23 noviembre 2012

DEL CORREO BLOG

Por: David Páramo
OPINIÓN
 
 
En los últimos meses y, en particular en las semanas más recientes, le hemos venido advirtiendo sobre el grave peligro que representa la administración de Héctor Velázquez en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Hemos documentado, como prácticamente todos los medios de comunicación, problemas de trata de personas, narcotráfico y una gran variedad de operaciones del crimen organizado. Hay constancia de miembros de tripulaciones que hoy se encuentran detenidos en España acusados de narcotráfico; el incidente en el que perdieron la vida agentes de la policía federal y asaltos a pasajeros que son halconeados en el AICM, aun cuando supuestamente hay cámaras de seguridad y un equipo de policía privada que es notorio por su baja capacitación y malos tratos que por su eficiencia.
El miércoles se registró un incidente con un avión de LAN Chile en el que la tripulación, siguiendo una denuncia de un pasajero, activó una alerta de seguridad porque supuestamente venían personas armadas o con objetos raros.
Mucho más allá de las confusas explicaciones de los voceros del AICM, sólo se hace evidente que los molestos e incómodos procedimientos de seguridad son muy ineficientes. Si funcionaran como presume Velázquez, pues entonces no se hubieran tenido que activar los protocolos de seguridad.
Operación
Como si estos problemas no fueran graves, Velázquez (quien presume una gran cercanía con Felipe Calderón) y su equipo se han encargado de convertir en un verdadero desastre la operación de la terminal aérea. En días de intenso tráfico aéreo los retrasos atribuibles a la mala planeación y saturación de la terminal aérea se han vuelto una constante.
Seguramente usted conoce de cerca historias de terror de vuelos de todas las líneas aéreas en fin de semana, especialmente en la ruta Acapulco-DF, en los cuales los pasajeros tienen que pasar larguísimas horas esperando la salida de sus vuelos. Muchas veces, la espera suele ser mayor que si hubieran realizado el trayecto en autobús.
Obviamente los pasajeros dirigen su indignación hacia Aeroméxico, Interjet, Volaris, VivaAerobús o la empresa que hayan elegido, puesto que es la que brinda el servicio y les cuesta trabajo comprender que el asunto no sólo supera la voluntad, sino la capacidad de la línea aérea.
Como le informamos ayer, la línea aérea que dirige Andrés Conesa llevará parte de sus operaciones al aeropuerto de Toluca, puesto que tiene mejores condiciones para dar el servicio. Las otras tres líneas aéreas de gran tamaño ya también están en negociaciones con la terminal mexiquense para llevar sus operaciones aprovechando el buen trabajo que está teniendo esa terminal. Una de las prioridades que debe tener el próximo secretario de Comunicaciones y Transportes es nombrar a un director del AICM, con capacidad para corregir el desastre que es la principal terminal aérea del país.