09 septiembre 2011

DEL CORREO DEL BLOG

Interjet atrás de Tenedora K como operadora de Mexicana en el Plan B
La señal de Felipe Calderón coincide con la nueva extensión que el juez Felipe Consuelo Soto otorgó en el marco del concurso mercantil.
Darío Celis



 

Finalmente el Presidente se pronunció abiertamente sobre Mexicana. Y lo hizo ayer en un contexto que avizora un arreglo que pudiera materializarse en alrededor de un mes y medio, máximo.

La señal de Felipe Calderón coincide con la nueva extensión que el juez Felipe Consuelo Soto otorgó en el marco del concurso mercantil. Era lógico: tanto el grupo de Arturo Barahona como el de Tenedora K de Jorge Gastélum necesitan tiempo.

Plenamente confirmado lo que le adelantamos en la semana: Barahona subió como inversionista al regiomontano Humberto Lobo de la Garza y al fondo de capital de riesgo Blackstone.

Vale agregar que este bloque, cuyo asesor financiero es el Credit Suisse que encabeza Héctor Grisi, también es respaldado por Gerardo Badín. Entre el conciliador y Barahona existe un acuerdo, que incluye un bono de resultados.

De hecho, el titular del Juzgado Undécimo en Materia Administrativa encargado del concurso mercantil, la ve como la más factible porque no desarticula el plan de negocios original que diseñó el susodicho Barahona.

Con el grupo de Lobo de la Garza y Blackstone se garantiza la inyección de hasta 300 millones de dólares, la liquidación en tiempo y forma de los ocho mil trabajadores y el pago de impuestos a la Secretaría de Hacienda.

Pero el plan de Tenedora K y los sindicatos de pilotos que lidera Fernando Perfecto y trabajadores de tierra que comanda Miguel Ángel Yúdico, también es interesante, aunque tiene escollos que lo pueden desbarrancar.

El esquema plantea la inyección inmediata de 60 millones de dólares de parte de un inversionista privado, la conversión de todo el pasivo laboral, unos 500 millones de dólares, a capital, y la entrada de Interjet como operador.

La aerolínea de Miguel Alemán Velasco ve con interés la propuesta, aunque condicionó su entrada como operador y eventualmente como inversionista a que se cumplan tres elementos básicos.

Uno es que los sindicatos y cada uno de sus integrantes acepten y pongan por escrito que aceptan capitalizar su liquidación. Hasta ahora ASPA y SNTTTAS lo han aceptado y prometido que lo llevarán a sus bases. Los sobrecargos, aún no.

Otra condición es que se levante el concurso mercantil, lo que se lograría si los trabajadores firman en lo personal el convenio y otro acreedor importante, como Banorte, que dirige Alejandro Valenzuela, dan su aval.

Y el tercero es que el inversionista, que hasta donde sabemos tiene una relación directa con la familia Alemán, cumpla su promesa de elevar su inyección de capital a cuando menos cien millones de dólares.

Señoras y señores: hagan sus apuestas.