Por: David Páramo
OPINIÓN
18/Diciembre/2012
Barona
Iván Barona, trágicamente, sigue quitándole el tiempo a los
trabajadores de Mexicana de Aviación, así como a sus acreedores.
Mucho más allá de sus promesas huecas y vacías sobre los cientos de millones
que dice fue a recoger a Europa o los planes maravillosos que dice tener, la
realidad es que no tiene el dinero.
Su apuesta es que va a lograr convencer a alguien que le fondee la operación
pero lo deje a él ser quien esté al frente de la transacción, lo cual suena de
entrada complicado, puesto que no cumpliría con las cuatro condiciones que
establece la ley y que, a pesar del cambio de nuevo gobierno, no han cambiado y
ni lo harán.
Lo menos malo que le puede pasar a los acreedores, que comienzan con los ex
empleados, es que se decrete la quiebra y se pase al siguiente punto; pero eso
sólo podrá ocurrir hasta mediados de enero, pues entre otras cosas los juzgados
se van de vacaciones.