24 julio 2012

DE LA COLUMNA DE ROSARIO AVILÉS

El discreto encanto de hacerse el ciego
Rosario Avilés |  Opinión     2012-07-24  | Hora de creación: 21:44:34 | Ultima modificación: 00:26:23




 A la memoria del Capitán García Lascuráin, caballero del vuelo

 Solían decir las abuelitas que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y es verdad que ciertos ciegos tienen muchos incentivos para no querer ver, a veces porque no les conviene y a veces porque la verdad duele. En ambos casos, sin embargo, posponer el esfuerzo tiene costos. El gobierno actual tiene muchos de estos dos tipos de ceguera voluntaria, lo cual le ha costado —nada más y nada menos— que el poder Ejecutivo.

 En el primer caso, sin embargo, el daño no sólo queda para quien comete los errores, sino que tiene víctimas. En la aviación mexicana las víctimas de los daños son muchas, algunas ya están muertas, otras sobreviven sin empleo y algunas más han logrado empleos donde les pagan mucho menos de lo que vale su trabajo o han tenido que dejar patria, familia y amigos para lograr seguir adelante.

 Pero lo que no tiene justificación alguna (ni forma de ser maquillado) es la voluntad inquebrantable de los funcionarios, ya sea de la SCT o de la PGR, de la Función Pública o de Bancomext, de hacerse de la vista gorda cuando de los amigos del gobierno se trata, hagan lo que hagan y hayan lastimado, timado, robado, engañado, etcétera, etcétera, a quien sea.

 Hace dos años que Mexicana de Aviación entró en Concurso Mercantil. Hace 23 meses que no vuela, hace meses que la SCT “le juega al tío Lolo” (expresión coloquial que alude a cierta moral y acción distraída), diciendo una cosa y haciendo otra. Y hace meses, en fin, que los sindicatos de esta empresa interpusieron demandas ante la PGR para que, al menos, citen a declarar a los principales directivos de la Primera Línea Aérea de México, sobre actos que prefiguraron una quiebra fraudulenta.

 En días pasados, un juez federal rechazó otorgar la orden de aprehensión en contra de Manuel Borja Chico, ex director de esa empresa, por considerar que los elementos aportados por la  PGR no son suficientes. Curioso que estas autoridades actúan presto para detener a personajes equivocados y  lerdos para citar siquiera a quienes tienen elementos suficientes para ser indiciados.

 En todo caso, ni la SCT, ni la Función Pública, ni ninguna otra autoridad ha logrado enterarse de cosas que hasta un estudiante de preparatoria vería como constitutivos —al menos— de negligencia.

 ¿Cómo se explica que Bancomext le haya dado un crédito de casi mil millones de pesos a una empresa que —según los propios informes de sus accionistas— no valía nada? ¿Cómo explicar la aparente ceguera ante los estados financieros de Mexicana que desaconsejaban un préstamo, el cual fue aprobado por el Consejo de ese banco estatal, donde participan secretarios de Estado y del que el propio Felipe Duarte —hoy subsecretario de transporte— era vocal en ese momento?

 ¿Cómo explicar que Luis Téllez, hoy presidente de la BMV, antes titular de SCT, no encuentre ningún problema en que Posadas de México haya omitido el quebranto de Mexicana en sus informes ante ese organismo? ¿Cómo explicar que los mismos directivos de Posadas tenían puestos directivos en Mexicana y declararon “no estar enterados” de la situación de la aerolínea?

 ¿Cómo explicar el desfalco sistemático de Mexicana con contratos millonarios y duplicados a empresas de Posadas, perpetrado durante 5 largos años ante las mismas barbas de Téllez, Molinar y Pérez Jácome? ¿Cómo explicar las violaciones flagrantes al convenio de venta de la empresa por parte del IPAB, entre los que se encuentran la obligación de auditar y de tener un gobierno corporativo?

 ¿Cómo explicar la venta apresurada de la torre de Xola,  los enjuagues de la compra de aviones que hoy son de litigio en Bancomext y el desmembramiento planeado de Compañía Mexicana de Aviación a favor de una entelequia llamada NGA?

 Y, en fin, ¿cómo explicar que los sindicatos le otorgaron a la administración de Mexicana facilidades y ahorros suficientes para pagar y repagar lo que Posadas dio por obtener la propiedad de la aerolínea para que, al final, sean ellos los que terminen pagando los platos rotos y, tras de golpeados, sean insultados por querer revivir a su empresa?

 Estos son apenas atisbos de la cloaca que los funcionarios de SCT y los miembros del gabinete que llevó a su partido al tercer lugar no quieren voltear a ver. Todavía hay quien afirma, dentro de ese putrefacto instituto político, que “no hay nada que revisar” en lo que ha hecho el blanquiazul en los 12 años de pesadilla del sector aéreo.

 En muchos otros sectores de importancia nacional se habla de pifias similares y esta es la razón por la cual los mexicanos han decidido cambiar de rumbo. La ceguera voluntaria de quienes prefieren ejercer el discreto encanto de engañarse a si mismos no los ayudará a salir del hoyo en que hoy están, pese a que han elevado a política de estado la práctica de las concertacesiones para salvar —al menos— el pellejo.

 Mientras existan suficientes palafreneros que le escatimen a los poderosos sus miserias, no habrá futuro. Parafraseando a Beatriz en el DF: ¿hasta cuándo?

 raviles_2@prodigy.net.mx