Opinión de (Rosario Avilés) |
¿Quién prepara el crecimiento?
Ya hemos comentado anteriormente las previsiones que tanto la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) como la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) tienen respecto al crecimiento del transporte aéreo y lo que esto significa en retos para la industria y para los países que —dicen los especialistas— estarían destinados a recibir parte de ese crecimiento, o al menos, tienen la oportunidad de jugar en las grandes ligas de la aviación mundial, ya sea a través de sus aerolíneas o gracias a una buena infraestructura aeroportuaria que los ponga en el mapa del gran boom.
El eje del crecimiento que ya se está moviendo y poco a poco abandona los países europeos, Estados Unidos y otros tradicionalmente poderosos, está empezando a localizarse en Oriente Medio, Asia-Pacífico y, con un poco de esfuerzo y audacia, puede arrastrar a América Latina.
Las compras de aviones que se ven en los países de Oriente Medio, sin embargo, dejan sin aliento a las propias compañías europeas y estadunidenses. Sin ir más lejos, en noviembre pasado, durante la feria aeronáutica de Dubai, se hicieron pedidos por más de 190 mil millones de dólares. Entre otras adquisiciones, se anunciaron 150 Boeing 777X y 50 Airbus 380. Las aerolíneas que más aviones a adquirieron son precisamente las de ese bloque, Etihad Airways, Emirates y Qatar Airways.
Por su parte, las aerolíneas del sudeste asiático siguen creciendo. China prepara su infraestructura aeroportuaria y las empresas de la zona siguen a la caza de tripulantes con suficientes horas de vuelo como para reforzar sus plantillas. Desde luego, México es un lugar privilegiado para ello, ya que tenemos muchos profesionales con miles de horas de vuelo que sin duda serán apreciados por aerolíneas de ambas regiones.
Todo ello, sin embargo, deja varias preguntas. Una de ellas tiene qué ver con los servicios de tránsito aéreo que tendrán que ampliarse y modernizarse a lo largo y ancho del planeta.
Para ello, la OACI ha planteado un nuevo sistema de mejoras por bloques para la gestión del Tránsito Aéreo (llamado ASBU, Aviation System Block Upgrades) con el que se pretende que a más tardar en el año 2028 todos los países del orbe cuenten con la mejor tecnología homologada en los cuatro sistemas fundamentales: aeropuertos, datos globalmente interoperables, capacidad óptima y vuelos flexibles y trayectorias de vuelo eficientes). La idea es que en estas cuatro capacidades se vayan cumpliendo metas por bloques.
El llamado bloque cero tuvo como fecha 2013; el número uno el 2018; el dos en el 2023 y el bloque tres en 2028. Según la misma OACI se espera que en el año 2030 el número de pasajeros que se transportan vía aérea en el mundo que hoy es de 3,000 millones, se duplique y es indispensable que todos los países cuenten con los sistemas más modernos, eficientes e intercomunicados para que este transporte sea tan seguro o más como se ha caracterizado siempre la aviación.
Todo ello habla de buenas noticias. Sin embargo, al analizar los pedidos de aviones de ciertas regiones en el mundo, uno se pregunta qué as tienen bajo la manga los países que abanderan a estas aerolíneas ya que –como se sabe- la estructura de convenios bilaterales que rige al mundo pone ciertas restricciones a la entrada y salida de aerolíneas en diversos países.
Dicho de otro modo: es muy probable que las tres aerolíneas del Golfo Pérsico ya mencionadas hagan esfuerzos muy grandes por atraer tráfico hacia sus aeropuertos (dicho sea de paso, el nuevo de Dubai que está por inaugurarse tendrá seis pistas de 4.5 kilómetros y más de 64 posiciones sólo para el Airbus 380, sin contar con las muchas más destinadas a albergar grandes jumbos).
Pero una cosa es que estas empresas se esfuercen en hacerlo y otra que las aerolíneas europeas o estadunidenses se avengan a hacer pasar sus aviones por estos nuevos destinos de conexión, a pesar de lo muy apetitosas que resultan las nuevas opciones de aeropuertos con mall, Business centres y otras atracciones de gran relevancia.
Algo, sin duda, tendrá que empezar a gestarse en el mundo de las libertades del aire para que las potencialidades de estos países emergentes se traduzcan en un tráfico aéreo más amplio, libre, sin restricciones y sin duda, de costos más bajos. Ya lo iremos reseñando.
Mientras tanto, América Latina tiene buenas oportunidades y dentro de ella, México podría erigirse como una opción pero… ¿Tendremos ese (o esos) nuevo (s) aeropuerto (s) capaz de albergar un tráfico creciente y con opciones tan atractivas como las de la competencia? ¿Lograremos que nuestras aerolíneas se conviertan en una opción para el tránsito de pasajeros norte-sur, mercado del Pacífico y mercado del Atlántico norte? Para ello –tal vez- nos falta sacudirnos muchos tabúes y ponernos a hacer la tarea de la política de Estado de largo plazo en serio.
