28 enero 2014

DE LA COLUMNA DE ROSARIO AVILÉS

  Opinión de
  (Rosario Avilés) 


La aviación en el Edomex
Rosario Avilés | Opinión | Fecha: 2014-01-28 | Hora de creación: 22:24:14 | Ultima modificación: 02:36:11
Con un estilo que siempre es agradable y aleccionador, Manuel Ruiz Romero nos regala esta vez su Historia de la Aviación en el Estado de México, libro que acaba de ser publicado a finales del año pasado.

Se trata de un recuento de lo que ha sido esta actividad en uno de los estados de la República en donde encontramos desde aeródromos y aeropuertos en expansión, hasta fábricas de aviones y de globos aerostáticos, un hermoso paseo por lo mejor de nuestra historia.

Como siempre que publica algo, Ruiz Romero se atiene a la buena factura de su investigación, tan exhaustiva como complicada pues, como él mismo hace notar en su introducción, el desconocimiento y la falta de interés de muchos sectores y autoridades en lo que ha sido nuestra industria aeronáutica, hacen muy difícil compilar datos y recuperar historias de una actividad que, si bien sigue siendo considerada como restringida, tiene un impacto económico  y una derrama de empleos que ya quisieran muchos industrias “populares”.

En fin, que en esta ocasión Manuel se adentra en las entrañas de la aviación mexiquense que ya acumula 125 años de historia, no sin aceptar que el reto esta vez fue de una magnitud mayor al que le resultaron sus 14 libros anteriores, un verdadero compendio de la aviación mexicana que, gracias a Manuel Ruiz Romero, conocemos con la exactitud del investigador riguroso que es.

En este paseo por la aviación mexiquense, conocemos de la incursión de Don Maximiano Sánchez y Pérez, oriundo de San Miguel Tlaxhomulco, hoy Melchor Ocampo distrito de Cuautitlán, en la aerostática. Este personaje del siglo XIX obtuvo dos patentes en 1885 por la invención de un globo dirigible en forma de cruz (algo así como el antecedente del jet) y un globo aerostático con un novedoso sistema de compartimentos para el manejo del gas que le permitían darle dirección.

Este antecedente nos lleva muchos años después a Pastejé, la armadora de aviones de Don Alejo Peralta y Díaz Ceballos, donde se llegaron a producir 150 aviones para labores agrícolas. La empresa, llamada Aeronáutica Agrícola Mexicana, fue una jointventure entre IUSA y la fábrica de aviones estadounidense Rockwell International que en México era representada pro la Commander, propiedad de Don Alejo,  y que vendía las aeronaves pero además poseía talleres de mantenimiento.  Esta fábrica tuvo que cerrar en 1990, a pesar de lo cual siempre quedó como una referencia de aquello que este país podía hacer en materia aeronáutica.

Otro de los aspectos que Ruiz Romero destaca es el conjunto de pistas y aeródromos del Edomex, entre los que se cuentan Jilotepec, Villa del Carbón y desde luego, Atizapán, que ha sido hogar de numerosas escuelas de aviación. No falta, desde luego, la historia del aeropuerto de Toluca, que tuvo varios intentos antes de construirse el actual.

En principio fue un pequeño campo aéreo en honor de Pablo Sidar, más adelante se construyó el Toluca II cerca de Ixtlahuaca y finalmente en 1980 se inauguró el José María Morelos en los terrenos actuales que, después de una importante modernización y la elaboración de un plan maestro, se convirtió en el Adolfo López Mateos.

Las muchas vicisitudes que ha tenido este aeropuerto son reflejo de las continuas crisis, desavenencias, planes y problemas de un sector que aún no halla la estabilidad con una política de estado de largo plazo, pero hoy parece tener mayor estabilidad una vez que desde hace unos años fue reestructurada su administración y la saturación del aeropuerto de la ciudad de México lo muestran como una alternativa eficiente.

En esta investigación, Manuel nos muestra también la historia de las empresas que habitan este aeropuerto, desde Aerolíneas Ejecutivas, Aeromundo Ejecutivo, Avemex, Estrella y Flymex, entre otras, hasta Volaris e Interjet que nacieron en su entorno como líneas de bajo costo y ahora operan en su mayor parte en el AICM.

Este paseo termina con una serie de biografías de hombre prominentes en la aviación del Edomex, tras pasar por la Base Aérea de Santa Lucía, los parapentes de Valle de Bravo, los globos aerostáticos sobre Teotihuacán, el grupo de rescate aéreo y el museo de la aviación militar. Sin duda, un paseo que vale mucho y se le agradece a nuestro amigo Manuel, el historiador más conspicuo de la aviación mexicana, su esfuerzo, dedicación y buena factura de un libro que nos devuelve algo de nuestra historia en el tema aeronáutico.

Sólo falta adelantar que en este 2014, como “Año del Cuatro Vientos”, es decir, de la gesta en que los aviadores españoles Mariano Barberán y Joaquín Collar perdieron la vida al hacer el histórico vuelo Sevilla-La Habana-México, tendremos la historia de esta tragedia contada por el mismo Manuel Ruiz Romero, quien merece un reconocimiento por su extraordinaria labor de compilación y difusión de nuestra aviación mexicana.

Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores  su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx