22 septiembre 2014

DEL CORREO DEL BLOG

2014-09-22 Opinión de José Contreras
A la basura, la Terminal 2
La construcción del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México implicará la demolición de la Terminal 2 del actual aeropuerto, inaugurada apenas el 27 de marzo del 2008 por el entonces presidente Felipe Calderón. Bajo los escombros de la Terminal 2 quedarán enterradas las irregularidades cometidas por funcionarios de las administraciones panistas durante la ampliación del actual AICM.
Ampliar el actual aeropuerto fue la salida que encontró el gobierno de Vicente Fox ante el gran oso que hizo su administración al no poder construir un nuevo aeropuerto en San Salvador Atenco.
Sólo que esa salida salió demasiado cara. La Terminal 2 tuvo un costo de 8 mil 595 millones de pesos y sólo sirvió para mitigar un poco, y por muy poco tiempo, la saturación del aeropuerto.
En estos momentos, la Terminal 2 presenta un hundimiento paulatino, que sólo podrá ser frenado mediante obras que costarán al menos mil millones de pesos.
El gasto tendrá que hacerse, pues el actual AICM, con sus dos terminales, debe prestar el servicio en las mejores condiciones posibles durante los seis años que se llevará la construcción del nuevo aeropuerto.
Las irregularidades en la construcción de la Terminal 2 fueron cometidas esencialmente por funcionarios del gobierno de Fox, quienes fueron encubiertos por el gobierno de Calderón.
Al revisar la Cuenta Pública del 2005, la Auditoría Superior de la Federación detectó diversas irregularidades que llevaron al retraso en las obras y a la duplicación del costo del costo de las mismas.
La ASF determinó que hubo discrecionalidad en la adjudicación de contratos a las empresas ICA y Doppelmayr Cable Car GMBH Corporation, ésta con sede en Austria.
Hubo irregularidades en la construcción de los edificios por parte de Gutsa Infraestructura, SA de CV y ausencia de información sobre los créditos obtenidos de Nacional Financiera.
Además, no hubo proyecto de preservación en materia ambiental y se incumplieron diversos ordenamientos de impacto urbano y de factibilidad de la ciudad de México.
En el 2006, el presidente Calderón le encargó a quien era secretario de la Función Pública, Germán Martínez Cázares, que diera seguimiento a las observaciones de la ASF, pero ningún servidor o ex servidor público fue sancionado.
La Terminal 2, herencia de los gobiernos panistas, será demolida y con ello se irán a la basura 8 mil 595 millones de pesos obtenidos de nuestros impuestos.