15 octubre 2007

LAS NOTAS DE HOY



Nombres, nombres y...nombres Alberto Aguilar 15 de octubre de 2007



















CON LA NOVEDAD de que en una de esas hoy el grupo de inversionistas ligados a Banamex y representados por José Luis Barraza presentarían una nueva oferta por Aeroméxico, apenas a unas horas de distancia de que el viernes contraofertaran mediante el ofrecimiento de un warrant que garantizaría a los actuales socios un 10 por ciento del valor incremental de la aerolínea en un plazo de 3 años.














Además a la capitalización de 240 millones de dólares formulada de arranque se le estableció un plazo máximo de 90 días. En cuanto al dinero en efectivo quedó en 160 millones de dólares contra la de Alberto Saba Raffoul y Moisés Saba Masri que está en 166 millones de dólares.





















Obvio que para los accionistas de la aerolínea su posición complica la toma de decisiones. Quizá por ello busquen recapitular. Habrá que ver el plazo del nuevo ofrecimiento. El del viernes vence mañana 16 de octubre.





















15-Oct-2007
Personajes de renombre
David Páramo
El riesgo del empantanamiento












Moisés Saba sabe que esta semana será determinante para su intento de hacerse del control de Aeroméxico, pues cada vez son más los indicios de que la subasta se está empantanando y aumenta el riesgo de que se pudra el proceso.
Es claro que la intención del grupo en torno a Banamex es alargar lo más posible la resolución.






















No están jugando a presentar una oferta ganadora, sino a ir empatando a Saba y tratar de ganar con un valor que no necesariamente importa al IPAB, a la Secretaría de Hacienda y a Nacional Financiera. En una venta de este tipo, que de ninguna manera puede equipararse a una privatización, lo que el dueño haga después con su negocio no le resulta relevante a la parte vendedora que tiene la orden de los accionistas de maximizar el valor al momento de realizar la operación.























Banamex no quiere ganar en los términos normales de una subasta, sino ir haciendo que el proceso se extienda hasta el infinito. No quieren pagar un centavo más de lo que ofrecerá Saba.




















El IPAB ha dicho que no pueden tomar una resolución cuando las posturas están empatadas y deberá esperar a que alguno de los dos se retire. En opinión de Saba, tienen que hacerse algunas consideraciones, por ejemplo, que el primero en hacer el ofrecimiento debe ser el primero en tener derecho. No le parece correcto que se diga que están empatados cuando uno de los participantes simple y sencillamente está jugando a que él no gane.






















La resolución del pleno de la Comisión Federal de Competencia de refrendar, ya por tercera ocasión, que no está de acuerdo con la fusión de Aeroméxico y Mexicana, también se ha convertido en un importante factor de riesgo. Obviamente el grupo de Gastón Azcárraga cumplirá con su amenaza de recurrir a las instancias legales, es decir, primero solicitará un recurso de reconsideración (que tiene perdido) y, posteriormente, recurrirán al amparo.






















Si lograran una resolución judicial que les otorgara una suspensión provisional, no podría realizarse la venta y los otros dos postores se convertirían en terceros perjudicados. Así, cualquiera que fuera el fallo final de ese juicio de amparo, los otros dos podrían acudir a tribunales y alargar mucho más el procedimiento.























Si se judicializa esta venta, no sólo se perderá el principio de transparencia que buscó la administración de Andrés Conesa, indirectamente, dañará el uso de la Bolsa Mexicana de Valores como herramienta para la venta de empresas.




















Por más que este es un grave riesgo, hay uno muchísimo peor: la politización de la venta. Hay tres importantes llamadas de atención. La primera fue el citatorio que hizo la Cámara de Diputados a Luis Téllez para que les diera explicaciones sobre el proceso. El secretario de Comunicaciones y Transportes no tenía qué decir, pues no es su responsabilidad.





















La segunda es el punto de acuerdo de los diputados, en el cual exigen a una larga lista de dependencias, algunas sin injerencia en el proceso, que vigilen y supervisen la venta de Aeroméxico, con obviedades como pedirles que cumplan con la ley.



















