11 enero 2016

DEL CORREO DEL BLOG

Por una necesidad de independizarse y por las ganas de tener un empleo que le permitiera conocer diferentes países, Omar se convirtió en sobrecargo.
Omar es chef profesional y le fascina trabajar como sobrecargo. / Foto: Cortesía Omar Espinosa

“Es un gran trabajo: ¿quién te paga por conocer distintos países?. Lo que más me gusta es poder convivir con gente distinta todos los días, ser alguien de provecho, conocer nuevos lugares y sobre todo, que me den dinero por ello.
“Por el otro lado, lo que menos me agrada es que a veces las jornadas son muy largas. Hay vuelos muy pesados por la duración y los horarios demandantes”, explica Omar, quien tiene 36 años y lleva casi 6 años trabajando en Aeroméxico.

Para poder ser sobrecargo, Omar terminó y aprobó una capacitación durante 10 semanas de lunes a sábado de 9 am a 6 pm. Durante ese tiempo estudió distintas materias y presentó examen de cada una de ellas. La calificación mínima para pasar cada materia era de 8.5. 
Aunque su labor tiene horarios demandantes, procura realizarlo con la mejor actitud. / Foto: Cortesía Omar Espinosa

Arriba del avión, las funciones de Omar principalmente son cuidar la seguridad de los pasajeros, atender y tratar de satisfacer sus necesidades y ofrecerles algún alimento y bebida de cortesía. Cuando está en tierra, se capacita continuamente y brinda atención al cliente cuando es necesario. Además, hace reservas, es decir, turnos de seis horas dentro del aeropuerto por si alguno de sus compañeros se ausenta al vuelo que tenía programado. 
Si bien es un trabajo en el que predominan las mujeres, Omar se siente orgulloso de ser sobrecargo hombre. / Foto: Cortesía Omar Espinosa
Calculo que aproximadamente hay un 70 por ciento de mujeres y 30 por ciento de hombres desempeñándose como sobrecargos. Sí etiquetan, ya que no es tan común conocer a hombres en estos puestos. Pero no es nada malo, al contrario, me siento muy orgulloso de mi labor.
”Muchos creen que es lo único que sabemos hacer o que no tenemos alguna otra profesión. Yo soy chef profesional y la gastronomía es mi pasión número uno.

Es un trabajo para solteros o para casados, ya que depende mucho de cada relación y  la confianza que exista. Estoy seguro que no cualquiera puede serlo por la actitud y aptitud requeridas”, puntualiza Omar, quien comparte que su familia lo apoyó desde el principio en su decisión laboral.

Define su trabajo dentro del avión como un “Big Brother”, por las confesiones, buenos y malos momentos que comparte con sus compañeros.

Muchas veces sacamos el psicólogo que llevamos dentro. La mayoría de las veces es muy divertido , sobre todo si empatizas con la tripulación. A final de cuentas pasamos una gran parte de nuestra vida dentro de un avión;  es nuestro segundo hogar y familia”, comparte.

Pruebas a vencer
Pero no todo es miel sobre hojuelas. En una ocasión, un avión de la fuerza aérea estuvo a punto de estrellarse con otro avión en el aire. 
“Íbamos hacia Guatemala y llevábamos poco tiempo de haber despegado.
Notamos un movimiento muy raro y por eso nos dimos cuenta que algo no estaba bien. Cuando llegamos a Guatemala el capitán nos dijo que estuvimos a nada de que nos impactará un avión de la fuerza aérea. Fue una impresión muy fuerte porque me di cuenta que en cuestión de segundos todo puede cambiar”, recuerda.
Además de estos incidentes, continuamente vive otros como pasajeros que se sienten mal durante el vuelo. También hay algunos que se han desmayado porque se les sube o se les baja la presión o algunos a quienes se les pasan las copas y que se ponen impertinentes.
El avión es su segundo hogar, por lo que procura mantener una buena relación con sus compañeros. / Foto: Cortesía Omar Espinosa
En cuestiones de salud estamos capacitados en primeros auxilios, así que sabemos cómo actuar en distintas situaciones. Muchas veces por suerte contamos con pasajeros que son médicos y nos apoyan”, comparte Omar.

Para aquellos a quienes les da miedo volar, recomienda distraerse durante el vuelo, ver una película, leer o platicar. Si esto no surte efecto, pueden tomar una pastilla o pedir una bebida con alcohol para relajarse.
Omar es papá de una niña a quien procura darle tiempo de calidad./ Foto: Cortesía Omar Espinosa
El mayor sueño laboral de Omar es crecer como sobrecargo. Ascender al máximo puesto al que pueda llegar seguir ejerciendo como chef. 
“El cuerpo tiene un límite y es de sabios reconocer cuando ya no puedes o cuando cuesta mucho trabajo realizar las funciones para las que estamos contratados.
“Hay nuevas aerolíneas y por lo mismo en los últimos años han habido muchas contrataciones de sobrecargos. Así que habrá más trabajo en un futuro”, concluye.
Cuando tiene tiempo libre, procura estar con su familia y amigos. / Foto: Cortesía Omar Espinosa
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@karichula