 | Opinión de (Rosario Avilés) |
Abre los ojos, no los cielos
Con este enunciado los profesionales de la industria aérea elaboraron una página web donde muestran los problemas que se generarían si antes de establecer una política pública, los “negociadores” (es un decir) mexicanos otorgan todas las libertades del aire que su contraparte estadunidense está pidiendo en el acuerdo bilateral.
El asunto tiene más aristas de las que en principio aparenta. Los entusiastas de los cielos abiertos parten del principio que “abrir los cielos” hará que en automático bajen las tarifas. Nada más falso.
Está demostrado que las tarifas aéreas se regulan por el tamaño y la profundidad del mercado que tiene cada ruta, no por el número de competidores. En el análisis de las mil rutas más socorridas de Estados Unidos que mes con mes publica el Departamento del Transporte (DOT), se muestra cómo al bajar el número de pasajeros en una ruta determinada, ésta experimenta un incremento en la tarifa, sin importar si ésta es volada por una aerolínea o por cuatro.
También se dice que abrir los cielos hará que más aerolíneas extranjeras vengan al país y traigan más turistas. Este también es un espejismo. Actualmente vienen al país las aerolíneas que quieren, hay cientos de rutas que no se aprovechan simplemente porque las aerolíneas extranjeras inician vuelos cuando hay mercado que lo justifique.
Volvemos al mismo punto: lo que necesitamos son más pasajeros que justifiquen la inversión de iniciar rutas.
Y para crear mercados, para que los pasajeros quieran venir a este país, lo que requerimos es infraestructura hotelera de calidad, precios razonables en los servicios, buena atención al turista y dejar de creernos los únicos, porque si bien es cierto que tenemos muchas atracciones tanto de playa como de ciudades coloniales, reservas ecológicas y cultura prehispánica, se necesita algo más que eso para atraer a visitantes, sobre todo los extranjeros.
Necesitamos que haya seguridad, que los turistas sepan que estarán cuidados, que no habrá impunidad si algo les ocurre y que la relación precio/calidad será favorable. La aviación extranjera no va a venir a resolvernos estos problemas. No van a calentar rutas, ni a hacer crecer los mercados ni a solventar las carencias de nuestro servicios y menos a arreglar el problema de la inseguridad.
Los países que tienen políticas públicas en materia de aviación son exitosos y su aviación contribuye sensiblemente con el crecimiento de su economía. Ahí está Brasil, ahí está China, ahí está –lo sabemos de siempre- Estados Unidos. Pero ellos se cuidan a si mismos, negocian para obtener las condiciones más favorables para su propio país, tal como debe hacer todo negociador, y nunca entregan todo a cambio de nada.
Tenemos un pésimo antecedente con el caso de los traileros que desde hace 20 años y aún con el TLC ya negociado, aún no pueden entrar a Estados Unidos.
Por eso se pide que ANTES de seguir adelante con el bilateral, se tenga una política pública que contemple el crecimiento del mercado interno y las herramientas que todos los países serios usan cuando negocian: gradualidad, temporalidad, salvaguardas y, en el caso del transporte aéreo, inmunidad antitrust que le dé ventajas a las empresas nacionales para crear empleo en el país. ¿O alguien cree que es mejor seguir expulsando a nuestros profesionales? ¿Esa es la herencia que este gobierno le quiere dejar a la aviación mexicana? Y en última instancia: ¿necesitamos generar más problemas?
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx
El asunto tiene más aristas de las que en principio aparenta. Los entusiastas de los cielos abiertos parten del principio que “abrir los cielos” hará que en automático bajen las tarifas. Nada más falso.
Está demostrado que las tarifas aéreas se regulan por el tamaño y la profundidad del mercado que tiene cada ruta, no por el número de competidores. En el análisis de las mil rutas más socorridas de Estados Unidos que mes con mes publica el Departamento del Transporte (DOT), se muestra cómo al bajar el número de pasajeros en una ruta determinada, ésta experimenta un incremento en la tarifa, sin importar si ésta es volada por una aerolínea o por cuatro.
También se dice que abrir los cielos hará que más aerolíneas extranjeras vengan al país y traigan más turistas. Este también es un espejismo. Actualmente vienen al país las aerolíneas que quieren, hay cientos de rutas que no se aprovechan simplemente porque las aerolíneas extranjeras inician vuelos cuando hay mercado que lo justifique.
Volvemos al mismo punto: lo que necesitamos son más pasajeros que justifiquen la inversión de iniciar rutas.
Y para crear mercados, para que los pasajeros quieran venir a este país, lo que requerimos es infraestructura hotelera de calidad, precios razonables en los servicios, buena atención al turista y dejar de creernos los únicos, porque si bien es cierto que tenemos muchas atracciones tanto de playa como de ciudades coloniales, reservas ecológicas y cultura prehispánica, se necesita algo más que eso para atraer a visitantes, sobre todo los extranjeros.
Necesitamos que haya seguridad, que los turistas sepan que estarán cuidados, que no habrá impunidad si algo les ocurre y que la relación precio/calidad será favorable. La aviación extranjera no va a venir a resolvernos estos problemas. No van a calentar rutas, ni a hacer crecer los mercados ni a solventar las carencias de nuestro servicios y menos a arreglar el problema de la inseguridad.
Los países que tienen políticas públicas en materia de aviación son exitosos y su aviación contribuye sensiblemente con el crecimiento de su economía. Ahí está Brasil, ahí está China, ahí está –lo sabemos de siempre- Estados Unidos. Pero ellos se cuidan a si mismos, negocian para obtener las condiciones más favorables para su propio país, tal como debe hacer todo negociador, y nunca entregan todo a cambio de nada.
Tenemos un pésimo antecedente con el caso de los traileros que desde hace 20 años y aún con el TLC ya negociado, aún no pueden entrar a Estados Unidos.
Por eso se pide que ANTES de seguir adelante con el bilateral, se tenga una política pública que contemple el crecimiento del mercado interno y las herramientas que todos los países serios usan cuando negocian: gradualidad, temporalidad, salvaguardas y, en el caso del transporte aéreo, inmunidad antitrust que le dé ventajas a las empresas nacionales para crear empleo en el país. ¿O alguien cree que es mejor seguir expulsando a nuestros profesionales? ¿Esa es la herencia que este gobierno le quiere dejar a la aviación mexicana? Y en última instancia: ¿necesitamos generar más problemas?
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx
