¿Aproximación final?
Rosario Avilés | Opinión 2012-02-28 | Hora de creación: 21:45:40| Ultima modificación: 00:20:57
La buena noticia es que el viernes pasado el juez de lo concursal, Felipe Consuelo, dio a conocer que se cercioró de que el grupo postor por Mexicana de Aviación, Med Atlántica, sí tiene los recursos necesarios para capitalizar a esta aerolínea y que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes aceptó que dicho grupo continúe en el proceso para salir del Concurso Mercantil.
La no tan buena noticia es que aún falta mucho para ver cristalizado ese deseo de volver a ver volar a Mexicana. Y la verdad es que no es asunto menor, hay muchos interesados en que la aerolínea más antigua de México no despegue y entre las autoridades no existe aún lo que suele llamarse Voluntad Política.
Genio y figura, la actual administración ha dejado su sello en todo lo que toca. El asunto de Mexicana muestra varios de estos aspectos: la opacidad que reina aún en el asunto como para conocer las verdaderas razones de la debacle de la empresa, cuyos signos apuntan a una gestión no sólo deficiente sino claramente fraudulenta con el fin de cerrar esta empresa. Es decir, de Grupo Posadas se puede decir que o es ineficiente o es inescrupuloso, que sus dueños elijan pero que den la cara y que se expliquen.
La segunda condición tiene que ver con la forma de operar, siempre por la puerta trasera, que parece ser el “modo” de esta administración. El único grupo que pudo quedarse con las acciones de la aerolínea fue Tenedora K, y lo hizo sin pedir autorización, pagando la ridícula cifra de mil pesos y quedándose con acciones por las que hoy puede pedir 8 millones de dólares.
Las autoridades todavía no explican cómo es posible que una empresa hecha al vapor pueda quedarse con las acciones que amparan una concesión federal, concesión de la que hicieron lo que les dio su gana sin que esas mismas autoridades hayan hecho absolutamente nada por evitarlo.
No contentos con ello, estos funcionarios decidieron en noviembre del 2010 que una consultora de fondos de inversión gestionada por chicos inexpertos (casi tan inexpertos como los propios funcionarios al mando), fueran “elegidos” para ser los responsables de quedarse con la aerolínea y la concesión. Otra vez, sin que metieran ni la nariz para cerciorarse de que los elegidos por ellos tuvieran la capacidad técnica, jurídica, operativa y financiera para hacerlo.
Y después de todo esto, ahora resulta que ningún postor les cuadra. El tortuguismo del que han hecho gala y la forma cómo han manejado su actuación y la guerra mediática que han propiciado, son motivos más que suficientes para iniciar un juicio por su gestión.
Hoy, pareciera que los obstáculos se van desbrozando. El titular de la SCT pareció darse por satisfecho, pero ni el subsecretario de Transporte ni el director jurídico de la SCT se quedaron quietos. Más tardó el anunció del juez de que el dinero estaba disponible que empezar a florecer los nuevos obstáculos.
Que si las deudas: ya se sabe, Grupo Posadas dejó una deuda de 17,000 millones de dólares, por la cual no ha sido tocado ni con el pétalo de un requerimiento. Que si sólo son siete aviones, claro, fue lo único que dejaron. Que si no les darán el certificado de autorización hasta que se liquide el adeudo del AICM; que si no se tiene certeza de que este grupo podrá; que si no han dicho quiénes son los inversionistas; que si… En fin. Tal parece que lo que se quiere es ventilar en los medios lo que no se quiere gestionar en privado.
Esta forma estalinista de gobernar —por aquello de la maestría en la desinformación— está consagrando a Acción Nacional como el peor gobernante del México moderno. Que no les extrañe si el pueblo mexicano decide cobrarles el modelo con el voto en contra.
Ojalá que en estos días se logre concretar la oferta de Med Atlántica. Que la aproximación final no encuentre la pista llena de obstáculos, sino que le demos la bienvenida a la primera línea aérea de América Latina que vuelva a ser uno de los orgullos de este país. Para ello tiene experiencia y enjundia suficiente.
Esto, en lugar de afectar, dará seguridad jurídica a todos los actores de la aviación mexicana. Lo que más le conviene a las aerolíneas que están volando es que las cosas queden claras, transparentes, sin problemas jurídicos.
