meses y presentó una propuesta para reducir las prestaciones salariales y algunas cláusulas que afectan la productividad.
Aeromar, que tiene el 1.3% del mercado nacional, con una flota de 16 aviones regionales y 140 pilotos, sigue, por lo tanto, con la soga al cuello. Y lo que deben recordar los dirigentes de ASPA es el caso de Mexicana de Aviación, porque si estiran demasiado la liga pueden quebrar a la aerolínea y terminar perdiendo sus fuentes de empleo.