15 enero 2013

DEL CORREO DEL BLOG

Maricarmen Cortés
 
 
La actuación de la titular del Ifecom, Griselda Nieblas, deja mucho que desear, ya que ha permitido que el Concurso Mercantil de Mexicana de Aviación se alargue más de dos años, cuando la ley establece que el plazo máximo para llegar a un convenio es de un año.
Pese a que desde el inicio del proceso Iván Barona no pudo demostrar que tenía recursos para capitalizar a la aerolínea, la juez Edith Alarcón le otorgó otro plazo —sin que se opusiera el Ifecom— y Barona tampoco demostró su solvencia, que fue la razón por la que desde un principio había sido rechazado como un postor serio por la SCT.
El colmo es que ahora Nieblas afirma que si en diez días hábiles no se presenta un postor que demuestre que sí tiene 300 millones de dólares para capitalizar a la aerolínea se analizaría la posibilidad de volver a ampliar el plazo del Concurso Mercantil o reducir la cantidad mínima que se exigiría a los postores.
Lo que debería hacer Nieblas, y evidentemente no hace, es vigilar que el concurso se realice conforme a la ley y la inversión que se requiere para que Mexicana pueda reanudar operaciones; no es cuestión de adivinar el precio, sino de un plan de negocios y el problema es que después de 28 meses los pocos activos que tiene la aerolínea, comenzando por los nueve aviones propiedad de Bancomext, están deteriorados y mientras más tiempo pase sin declararse la quiebra, más se afectará a los trabajadores en su liquidación.
Las anomalías en el caso de Mexicana han puesto en evidencia las graves fallas que tienen los procesos de Concurso Mercantil en México, que dependen del capricho del juez en turno y desde luego del conciliador.
Se perdió ya el objetivo de que el Concurso Mercantil fuera un vehículo de conciliación entre empresas y sus acreedores, porque se ha demostrado que los juicios se pueden alargar indefinidamente sin que al Ifecom le importe que no se cumpla la ley lo que genera una gran incertidumbre para las inversiones.