Quien crea que obstaculizando a Mexicana les está haciendo un favor a Volaris, Interjet y Viva el Microbús, está equivocado: tolerar la impunidad, la alevosía y el despojo sólo nos convierte en cómplices de un país sin leyes y sin derecho, del cual muy pronto podrán ser víctimas los que hoy son beneficiarios y en ese caso, cuando se quejen no habrá nadie que salga en su defensa
raviles_2@prodigy.net.mx
Rosario Avilés | Opinión 2012-02-28 | Hora de creación: 21:45:40| Ultima modificación: 00:20:57
La buena noticia es que el viernes pasado el juez de lo concursal, Felipe Consuelo, dio a conocer que se cercioró de que el grupo postor por Mexicana de Aviación, Med Atlántica, sí tiene los recursos necesarios para capitalizar a esta aerolínea y que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes aceptó que dicho grupo continúe en el proceso para salir del Concurso Mercantil.
La no tan buena noticia es que aún falta mucho para ver cristalizado ese deseo de volver a ver volar a Mexicana. Y la verdad es que no es asunto menor, hay muchos interesados en que la aerolínea más antigua de México no despegue y entre las autoridades no existe aún lo que suele llamarse Voluntad Política.
Genio y figura, la actual administración ha dejado su sello en todo lo que toca. El asunto de Mexicana muestra varios de estos aspectos: la opacidad que reina aún en el asunto como para conocer las verdaderas razones de la debacle de la empresa, cuyos signos apuntan a una gestión no sólo deficiente sino claramente fraudulenta con el fin de cerrar esta empresa. Es decir, de Grupo Posadas se puede decir que o es ineficiente o es inescrupuloso, que sus dueños elijan pero que den la cara y que se expliquen.
La segunda condición tiene que ver con la forma de operar, siempre por la puerta trasera, que parece ser el “modo” de esta administración. El único grupo que pudo quedarse con las acciones de la aerolínea fue Tenedora K, y lo hizo sin pedir autorización, pagando la ridícula cifra de mil pesos y quedándose con acciones por las que hoy puede pedir 8 millones de dólares.
Las autoridades todavía no explican cómo es posible que una empresa hecha al vapor pueda quedarse con las acciones que amparan una concesión federal, concesión de la que hicieron lo que les dio su gana sin que esas mismas autoridades hayan hecho absolutamente nada por evitarlo.
No contentos con ello, estos funcionarios decidieron en noviembre del 2010 que una consultora de fondos de inversión gestionada por chicos inexpertos (casi tan inexpertos como los propios funcionarios al mando), fueran “elegidos” para ser los responsables de quedarse con la aerolínea y la concesión. Otra vez, sin que metieran ni la nariz para cerciorarse de que los elegidos por ellos tuvieran la capacidad técnica, jurídica, operativa y financiera para hacerlo.
Y después de todo esto, ahora resulta que ningún postor les cuadra. El tortuguismo del que han hecho gala y la forma cómo han manejado su actuación y la guerra mediática que han propiciado, son motivos más que suficientes para iniciar un juicio por su gestión.
Hoy, pareciera que los obstáculos se van desbrozando. El titular de la SCT pareció darse por satisfecho, pero ni el subsecretario de Transporte ni el director jurídico de la SCT se quedaron quietos. Más tardó el anunció del juez de que el dinero estaba disponible que empezar a florecer los nuevos obstáculos.
Que si las deudas: ya se sabe, Grupo Posadas dejó una deuda de 17,000 millones de dólares, por la cual no ha sido tocado ni con el pétalo de un requerimiento. Que si sólo son siete aviones, claro, fue lo único que dejaron. Que si no les darán el certificado de autorización hasta que se liquide el adeudo del AICM; que si no se tiene certeza de que este grupo podrá; que si no han dicho quiénes son los inversionistas; que si… En fin. Tal parece que lo que se quiere es ventilar en los medios lo que no se quiere gestionar en privado.
Esta forma estalinista de gobernar —por aquello de la maestría en la desinformación— está consagrando a Acción Nacional como el peor gobernante del México moderno. Que no les extrañe si el pueblo mexicano decide cobrarles el modelo con el voto en contra.
Ojalá que en estos días se logre concretar la oferta de Med Atlántica. Que la aproximación final no encuentre la pista llena de obstáculos, sino que le demos la bienvenida a la primera línea aérea de América Latina que vuelva a ser uno de los orgullos de este país. Para ello tiene experiencia y enjundia suficiente.
Esto, en lugar de afectar, dará seguridad jurídica a todos los actores de la aviación mexicana. Lo que más le conviene a las aerolíneas que están volando es que las cosas queden claras, transparentes, sin problemas jurídicos.
Quien crea que obstaculizando a Mexicana les está haciendo un favor a Volaris, Interjet y Viva el Microbús, está equivocado: tolerar la impunidad, la alevosía y el despojo sólo nos convierte en cómplices de un país sin leyes y sin derecho, del cual muy pronto podrán ser víctimas los que hoy son beneficiarios y en ese caso, cuando se quejen no habrá nadie que salga en su defensa
raviles_2@prodigy.net.mx