09 febrero 2010

DE LA COLUMNA DE ROSARIO AVILÉS

Una visión de largo plazo
Rosario Avilés | Opinión
Martes 9 de Febrero, 2010 | Hora de modificación: 01:11

Una de las cosas que hacen la diferencia entre el éxito que pueden tener ciertos países, empresas e incluso personas en relación con otras, es su capacidad de ver el efecto que sus acciones de hoy tendrán en el futuro y de decidir de antemano a dónde quieren ir y cuál es la mejor manera de llegar.

Cuando hablamos de aviones esta premisa no es sólo importante sino mandataria, ¿quién se subiría a un avión cuyo comandante no sabe el destino y la ruta a seguir? Una empresa aérea, por tanto, tiene que ser fiel a este origen y las aerolíneas que lo hacen son precisamente las que sobreviven y son exitosas. Si, además, cuentan con un entorno estable y que también tienen una ruta de largo plazo, esta sinergia se convierte en una doble ventaja.

Siendo una de las empresas más antiguas de aviación, creada en 1926, American Airlines no sólo se ha contentado con el prestigio que ha ganado a través de los años (sus muy numerosas "primera aerolínea que…" que ya posee), sino que en estos años ha planteado su visión 2020, que no sólo habla de los años a los cuales se proyecta, sino de la visión que un examen oftalmológico considera óptima: 20/20.

Establecida en cinco líneas generales, el plan 2020 de American implica: 1.- Invertir sabiamente; 2.- Ganarse la confianza del pasajero; 3.- Fortalecer y defender su red global; 4.- Ser el mejor lugar para trabajar y 5. Mantenerse rentables. Y esto no quiere decir que han hecho una bonita declaración (como las que nos gusta ver publicadas cuando recorremos los lugares del desastre), sino que hay compromisos muy reales detrás de cada línea y responsables y plazos.

Para invertir sabiamente, por ejemplo, la corporación dueña de esta empresa y su alimentadora American Eagle, está destinando desde septiembre pasado nada menos que dos mil 900 millones de dólares en renovación de flota y algo de liquidez que le permita reposicionar la capacidad en sus bases de operaciones de Dallas, Chicago, Nueva York y Miami.

En el tema de flota, por ejemplo, American está cambiando sus 84 aeronaves Súper 80 por Boeing 737 de nueva generación en tres años, además de los Boeing 787 que estarán recibiendo próximamente con los nuevos motores ecológicos GEnx-1B 74/75 de GE. Y todo esto apenas saliendo de la crisis. La idea de las inversiones sabias es que se destinen precisamente a aquellos rubros que generen valor agregado.

Para ganarse la confianza de los pasajeros y defender su red global, AA apela a sus programas de viajero frecuente, y que está aprovechando las facilidades de las alianzas globales tipo One World, pero sobre todo las oportunidades que ahora se abrieron con el acuerdo de cielos abiertos entre la Unión Europea y los Estados Unidos para integrarse con British Airways e Iberia.

Una vez que se hayan racionalizado las rutas y frecuencias que se les piden para darles inmunidad antitrust, este conglomerado será el más grande y sin duda influyente en el mundo de la aviación.

Pero otro tema también importante ha sido que, a la par de mantenerse rentable que es un compromiso con los inversionistas, la aerolínea también ha visto la importancia de ser un lugar donde exista el respeto por el trabajo, la antigüedad, la contratación colectiva y la colaboración empresa-sindicato.

Hoy, American Airlines tiene 616 aeronaves y American Eagle 270. Tiene operaciones en más de 40 países y entre las dos, casi cuatro mil vuelos diarios. En México hay 44 vuelos semanales y es la segunda aerolínea con más pasajeros internacionales, después de Mexicana.

Por lo visto, mientras nosotros discutimos todavía si "debe o no" haber una aerolínea de bandera, que suena tan anacrónico como intrascendente, otras empresas y países sí planean para el largo plazo. Lástima.

Lo oí en 123.45: Pues que Agustín Arellano sí se fue y de forma interina se quedó Heber Molina, el director técnico del Seneam. Ahora, como en el caso del tirano de Siracusa, todos temen lo peor: que traigan a un amigo que sea muy amigo, pero que el remedio sea peor que la enfermedad. ¿De dónde habrán sacado esa idea?

raviles_2@prodigy.net.mx