05 septiembre 2013

DE LA COLUMNA DE ROSARIO AVILÉS

  Opinión de
  (Rosario Avilés)


El futuro de las aerolíneas y la política de Estado
Rosario Avilés | Opinión | Fecha: 2013-09-03 | Hora de creación: 21:49:45 | Ultima modificación: 00:47:11 En los últimos 15 años las aerolíneas en el mundo han modificado sustancialmente su estructura, su forma de operar y, sobre todo, sus expectativas respecto a lo que es posible y lo que no en esta economía globalizada. Pero el cambio que ha ocurrido es nada comparado con lo que viene.


Las organizaciones globales que tienen que ver con la aviación también tienen que redefinir sus estrategias. En estos años, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) se replegó en el área técnica, mientras que la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) tomó el protagónico en todo lo que se refiere a ampliación de libertades, inversiones y cambio tecnológico.


Esto permitió a las aerolíneas globales mantenerse vigentes en un mundo que se mueve aprisa. Los cambios tecnológicos han permitido ahorros sustanciales a las empresas aéreas que hoy están más listas para competir con las aerolíneas de bajo costo que se multiplican como conejos, aunque algunas sólo comprenden el bajo costo como bajo salario, sin entender la importancia de que quienes hacen la empresa, es decir, los trabajadores, son los principales clientes para otorgar un servicio de calidad.

Lo que se aprecia, sin embargo, en el horizonte es que, tal como ha ocurrido en otros sectores industriales, es muy posible que en la siguiente década la aviación entre en un torbellino de aperturas, fusiones, adquisiciones, consolidaciones globales y la conformación de megatransportadoras multinacionales que - a semejanza de las automotrices- se traguen a las menos fuertes para, a su vez, competir con las bajo costeras más conspicuas que deberán entrar en un proceso de globalización paralelo.

Es cierto que los propios gobiernos tendrán que modificar muchas cosas. Este proceso debe pasar por una importante reestructura del Convenio de Chicago que dio nacimiento a la OACI y que deberá repensarse para que esta organización lidere en el futuro la transformación estructural de los convenios de aviación y las libertades del aire.

La IATA, por su parte, tendrá que empezar a vivir en el mundo de las líderes y sus subsidiarias compitiendo con las bajo costeras de tu a tu disputándose el espacio aéreo transoceánico. Sólo el respeto irrestricto a la norma número uno del transporte aéreo podrá salvar a las aerolíneas: la seguridad ante todo y ahí no hay simulación que  se permita.

Hoy en día ya vemos como las naciones que tienen visión de futuro se preparan a esta gran competencia. Los países árabes y los orientales que en el pasado no tenían una aviación muy desarrollada están invirtiendo millones de dólares en crecer y profesionalizarse. México contribuye con la exportación de sus mejores tripulantes para que otras empresas en otros países crezcan, se fortalezcan y en el futuro no muy lejano dejen atrás a países como el nuestro que todavía cree que la máquina y el bajó costo nos hace competitivos.

Países como Arabia Saudita, Qatar, Turquía, Corea y China que no sabían de aviación cuando México ya era el líder de Latinoamérica en este rubro, ahora tienen políticas de Estado para que sus empresas aéreas estén a la altura en el momento de la gran apertura que esta más próxima de lo que pensamos. Ellos sí están dispuestos a invertir  lo que valen buenos tripulantes con experiencia para que sus aerolíneas compitan con posibilidades de ganar.

Por otra parte, en Europa, por ejemplo, se empiezan a notar las diferencias en las políticas públicas de los diversos países. Aerolíneas como British Airways, que ya adquirió Iberia; Air France,  que adquirió KLM y Lufthsnsa que ha invertido en otras aerolíneas serán las empresas que tengan dominancia. Algo similar ocurrirá en Estados Unidos con las fusiones y las adquisiciones que estamos viendo, aunque algunas, como la de US Airways y American Airlines estén enfrentando problemas que sin duda serán solucionados.

En tanto, en México tenemos aún mucho por aprender. Hemos perdido casi 15 años en ignorar a nuestra aviación. El hecho de que no hayamos sabido aprovechar nuestra posición estratégica para utilizar a nuestras dos grandes aerolíneas troncales, con experiencia y prestigio como para posicionarnos en América Latina con miras a fortalecer nuestra presencia hacia Estados Unidos, Europa y el sudeste asiático, habla de lo mal que estamos calculando el futuro de la aviación mundial.

Estamos a tiempo de decidir sí seremos simples subsidiarias de los grandes conglomerados o si jugáremos en las ligas mayores. Ojalá sepamos jugar bien.
raviles_2@prodigy.net.mx


twitter: @charoaviles