El tercero es la petición del IFAI a la Secretaría de Hacienda de hacer mayores precisiones en torno a la venta de Mexicana de Aviación. Si bien parecería que se trata de un proceso pasado, da la impresión de ser una carnada para una politización de la que sería muy difícil salir.






















Más allá, ya comienzan a escucharse voces entre los legisladores que están enfocando sus baterías hacia el grupo en torno a Banamex y los presuntos impedimentos que tienen, o deberían tener, algunos de los anotados, porque causaron quebrantos al erario durante el rescate bancario, lo que, de acuerdo con la Ley del IPAB, los inhabilitaría para comprarle un activo a ese instituto.






















Por el bien del proceso, tanto Agustín Carstens como Tere Fernández deberían presionar con el fin de lograr una definición antes de que factores exógenos frenen la operación.



















15-Oct-2007
Tiempo de Negocios
Darío Celis
Banamex desempata y Aeromar demanda













Esta semana será decisiva para el futuro de las líneas troncales del país. Como era de esperarse, Mexicana no se quedó de brazos cruzados frente a la resolución de la Comisión Federal de Competencia.






















Las huestes de Gastón Azcárraga ya anunciaron que promoverán un recurso de reconsideración, antes de recurrir a un amparo. Se confía en revertir la decisión de Eduardo Pérez Motta y demás comisionados. La clave de todo son los tiempos.





















Lo importante es si el IPAB venderá a Moisés Saba o a Banamex y José Luis Barraza, a pesar de que la oferta pública de Mexicana aún se encuentra en revisión y reconsideración por la instancia antimonopólica.




















De ahí que no se descarte un movimiento prematuro hoy del banco que dirige Enrique Zorrilla. Y es que ayer trascendió que el grupo de Barraza podría contraofertar arriba de los 200 millones de dólares de Mexicana.




















Los abogados dicen que la suspensión que se otorgará a Mexicana al interponer el recurso de reconsideración no detendrá el proceso de compra en el mercado bursátil, cosa que no sucedería con un amparo, que hoy es improcedente.




















Así que existe un escenario en el que primero se vende Aeroméxico a alguno de los dos postores y, después, Mexicana gana un amparo. Será sin duda una cuestión a considerar por los accionistas.



















En los recursos de Mexicana habrá seguramente muchos argumentos. Por principio de cuentas, se espera que insistan en su posición sobre los números del mercado y en la viabilidad de armar un grupo aeronáutico fuerte.




















Pero, además, podría también cuestionarse por qué la Cofeco impide la compra, con un argumento que es imputable a un tercero y que es la llamada “discrecionalidad” en el otorgamiento de slots en el AICM.
















Aquí también parece que Pérez Motta tiene una agenda clara en contra de la SCT y su titular, Luis Téllez. Ya el otro día criticaron fuertemente a la dependencia en relación con el costo de los aeropuertos.


















Estaríamos ante una continuación de las discrepancias con el subsecretario de Transporte, Manuel Rodríguez, que lleva como perjudicado a Grupo Mexicana y que nada tiene que ver con la asignación de slots en el aeropuerto del DF.


















Lo que les quedó muy claro a todos los que siguieron el proceso es que la decisión de la Comisión de Competencia estaba tomada desde un principio y mucho antes de que Mexicana presentara su oferta.




















La pregunta es si Pérez Motta se fue desde el principio por la libre o si habría consultado la decisión con otros actores y en reuniones como la que tuvo con senadores del PRI y el PRD.



















Allí el priista Manlio Fabio Beltrones y el perredista Carlos Sotelo sacaron a colación la resistencia de Eduardo Sánchez Navarro, Laura Diez Barroso y Carlos Laviada a renunciar a su participación en GAP y Posadas. Mismo caso del presidente de Asur, Fernando Chico Pardo, quienes ahora están en Mexicana.




















Aeromar demanda













Y por si la venta no fuera complicada, ahora resulta que Aeromar, de Zvi Katz, promovió la semana pasada una demanda contra Aeroméxico. La empresa alega daños y perjuicios por la terminación anticipada de un convenio de cooperación comercial que data del 17 de noviembre de 2004 e incluye un anexo que ambas aerolíneas firmaron en junio de 2005.


















