02 noviembre 2010

DE LA COLUMNA DE ROSARIO ÁVILES

Opinión de
Despegues y Aterrizajes(Rosario Avilés | )


Vale más participar que la-mentarse
Rosario Avilés | Opinión    Martes 2 de Nov., 2010 | Hora de modificación: 02:35



Los políticos no se cansan de aludir a la sociedad civil y a la ciudadanía (o al consumidor, epíteto que adoran los amantes del mercado) para justificar todo tipo de tropelías y de decisiones erróneas. Muy seguido olvidan que el consumidor o el ciudadano es también trabajador, el creador —junto con el empresario— de la riqueza, y que cuando se le esquilma, las posibilidades de consumo se reducen y, al final, se agotan, con lo cual todos pierden y el modelito truena. (Ya lo estaremos reseñando a su tiempo)

Pero el consumidor es también ciudadano y el ciudadano tiene la posibilidad de organizarse en instituciones que no sean vehículo de acceso al poder político, sino de mejoramiento profesional, sectorial, económico, democrático, etcétera, y también tiene la posibilidad de influir, pues le es posible acumular conocimiento y especializarse. En una economía como ésta, el éxito reside precisamente en estos factores y no en pagar lo menos.

Después de muchos dimes y diretes y de esperar infructuosamente que las autoridades ejercieran su encomienda y se pusieran a trabajar en el rubro del sector aéreo, varios organismos profesionales han tomado la iniciativa.

En el marco de las consultas públicas en materia de transporte aéreo que el gobierno se vio forzado a realizar ante la degradación de la aviación mexicana a categoría 2 por la FAA y la situación de Mexicana de Aviación, varios profesionales del ramo se dieron cita en lo que parecía una secuencia inacabable del Muro de las Lamentaciones.

En medio de lo que parecía que iba a ser una más de las miles de veces que los funcionarios acudían a la simulación para seguir sin hacer nada, propusieron la creación de un organismo ciudadano, profesional, capaz de congregar las propuestas para desarrollar —ahora sí— una política de aviación de largo plazo que se traduzca en instituciones, reglamentos y acciones concretas.

Así nació el Consejo Consultivo Aeronáutico Mexicano, propuesto por el Colegio de Pilotos Aviadores de México, el Colegio de Ingenieros Mexicanos en Aeronáutica y el Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo, organismo que buscará tener formalidad jurídica en el futuro, pero que nace precisamente por la grave situación en que se encuentra la aviación mexicana en el centenario de su nacimiento.

“Creemos que en las condiciones actuales no podremos recuperar en un futuro cercano la categoría 1 en la certificación por parte de la FAA, con las graves consecuencias que ya están padeciendo la industria aeronáutica y la de turismo en primer lugar, así como la economía relacionada al ramo, por lo que es indispensable actuar de inmediato y con firmeza”, redactaron en un documento las tres instituciones.

Por otra parte, resumieron: “estamos convencidos de que la comunidad aeronáutica mexicana debe asumir responsablemente un papel mucho más participativo en la investigación, el análisis, la planeación, la ejecución y el seguimiento a todas las acciones de gobierno en materia de Política Aeronáutica de manera diligente, objetiva y eficaz”.

Ésta es, pues, la razón de esta convocatoria abierta a un organismo que deberá convertirse en un motor que impida que las “buenas intenciones” se queden empedrando el camino de la debacle final de la aviación mexicana.

Es de esperarse que el nuevo consejo no guste a los actuales funcionarios —y ojalá que al menos no se dediquen a obstaculizar su creación y sus iniciativas—, pero no es menos cierto que ya este gobierno está viviendo su ocaso y que lo que sea que el nuevo organismo logre servirá para alimentar la estrategia de una nueva administración.

Desde luego que nadie se hace muchas ilusiones con los gobiernos, pues con el síndrome del tirano de Siracusa los nuevos suelen ser peores que los anteriores —si bien esto parecería imposible, lo es—.

En todo caso, es evidente que los profesionales de la aviación no se han desarrollado al amparo ni del gobierno ni de las empresas, pues unos y otros suelen durar poco en sus encargos y afanes por falta, precisamente, de políticas de largo plazo.

Los semilleros de profesionales que han alimentado la creación de empresas y lo que en su momento tuvieron los gobiernos para fortalecer sus dependencias han nacido de las organizaciones de trabajadores y profesionistas de estas disciplinas, de modo que tienen mucho qué aportar y es un gran avance que lo hagan institucionalmente.

Lo oí en 123.45: Que cambie todo para que no cambie nada… ¿acaso alguien ha hecho un análisis de tarifas aéreas en estos días? ¡Ahí está su bajo costo, señores!

raviles_2@prodigy.net.mx