Aerolíneas que atropellan
El 4 de agosto de este año, una amiga y yo compramos pasajes en Aeroméxico ida y vuelta para Oaxaca.
Por: Columna del lector
Hicimos la compra con anticipación porque teníamos una cita en Oaxaca el 30 de octubre. El vuelo salía a la 1:32 de la madrugada de ese día. En las horas previas al viaje llegó un correo electrónico notificando el aplazamiento del vuelo. Llamé al call center para averiguar qué hacer, pues el cambio nos haría perder la conexión que teníamos a las 6:45 de la mañana para Oaxaca. Allí me dijeron que el itinerario seguía igual. Desconcertadas ante las informaciones contradictorias, decidimos ir a la oficina de Aeroméxico en la carrera 7ª con 80 de Bogotá. Nos atendió una funcionaria bastante desapacible que nos dijo varias cosas: 1. Que aunque el vuelo saliera a la hora estipulada originalmente, no habríamos alcanzado a hacer la conexión. Antes me habían dicho, en dos ocasiones, que no había problema por eso. 2. Que nos podían dar una conexión para el 1º de noviembre o el 2 (a pesar de que Aeroméxico tenía nuestro dinero desde agosto, no nos dieron prioridad para tomar otra conexión ese mismo día). La funcionaria adujo que había sobreventa en el tramo del DF a Oaxaca. Entonces pedimos reembolso del pasaje de ese tramo y la funcionaria dijo que no. Si queríamos devolución, reembolsaban todos los trayectos y el viaje se cancelaba. Además, dijo, debíamos cancelar el tramo que no íbamos a usar (por culpa de Aeroméxico) porque, de lo contrario, la reserva de regreso quedaba anulada por no haber tomado el tramo del DF a Oaxaca. Creyendo de buena fe, cancelamos las reservas del tramo que no íbamos a usar. Sin embargo, pensando bien después, entendimos que Aeroméxico había ganado por partida doble: por nuestros pasajes ya pagados desde agosto y los que probablemente les cobraron ese día a otros dos pasajeros. En conclusión, acabamos tomando bus del DF a Oaxaca, el día 30, para cumplir la cita.
México es un país maravilloso: sus diversas culturas, sus gentes, su comida, su música. Volveré cada vez que tenga la oportunidad, pero nunca por Aeroméxico, que desde ningún punto de vista representa la cara amable de este bello e interesante país.
Marcela Lleras. Bogotá.