16 enero 2009

DE LA COLUMNA DE ROSARIO ÁVILES

¿Qué nos espera en 2009?


Rosario Avilés Opinión Miércoles 14 de Enero, 2009 Hora de creación: 04:47 Ultima modificación: 04:47







Nadie está optimista respecto a lo que puede pasar en este 2009. De hecho, cada día escuchamos más historias de terror al respecto, incluidos los augurios de los funcionarios mexicanos que suelen decir que “no pasará nada”, lo cual implica que algo muy malo se avecina. O cuando se les ocurre decir que se está trabajando en un tema en particular, lo cual significa en buen mexicano que se gastará un enorme presupuesto para que las cosas sigan como están.

Pero como todavía creemos en los Reyes Magos, queremos pensar que lo que acaba de declarar el secretario de Turismo, Rodolfo Elizondo, respecto a las oportunidades en este sector finalmente cuajarán, precisamente porque la crisis económica a nivel mundial nos da –una vez más– la ventaja de un peso barato, con unas playas y unos centros arqueológicos envidiables, ya que, aunque nuestros servicios sean del quinto mundo, los turistas en recesión no están para exigir mucho.

El problema es que entre los muchos signos preocupantes de la crisis económica nadie se ha fijado lo que está sucediendo en el transporte aéreo. Como se dijo en su momento, las empresas del low cost están empezando a caer una a una, dejando al mercado nacional del tamaño que debiera haber sido desde antes de que empezáramos a regalar caramelos-concesiones.

Lo malo es que esto sucede muchos miles de millones de pesos de pérdidas después, con un sector agotado, una planta laboral acosada y exhausta, un mercado que cree que de verdad que existen los vuelos redondos de 600 pesos y un gobierno que no aprende las lecciones porque los responsables de los platos rotos nada más cambian de chamba y nadie les pide cuentas.

Tienen de pretexto la situación global de crisis y de red protectora la tradición muy mexicana de la impunidad, la falta de transparencia y rendición de cuentas y la costumbre de “el de atrás paga”. Si la situación le revienta al próximo sexenio (o al próximo funcionario) ya será su problema resolverlo.

Mientras tanto, las tres variables críticas del transporte aéreo: precio del combustible, tipo de cambio y factor de ocupación, siguen haciendo ecuaciones imposibles en todo el mundo.

Además de la baja ocupación de pasajeros, la caída en el transporte de carga resulta sumamente preocupante para los países que sí la utilizan. Muestra de ello es la alarma que se produjo al interior de IATA al ver la caída del 13.5 por ciento en este indicador en noviembre. Es decir, este tipo de transporte podría ser –sabiéndolo utilizar y teniendo una visión estratégica– un buen negocio para cualquier economía que tenga claras sus prioridades de generación de ingresos y de empleo. Lástima que no estemos en esa tesitura.

Por lo pronto, los grupos aeroportuarios ya empezaron a reportar sus resultados de 2008 y llama la atención que OMA informa de una caída importante en el número de pasajeros transportados en diciembre, que alcanzó un decremento de 14.4 por ciento comparado con el mismo mes de 2007. En resumen, el año que acaba de terminar acusó una caída de 1.1 por ciento respecto al anterior y eso que todavía no entrábamos de lleno en el bache –¿o abismo?– de la recesión.

Además, OMA (que posee aeropuertos tan importantes para el turismo extranjero como Acapulco, Zihuatanejo y Mazatlán) tuvo caídas de más del 20 por ciento en pasajeros internacionales en diciembre (temporada alta, repetimos). Eso hace muy difícil que lo que afirman nuestros funcionarios de turismo se haga realidad. Al menos, los turistas internacionales no lo están viendo igual. Lástima, ¿verdad?



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