08 marzo 2012

DEL CORREO DEL BLOG

Empresa | Alberto Barranco
Mexicana: Medalla al tesón


Colocado el país de espaldas al callejón tras la degradación ordenada por Estados Unidos en sus niveles de seguridad de los vuelos, la vía de salida, la pauta hacia la certeza, se ubicó en la inspección de las entrañas de Mexicana de Aviación
Jueves 08 de marzo de 2012

Con 46 años de experiencia en la apertura de rutas hacia el vecino del norte, con una planta de personal con un promedio de trabajo de 22 años, la línea comercial más antigua del país se convertiría en el trampolín de salida frente al entredicho en que había caído México, en cuyo escenario se podrían cancelar sus vuelos hacia el vecino.

 El punto de quiebra, documejtado en este espacio, había sido la comprobación por parte de la autoridad aeronáutica de Estados Unidos de que los pilotos involucrados en el accidente que le costó la vida al que fuera secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, habrían estudiado en una academia no certificada.

 Mexicana mostró la otra cara.

 Desde otro ángulo, postrada la firma desde hace más de año y medio, la posibilidad de sobrevivencia la representó el funcionamiento ininterrumpido de sus talleres de mantenimiento, cuyo prestigio internacional, uno de los pocos expertos en el mundo en reparaciones mayores de aviones airbus, le ha permitido seguir ofreciendo empleo a un segmento de los trabajadores.

 En la ruta, hete aquí que el veterano de las mil batallas, el empleado más antiguo de la firma, con 92 años de edad, cuyo nombre es Sergio Monroy, ofreció su pago a la causa, en un gesto que provocó lágrimas.

 La oferta, naturalmente, fue desechada.

 El ejemplo, empero, quedó intacto.

 A qué, pues, tanta inquina contra la resistencia heroica de los trabajadores en seguir portando la camiseta. A qué tanta zancadilla. A qué tanta siembra de dudas entre quienes se han acercado a intentar ofrecerle oxígeno de boca a boca.

 La lista alcanza a 28 inversionistas.

 En el abanico están lo mismo intervenciones telefónicas al juez de la quiebra, al administrador y conciliador, y a los líderes sindicales, que colocación de grabadoras en reuniones a las que se les convoca a éstos con media hora de anticipación.

 De pronto, para hablar de lo más próximo, hete aquí que el administrador del aeropuerto capitalino habla de que la firma no va a volar si no paga una deuda de 300 millones de pesos, cuyo monto está en la masa del concurso mercantil.

 De pronto, resulta que la Asociación Nacional de Agencias de Viajes habla de un colosal adeudo de la compañía… quien el último mes antes de su salida del aire dejó de vender boletos, es decir operó sólo con los previamente vendidos. Además, la IATA se hizo cargo de los adeudos.

 La paradoja del caso, frente a la severidad con que el gobierno trata a la línea aérea es que existe un contraste con la actividad de las empresas estadounidenses a quienes les había alquilado gran parte de su flota de 110 aviones.

 Estos se han conformado con el regreso de sus naves, es decir no hicieron mayor presión para el pago de los adeudos. De hecho, pactaron una inaudita quita de 99.9% de éstos.

 De ahí que pueda hablarse de un promedio de cancelación de débitos de entre 70% y 80%. Por lo pronto, a finales de este mes el administrador y conciliador del concurso mercantil, Gerardo Badín, colocará a la vista del juez de la causa, Felipe Consuelo Soto, el convenio con los acreedores que permitiría cerrar el concurso mercantil.

 Previamente, sin embargo, las acciones de la compañía deberán traspasarse a la firma al rescate, es decir Med Atlántica. Estamos hablando de las que mantiene la Tenedora K de la controladora de ésta y de las filiales Click y Link, además de las que se pignoraron por préstamos del Banco Mercantil del Norte y del Banco Nacional de Comercio Exterior, vía la reestructura de los convenios de pago.

 A partir de ahí existe un plazo para presentar objeciones.

 Del otro lado de la moneda, Mexicana ya logró por sus propios medios los permisos, validaciones y certificaciones de aeronaves y estaciones por parte de la autoridad aeronáutica de México y la FAA de Estados Unidos.

 En paralelo, se han pactado convenios con los tres sindicatos para evitar problemas laborales a la hora de reanudar vuelos, cuyos originales están depositados en la Secretaría del Trabajo.

 Y si le seguimos, se ha perfeccionado el modelo de negocio hacia el plano nacional e internacional.

 El despegue está listo.

 La pregunta, sin embargo, está latente: ¿Le permitirá regresar la maraña de intereses tejidos en su contra?