El quebranto asciende a casi ocho millones de dólares y se optó por proceder luego de reiteradas peticiones de un arreglo. El recurso se depositó el jueves 4 de octubre en el Juzgado 29 de lo Civil del DF, bajo el expediente 985/2007. El 11 de octubre se emplazó a Aeroméxico luego de que Andrés Conesa ya no contestara a la representación jurídica, encabezada por el despacho de Arsenio Farell.






















El acuerdo planteaba que Aeromar cubriría, con aviones, pilotos, sobrecargos, mantenimiento y seguros, rutas específicas que Aeroméxico determinó, lo cual es práctica común en la industria y es lo que se conoce como wet lease o renta húmeda. Se sostiene la existencia de una considerable cantidad de horas de operación de vuelos cancelados por Aeroméxico en incumplimiento de los contratos.




















IXE convoca












Recordará que IXE anunció hace unos días que obtuvo autorización para constituir un nuevo banco. Su nicho será el menudeo y arrancará en el primer semestre de 2008 con 30 sucursales. Le referíamos en su momento que no se estima alianza con ninguna cadena comercial.





















Entre sus principales accionistas están Isaac Saba Raffoul, Henry David Carstens, Henry David Signoret, Jaime Alverde Losada, Javier Molinar Horcasitas, Ricardo Atman y Carlos Aguilar Villalobos.



















15-Oct-2007
Activo empresarial
José Yuste

Banamex, hoy revira; Mexicana, insiste; Tellez, fortalece










Grupo Financiero Banamex, dirigido por Manuel Medina Mora, junto con José Luis Barraza y el grupo fuerte de inversionistas regionales, decidieron el viernes poner sobre la mesa una oferta con opciones, con warrants. No fue suficiente. La opción es para un futuro y los dueños de Aeroméxico quieren ver el dinero constante y sonante.

















Por eso hoy vendría un nuevo revire de Banamex-Barraza-inversionistas, cuya oferta mejorará la de Moisés Saba, quien aumentó a 165 millones de dólares.



















Es un verdadero juego de ajedrez. Todos juegan con los tiempos. Banamex-Barraza mejora su oferta a un día de terminar su nuevo plazo.
















Ya veremos la respuesta de los Saba, la cual deberá ser muy rápida.

















Por su lado, Gastón Azcárraga, el presidente de Grupo Mexicana, nos informa que va a seguir en la contienda por Aeroméxico.























Azcárraga y sus abogados estudian las alternativas a seguir y la más segura es la del recurso de reconsideración dentro de la misma Comisión Federal de Competencia. Asegura que su intención sigue siendo participar y presentar la mejor oferta por Aeroméxico, la de 200 millones de dólares por el 100% de acciones, más otro tanto de capitalización.





















El presidente de Mexicana insiste que en México la situación ya cambió con la entrada de las nuevas aerolíneas de bajo costo, con la menor participación de mercado de Aeroméxico y Mexicana (juntas alcanzan 53%) y él está dispuesto a quedarse con una compañía troncal única, pero cuyo porcentaje de mercado baje hasta 40 por ciento.






















Incluso dentro del mismo gobierno mexicano hay quien apoya la postura de Mexicana, sobre todo en cuanto a pensar que con un regulador más fuerte y apoyando la entrada de aerolíneas de bajo costo entonces podríamos ver un buen contexto de competencia y quedarnos con una sola compañía troncal.






















Es un hecho: Azcárraga insistirá por quedarse con las dos aerolíneas, Mexicana y Aeroméxico, y bajar la participación de ambas, de 53% actual, a 40% del mercado aéreo. Cediendo los slots, que son los horarios de aterrizajes y de despegues del aeropuerto capitalino, así como comprometiéndose a mantener rutas a bajos costos, donde sólo vuelan Mexicana y Aeroméxico.






















El tema sacó a colación la debilidad que ha ido mostrando la Dirección General de Aeronáutica Civil. El tema es abordado por el secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, quien ya platicó con el presidente Felipe Calderón para apoyar a tal dirección con 200 nuevos inspectores en las aerolíneas nuevas y troncales.
























Incluso Téllez ya pidió más presupuesto, pues si bien la inspección aeronáutica de la dirección que lleva Gilberto López Meyer no es un tema tan deslumbrante como pueden ser las concesiones carreteras, sí es un asunto de seguridad para los pasajeros y tranquilidad en el sector.

























De esta manera, Téllez responde a la crítica vertida por la Comisión Federal de Competencia, presidida por Eduardo Pérez Motta, la cual habla de una debilidad del regulador aéreo, e incluso tanto el secretario como el presidente de la CFC ya han limado asperezas, pues ambos están por una mayor competitividad en el sector.






















Sobre la Seneam, allí se le reconocen las fortalezas de su capital humano y se piensan mantener.

















La SCT sí quiere ser un regulador aéreo fuerte que garantice seguridad y competitividad en el sector y, en lugar de enfrentarse con la Comisión Federal de Competencia, decide tomar el toro por los cuernos: fortalece su Dirección General de Aeronáutica Civil, la cual, poco a poco se fue quedando sin personal capacitado. Van los 200 nuevos inspectores y la decisión de una política regulatoria más en favor de la competencia y vigilante de la seguridad.






















15-Oct-2007
Veranda
Carlos Velázquez
Mexicana prepara recurso para comprar Aeroméxico










Manuel Borja Chico, el director general de Mexicana, sostiene que comprar Aeroméxico en realidad es el “plan B” para mantener volando a su compañía, pues el “plan A” sigue siendo achicar su estructura de costos, seguir negociando con los sindicatos y volverla cada vez más competitiva.
















La decisión de la Comisión Federal de Competencia (CFC) de oponerse a la concentración de ambas no le gustó nada a Mexicana, incluso emitió un comunicado en el que manifiesta su discrepancia y anuncia que utilizará todos los recursos legales con el fin de perseverar en la operación.
















Lo que sus abogados recomiendan no es irse por el amparo, sino por un recurso de reconsideración, además, deberá tener efectos en el corto plazo, en esta misma semana se podría tomar alguna decisión definitiva en función de los otros grupos que desean comprar Aeroméxico.

















Las razones por las que Mexicana se ha lanzado con todo para tratar de quedarse con Aeroméxico son que le permitiría fortalecer su poder de compra como compañía frente a sus proveedores.

















También hacer economías de escalas, obtener menores precios por los seguros y volver más eficientes algunas de sus rutas.


















Hay numerosos ejemplos de países y compañías donde existe la concentración aérea, sin que por ello hayan dejado de ofrecer precios competitivos.
















Un caso relevante es el de Lan (Chile), la cual tiene 73% del mercado, así como Air Canada, con 65 por ciento.
















Borja Chico percibe en México un mercado muy desordenado, en el que están compitiendo alrededor de 14 compañías y donde habrá procesos de quiebras y consolidaciones.


















Cuando las piezas se acomoden, dice, será importante que México cuente con una aerolínea tradicional fuerte, capaz de seguirle haciendo frente a las extranjeras, de nada sirve un escenario de competencia sin rentabilidad.
















“Si no es ahora, será mañana”, anticipa, con respecto a la suma de las dos aerolíneas, aunque después acepta: “Parezco Timbiriche”.

















También está dispuesto a escuchar una segunda opinión de la CFC, para que les diga “cómo sí” tendría viabilidad la operación, sin afectar el ambiente de competencia en el mercado aeronáutico.
“Dicen que estamos blofeando, pues entonces que corra el blof”, declara, pero “que nos dejen jugar.”

DIVISADERO


Terminal 1. Por cierto, Mexicana busca reducir sus costos por permanecer en la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Como los servicios y la infraestructura serán mejores en la Terminal 2, ahora está negociando ajustes en los precios por los servicios que obtiene; la lógica es que la más antigua y deficiente debe bajar sus tarifas.

Mexicana está lista con su proyecto de bursatilización de ingresos futuros, pero no tomarán la decisión de hacerlo hasta que se decida si podrá o no participar en la compra de Aeroméxico, parecería una señal contradictoria querer entrar a una operación sofisticada de búsqueda de liquidez cuando está poniendo sobre la mesa 200 millones de dólares para capitalizar a la aerolínea que dirige Andrés Conesa.