14 diciembre 2011

DEL CORREO DEL BLOG

Tenedora K y el gobierno frenan el rescate de Mexicana
Estira y afloja
J. Jesús Rangel M.
 
 
 

2011-12-14•Negocios

 

Después de escribir el por qué no se debe permitir la quiebra de Mexicana de Aviación el pasado viernes, me llegaron muchas preguntas con énfasis en ¿por qué no se ha vendido si ya tiene valor? Después de varias consultas mi conclusión es simple: por culpa de Tenedora K (la que compró las acciones en mil pesos en una reunión que no pasó de media hora) y del gobierno federal.

Tenedora K compró el 12 de agosto de 2010 95 por ciento de las acciones de Mexicana y el 27 de ese mes le avisa a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes que ya no volarán sus aviones. Le recuerdo que sí hubo vuelos por un periodo acordado para atender a cientos de clientes que ya habían comprado boletos y reducir el número de acreedores, (eran alrededor de 26 mil). Después dejaron de volar y, por consecuencia, la empresa dejó de tener flujos de capital (en otros casos de concurso mercantil las empresas siguen operando como Altos Hornos de México o American Airlines).

Tenedora K es culpable de que Mexicana no genere ingresos y pague adeudos. Además, es la que impide otorgar garantías totales a los potenciales compradores (se han acercado más de 20 grupos interesados) que quieren ver las acciones y saber si no están en garantía, por ejemplo, de algún préstamo que, en caso dado, se acumule como pago a la inversión fijada en 250 millones de dólares.

Los propietarios de Tenedora K, que pagaron esos mil pesos por las acciones, piden por ahora 8 millones de dólares (así lo hicieron con Med Atlántica), después de que a Fitch Capital se las tasaron en 4.5 millones de dólares, y de que muy al principio pedían un millón de dólares. Quieren más ganancias que lo que paga el gordo de la Lotería Nacional en diciembre.

Los interesados que han participado en las diversas negociaciones le han dicho a Gerardo Badin Cherit, el conciliador del Concurso Mercantil y al juez, que les dejen ver las acciones que están en un fideicomiso abierto. Y como no pueden hacerlo, les dicen: “bueno, me quieres vender un choche sin papeles”.

Lo grave es que el gobierno federal, a través de las secretarías de Hacienda, del Trabajo y de Comunicaciones y Transportes, se comprometió a resolver el asunto. Hasta hoy nada. Ya ni siquiera hablan con los responsables del concurso mercantil.
jesus.rangel@milenio.com