10 octubre 2010

DEL CORREO DEL BLOG

Rafael Cardona | Opinión - Domingo 10 de Octubre, 2010             La Crónica de hoy



Mientras las autoridades aeronáuticas y laborales en las secretarías de Comunicaciones y Transportes y del Trabajo y Previsión Social (eso de autoridades es un inexacto eufemismo para definir a la burocracia panista) miraban el desarrollo del juego político, Mexicana de Aviación  se consumía en el brasero del mayor fraude jamás visto en el país de las transas.

Hoy lo quieren explicar de muchas formas, desde el rechazo filarmónico de Javier Lozano de alzar el arpa aventada por la empresa, hasta la cómoda palabrería de Juan Molinar quien de un tiempo a esta parte es como Sebastián de Aparicio, un beato incorrupto, inocente y libre de pecado se le mire como se le mire. Lo he comparado con el beato gallego sólo por la fama del precursor de los caminos de América, pues ya se sabe, Aparicio era carretero.

Pero el caso de Mexicana, cuya labor se realizaba por el aire y los cielos, no llevará a  ninguno de estos caballeros a gozar del reino celestial. El fraude cuya comisión  llevó a la quiebra a la empresa, ya sería materia de indagación en cualquiera otra parte del mundo, Aquí no se hará nada pues se le deben a una parte de la clase empresarial los favores de ascenso al poder de este grupo.

Y ya pueden los pilotos irse formando en la fila de las empresas extranjeras cuya presencia suplirá la desaparición  de los aviones mexicanos. Como se quiera ver, el panismo es especialista en esto de abatir compañías nacionales de aviación  e impedir la consolidación de una industria aeronáutica. Han echado abajo a Aerocalifornia, Aviacsa y Mexicana de Aviación. Todo un récord.

Y de las aeromozas y aeromozos (llamados en extraño lenguaje sobrecargos), ni hablar.
racarsa@hotmail.com