Sistema Metropolitano de Aeropuertos, rip
Mié, 12/09/2012 - 6:48am
Por:
Osiel Cruz
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El Sistema Metropolitano de Aeropuertos (SMA),
creado por la anterior administración del expresidente Vicente Fox, una
vez que se canceló la posibilidad de contar con un nuevo aeropuerto
capitalino en Texcoco, no funciona.
En 2008, el aeropuerto Adolfo López Mateos de Toluca, fue el que
mejor operación registró al sumar 4.1 millones de pasajeros y ubicarse
entre los primeros cinco con mayor volumen de carga manejada.
A partir de ahí, este aeropuerto ha venido a la baja, y varias de las
inversiones realizadas en su modernización, no se ve clara la
posibilidad de su retorno para los inversionistas privados que ahí
inyectaron sus capitales.
El principio de la crisis para el aeropuerto de Toluca -los otros (Puebla y Cuernavaca) no tuvieron una operación relevante como alternos al de la Ciudad de México-, fue en 2009 con la gripe aviar (AH1N1).
Después la quiebra de Aerocalifornia, y la adquisición que hizo Interjet
de sus slots en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México
(AICM), llevó a esta aerolínea a mudar el 80% de sus operaciones,
dejando sólo el 20% en Toluca. A ello se sumó la quiebra de las
aerolíneas Alma y Avolar. Todo ello le representó la pérdida de
operaciones importantes.
Luego llegó la suspensión de operaciones de Mexicana de
Aviación y con ello Volaris y VivaAerobus siguieron los pasos de
Interjet, migrando sus operaciones a la Ciudad de México.
El año anterior el número de pasajeros se redujo en la terminal
aérea de Toluca a 1.1 millones, y este año se estima que podría bajar
incluso al millón de pasajeros o menos.
El grave problema de esta crisis de líneas aéreas y del SMA, es la
falta de una política pública que regule y planifique el mercado del
aerotransporte. Sin mucha certeza jurídica, un día se nos ocurre
autorizar varias aerolíneas como si fueran líneas de autobuses, o como
si nuestra economía creciera al ritmo de China.
Otro día creamos un Sistema de Aeropuertos sin candados que hacen que
a la vuelta de unos meses, todo regrese al punto de donde partimos, un
aeropuerto que centraliza operaciones porque ahí concentramos la oferta y
ahí está la demanda.
Otras perlas no pueden faltar. El combustible que es el rubro dentro
de la estructura de costos que más cuidan las aerolíneas desde hace
cuatro o cinco años, es más barato en el AICM que en Toluca y en
Cuernavaca, porque en éstos últimos no existe ducto de alimentación
directa y hay que transportarlo en pipas. La política de precio único
que sí aplica para las gasolinas en cualquier parte del país (otro costo
es el de las ciudades fronterizas), en el gasavión y la turbosina no la
aplicamos.
Mientras no definamos una política aeronáutica de largo plazo, el
futuro de los aeropuertos alternos con la sombra del AICM tan cerca de
ellos, será difícil que en México aprovechemos esa infraestructura. La
solución debe de venir desde las autoridades y la aplicación de un plan
estratégico bien soportado y no hecho sobre las rodillas.