Lo oí en 123.45: Y además: se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx
El eje del crecimiento que ya se está moviendo y poco a poco abandona los países europeos, Estados Unidos y otros tradicionalmente poderosos, está empezando a localizarse en Oriente Medio, Asia-Pacífico y, con un poco de esfuerzo y audacia, puede arrastrar a América Latina.
Las compras de aviones que se ven en los países de Oriente Medio, sin embargo, dejan sin aliento a las propias compañías europeas y estadunidenses. Sin ir más lejos, en noviembre pasado, durante la feria aeronáutica de Dubai, se hicieron pedidos por más de 190 mil millones de dólares. Entre otras adquisiciones, se anunciaron 150 Boeing 777X y 50 Airbus 380. Las aerolíneas que más aviones a adquirieron son precisamente las de ese bloque, Etihad Airways, Emirates y Qatar Airways.
Por su parte, las aerolíneas del sudeste asiático siguen creciendo. China prepara su infraestructura aeroportuaria y las empresas de la zona siguen a la caza de tripulantes con suficientes horas de vuelo como para reforzar sus plantillas. Desde luego, México es un lugar privilegiado para ello, ya que tenemos muchos profesionales con miles de horas de vuelo que sin duda serán apreciados por aerolíneas de ambas regiones.
Todo ello, sin embargo, deja varias preguntas. Una de ellas tiene qué ver con los servicios de tránsito aéreo que tendrán que ampliarse y modernizarse a lo largo y ancho del planeta.
Para ello, la OACI ha planteado un nuevo sistema de mejoras por bloques para la gestión del Tránsito Aéreo (llamado ASBU, Aviation System Block Upgrades) con el que se pretende que a más tardar en el año 2028 todos los países del orbe cuenten con la mejor tecnología homologada en los cuatro sistemas fundamentales: aeropuertos, datos globalmente interoperables, capacidad óptima y vuelos flexibles y trayectorias de vuelo eficientes). La idea es que en estas cuatro capacidades se vayan cumpliendo metas por bloques.
El llamado bloque cero tuvo como fecha 2013; el número uno el 2018; el dos en el 2023 y el bloque tres en 2028. Según la misma OACI se espera que en el año 2030 el número de pasajeros que se transportan vía aérea en el mundo que hoy es de 3,000 millones, se duplique y es indispensable que todos los países cuenten con los sistemas más modernos, eficientes e intercomunicados para que este transporte sea tan seguro o más como se ha caracterizado siempre la aviación.
Todo ello habla de buenas noticias. Sin embargo, al analizar los pedidos de aviones de ciertas regiones en el mundo, uno se pregunta qué as tienen bajo la manga los países que abanderan a estas aerolíneas ya que –como se sabe- la estructura de convenios bilaterales que rige al mundo pone ciertas restricciones a la entrada y salida de aerolíneas en diversos países.
Dicho de otro modo: es muy probable que las tres aerolíneas del Golfo Pérsico ya mencionadas hagan esfuerzos muy grandes por atraer tráfico hacia sus aeropuertos (dicho sea de paso, el nuevo de Dubai que está por inaugurarse tendrá seis pistas de 4.5 kilómetros y más de 64 posiciones sólo para el Airbus 380, sin contar con las muchas más destinadas a albergar grandes jumbos).
Pero una cosa es que estas empresas se esfuercen en hacerlo y otra que las aerolíneas europeas o estadunidenses se avengan a hacer pasar sus aviones por estos nuevos destinos de conexión, a pesar de lo muy apetitosas que resultan las nuevas opciones de aeropuertos con mall, Business centres y otras atracciones de gran relevancia.
Algo, sin duda, tendrá que empezar a gestarse en el mundo de las libertades del aire para que las potencialidades de estos países emergentes se traduzcan en un tráfico aéreo más amplio, libre, sin restricciones y sin duda, de costos más bajos. Ya lo iremos reseñando.
Mientras tanto, América Latina tiene buenas oportunidades y dentro de ella, México podría erigirse como una opción pero… ¿Tendremos ese (o esos) nuevo (s) aeropuerto (s) capaz de albergar un tráfico creciente y con opciones tan atractivas como las de la competencia? ¿Lograremos que nuestras aerolíneas se conviertan en una opción para el tránsito de pasajeros norte-sur, mercado del Pacífico y mercado del Atlántico norte? Para ello –tal vez- nos falta sacudirnos muchos tabúes y ponernos a hacer la tarea de la política de Estado de largo plazo en serio.
Lo oí en 123.45: Y además: se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx