07 septiembre 2010

DEL CORREO DEL BLOG

CAPITANES

Escenarios Aeronáuticos

Conste que las conclusiones que aquí leerá se basan en puras especulaciones.

Javier Lozano, el Secretario del Trabajo caracterizado por sus confrontaciones con los sindicatos, esta semana se ha lanzado como el gran defensor del gremio de los sobrecargos de Mexicana.

También lo hicieron los ministros de la Suprema Corte, quienes concedieron un amparo a esos trabajadores para que no les reduzcan sus beneficios económicos.

Basada en lo anterior, Lizette Clavel ha adquirido nueva fuerza y ha puesto sobre la mesa un ahorro de 20 por ciento, que los nuevos dueños ven insuficiente.

Esas tres fuerzas pelean contra inversionistas con dinero, agrupados en algo llamado Tenedora K, que, como le comentamos, más bien están preocupados por la Terminal 1 del AICM y por la Inmobiliaria Fumisa, que administra buena parte del área comercial de esa zona del aeropuerto.

Van las conclusiones. El pastel, así expuesto, da para que el Grupo Mexicana vaya a la quiebra, salvo que aparezca un grupo que de inmediato le inyecte recursos.

Los nuevos inversionistas tal vez perderían el dinero que invirtieron, "pagando por ver".

También podrían hacer gran negocio al explotar los activos de Grupo Mexicana que no entren al concurso mercantil, que ya está en marcha.

Lozano, el Secretario, se convierte sorpresivamente en aliado de sindicatos combativos... aunque usted no lo crea.

Clavel, ya con tantos reflectores y vestida de Chica Superpoderosa, podría buscar una curul.

Bueno, pues todo esto será una especulación si al final, unos u otros inversionistas aprovechan las inéditas condiciones ofrecidas por los trabajadores de la empresa (que ya quisiera Aeroméxico), y le meten el dinero necesario para que despegue.

Cualquiera que sea el caso, seguramente el asunto se resolverá en muy pocos días.




EMPRESA (ALBERTO BARRANCO)

Graciosa huida de Azcárraga

El empresario se libró de un alud que podría haber derivado en responsabilidades penales, dada la forma en que administró la aerolínea adquirida en diciembre de 2008 en 165.8 millones de dólares, asumiendo una deuda de 200 millones adicionales.

La posibilidad hablaba de acusarlo de administración fraudulenta por la forma en que benefició a su principal empresa, el grupo hotelero Posadas; por la inaudita desaparición del fondo laboral; por las maniobras para “canibalear” a Mexicana de Aviación para reforzar a Click y Link, y por la venta masiva de boletos para vuelos a futuro, a sabiendas de que la firma solicitaría un concurso mercantil o procedimiento de quiebra ordenada.
De entrada, el socio principal de la compañía aérea se libró de la exigencia que perfilaba originalmente la Suprema Corte de Justicia de capitalizarla para concederle hacer efectiva una resolución de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje que permitía desmantelar el contrato colectivo de trabajo en perjuicio de pilotos, personal de vuelo y personal de tierra.

Más allá, la compañía le pasa la estafeta a los nuevos dueños, es decir, la compañía que surgió por generación espontánea a la alianza entre el grupo Arizan, encabezado por Vicente Ariztegui Andreve y el Grupo Industrial Omega, encabezado por Andrés Rozental Gutman, medio hermano del ex canciller Jorge Castañeda Gutman, para cubrir el préstamo de 964 millones de pesos que le facilitó el Banco Nacional de Comercio Exterior, a sabiendas de que la compañía estaba quebrada.

En paralelo, se deja en otras manos la posibilidad de negociar el pago de un préstamo de mil 576 millones de pesos concedido por Banorte, cuyo aval eran los pagarés de tarjetas de crédito firmados por los clientes, en un escenario en que la empresa estaba utilizando los recursos para efectos de operación.
La larga fila de cuentas por pagar alcanza 15 mil millones de pesos, es decir dos tantos más de los que debía la compañía a su privatización.

De hecho, en afán de diluir cualquier responsabilidad, en la fase previa a la operación de venta, cuyo monto permanece en el anonimato, el grupo Posadas vendió su participación accionaria en el grupo de control de la empresa, es decir, Nuevo Grupo Aeronáutico, a un precio simbólico.

Estamos hablando de un peso.

La cadena de 113 hoteles en México, Brasil, Argentina y Chile tenía el 30% del capital.
Ahora que no fue sólo el azar lo que libró a Azcárraga Andrade de la papa caliente, sino la intervención del gobierno.

No es simple ironía del destino el que la negociación con el fondo Advent Internacional, quien manejó la batuta de la operación, la hubiera realizado la Secretaría del Trabajo y no la del ramo, es decir, Comunicaciones y Transportes, por más que se trataba, paradójicamente, de apretar a los trabajadores a aceptar condiciones que podrían calificarse de leoninas con el nuevo patrón.

Por lo pronto, pese a la exigencia de desmantelar el contrato colectivo de trabajo, para regir el de Click Mexicana; al despido de 700 trabajadores entre pilotos, sobrecargos y personal de tierra; a que los sobrevivientes se avienen a dejar pasar cinco años sin aumentos salariales, y 100 días con pagos simbólicos, nadie, nada, garantiza que Mexicana y sus filiales se mantengan en el aire, no ya como la segunda empresa aérea del país, sino como una más. Se diría, pues, que se trata de una tregua para ver cuál o cuáles realmente están en opción de sobrevivir.

Lo inaudito del caso es la pasividad con que el gobierno dejó que se llegara al callejón, cuando los focos rojos estaban prendidos desde junio del año pasado, justo cuando el Bancomext entró al rescate.

De hecho, de no haber sido por la presión de los medios de comunicación social, el gobierno le habría dado su aval para que Mexicana de Aviación colocara una emisión en deuda por 200 millones de dólares, cuya fase previa había sido palomeada por el propio banco de desarrollo.
Salida de emergencia para Azcárraga Andrade.




DESDE EL PISO DE REMATES (MARICARMEN CORTÉS)

Lozano, en defensa de los sobrecargos

Andrés Rosenthal, de Omega, y Vicente Aristegui, de Arizan, que junto con Advent constituyeron Tenedora K para comprarle a Gastón Azcárraga y sus socios las acciones de Corporación Mexicana de Aviación, continúan mandando información a cuentagotas.

Ayer, finalmente emitieron un comunicado en el que reconocen que Alejandro Rodríguez es el administrador único del Nuevo Grupo Aeronáutico, dueño de las tres aerolíneas: Mexicana, Click y Link.
Lo que no dicen en su comunicado es que Rodríguez Mirelles es socio director de Advent y que en realidad es el Fondo Advent el que está al mando, tanto de la administración como del proceso de reestructura de los pasivos de la empresa.

Advent lo que en realidad busca, según se afirma, es la extensión de su contrato con la Terminal 1 del AICM, ya que el cierre de Mexicana le representaría perder más de 30% de sus ingresos.

Lo que también ha trascendido es que dada la experiencia financiera de Alejandro Rodríguez, estará al frente del Comité de Reestructura, pero se contratará a un nuevo Director General que tenga amplia experiencia en el sector aeronaútico, y aunque se menciona con insistencia el nombre de Fernando Flores, aún no se ha definido su contratación.

Sorprende también el cinismo de Tenedora K en su comunicado, ya que se manifiesta sorprendido porque el “impacto del costo laboral” es mayor al que esperaban antes de tomar la administración el 20 de agosto, lo que es realmente increíble porque si de algo se quejaba Gastón Azcárra era de este costo y si algo intentó fue llegar a un acuerdo con el Sindicato de Sobrecargos, que encabeza Lizette Clavel, al grado tal que interpuso un conflicto económico que hoy se discute en la SCJN, que seguramente otorgará un amparo a ASSA para no modificar su contrato colectivo.

En este contexto, ayer el secretario del Trabajo, Javier Lozano, defendió en forma enérgica a los sobrecargos al asegurar que no permitirá la propuesta de Tenedora K de despedir al 100% de sobrecargos de acuerdo con la Ley del Trabajo y no de su contrato colectivo.

Lo dicho, el futuro de Mexicana de Aviación sigue en el aire.



TIEMPO DE NEGOCIOS (DARIO CELIS)

Advent se cae

Pues nada, que la posibilidad de que Advent y compañía se queden con Mexicana tropezó ayer con el espaldarazo que el secretario del Trabajo dio a la base laboral, concretamente a la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación que preside Lizette Clavel. Se ve que al interior del gobierno empiezan a romperse posiciones porque también ayer por la mañana los abogados de ese fondo internacional se reunieron con el subsecretario de Transportes, Humberto Treviño. Hasta ahora la postura de la SCT que lleva Juan Molinar Horcasitas es mantener el suministro de turbosina, que como le platicábamos, implica una deuda de mil 200 millones de pesos de los que alrededor de 500 millones ya están vencidos. Mientras Javier Lozano pone en duda el plan de Grupo Omega de Andrés Holzner y Grupo Arizan de Vicente Aristegui, Molinar ya está pensando en nombrar un conciliador. Le decíamos que maneja una terna en la que está Thomas Heather. Agregue también a Jorge Gaxiola como otra posibilidad, aunque está por verse si estos afamados abogados se prestan a la desaseada entrada del fondo que dirige Alfredo Alfaro.




ACTIVO EMPRESARIAL (JOSÉ YUSTE)

Salven a Mexicana de los buitres

Fue el secretario del Trabajo, Javier Lozano, quien salió en defensa de los trabajadores, pero también de la propia empresa Mexicana de Aviación con 40% de la aviación nacional: el nuevo grupo de inversionistas de Tenedora K, que por cierto no han inyectado capital, quieren ser como un fondo buitre: toman la empresa regalada, liquidan trabajadores sin compromiso alguno y luego, claro está, la revenden a su verdadero precio.

Lozano saltó contra el contrato de protección

Tenedora K, conformada por Grupo Industrial Omega y Grupo Arizan, simplemente está cascando un mejor precio. No les importa tener una buena empresa aérea. Menos les importa llegar a acuerdos de productividad con las asociaciones sindicales de pilotos y sobrecargos.

El colmo del cinismo fue su propuesta a los sobrecargos: liquidar a 100%, no respetar en nada el contrato colectivo y recontratar apenas al 25 po r ciento. Lizette Clavel, dirigente de sobrecargos, claro que se opuso.

Cuando Tenedora K propuso recontratar sólo al 25% bajo contrato de protección, el secretario del Trabajo, Javier Lozano, quien ha jugado un papel principal en esta historia, dio el manotazo.

Lozano alertó de las intenciones de Tenedora K, de crear contratos de protección, y que el gobierno no lo va a avalar y menos viniendo de un grupo que ni siquiera está inyectando capital y menos comprometiéndose a acuerdos de productividad en Mexicana de Aviación.

Concurso mercantil para no pagar a bancos

Tenedora K tiene a Andrés Rozental como presidente. Y está proponiendo a Bancomext y Banorte seguir en el concurso mercantil para.no pagarles la totalidad de su crédito.

Y aunque Bancomext, dirigido por Héctor Rangel, tiene reservado el crédito a Mexicana, de verdad que no se vale lucrar con una empresa que genera empleos y actividad en favor de miles de usuarios.

Lo mismo sucede con Banorte, dirigido por Alejandro Valenzuela, está en la mejor disposición, pero no viendo cómo los nuevos inversionistas sólo quieren dejar de pagar usando de pretexto el concurso mercantil.

Holzer y el negocio fácil

Y claro que son inversionistas con capital. Detrás de ellos está el hombre de negocios Andrés Holzer, quien tiene presencia en varios sectores.

Sin embargo Holzer y demás inversionistas no quieren generar valor. Quieren hacer un negocio fácil. Ni siquiera les ha pasado por la cabeza diseñar una aerolínea competitiva, orgullosa de su personal que puede entrar a acuerdos de productividad, que puede generar valor y una marca bien posicionada.

Advent, le está quedando grande

En cuanto al fondo de inversión Advent, dicho fondo en lugar de encontrar soluciones empresariales, se ha ido por el lado fácil: buscar un negocio financiero que deja una rentabilidad, sin importar trabajadores ni usuarios.

Advent, presidido en México por Alfredo Alfaro, había hecho hasta la fecha un buen papel: había capitalizado negocios y los había puesto en marcha, tal como hizo con Funerarias Gayosso, Tiendas Milano o Restaurantes La Mansión. Pero ahora le ha fallado la brújula, y conste que tiene al frente de Compañía de Mexicana de Aviación a Alejandro Rodríguez Mireles, un buen administrador, conocedor de áreas de turismo, pero que ahora parece estarle quedando muy grande el saco.

Solución: es concesión federal

Juan Molinar, secretario de Comunicaciones y Transportes, quería ver los primeros pasos de Tenedora K para que ellos se llevaran todo el riesgo. Pero llegó la hora de hablarles claro. Estamos frente a una concesión federal del gobierno mexicano. Estamos frente a una vía general de comunicaciones. Y quienes llegaron ni siquiera han inyectado dinero a la empresa, sólo han puesto dinero para mantener la operación. Esperemos que el gobierno pueda encontrar a empresarios de verdad, no a especuladores como resultaron en Tenedora K.

(El Semanario Agencia, ESA)