Concurso
Mercantil
Partamos
desde el principio, mis estimados lectores, ¿qué es un Concurso Mercantil?
La ley de Concursos Mercantiles, publicada en mayo de 2000 poco antes de que
Ernesto Zedillo dejara la presidencia, tiene dos finalidades: por un lado,
reducir los abusos procesales a los que se prestaba el procedimiento establecido
en la extinta Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos, y por otro la
introducción de una nueva corriente en el tratamiento de los problemas de
insolvencia de las empresas.
En
palabras llanas, la nueva ley de Concursos Mercantiles trata de
acortar los tiempos en los juzgados en aras de sacar de la bancarrota de la
manera más pronta posible a la empresa que se acoja a esta ley. Y es que no
debemos olvidar nombres como el de Alonso Ancira Elizondo, que en 1991 compró
al Gobierno de Salinas de Gortari la empresa de acero Altos Hornos de México.
Este empresario, como muchos otros, había encontrado una fórmula infalible para
no pagar los créditos bancarios: declarar la quiebra de sus empresas.
Pero
hablemos del presente, concretamente de Interjet. En fechas recientes, una ola
de notas periodísticas impulsada por los actuales “dueños” o “accionistas
mayoritarios”, es decir los Del Valle ha generado muchas dudas sobre el tema
del Concurso Mercantil, y la idea poco clara y endebles argumentos de
que esta familia pretende acogerse a este mecanismo jurídico. Un hecho
comprobable es que tendrán una asamblea el próximo 26 de abril con el resto de los
accionistas de la empresa.
Vamos,
pues, a sumergirnos en este entramado legal, para conocer las etapas de las que
consta y tener claro qué sucede en cada paso o parte del proceso. Con esto tanto
usuarios, como trabajadores, y público general tendrán una idea más clara de
los alcances, y la realidad detrás de este proceso legal.
El
Concurso Mercantil
es un procedimiento compuesto de tres etapas:
1.- La
inicial, o de declaración de concurso mercantil.
2.- La
conciliación, que tiene como finalidad lograr la conservación de la empresa del
comerciante mediante el convenio que suscriba con sus acreedores reconocidos, y
3.- La
quiebra: cuya finalidad es la venta de la empresa del comerciante, de sus
unidades productivas o de los bienes que la integran para el pago a los
acreedores.
Dejemos
en claro que para poder acogerse a esta figura jurídica se requiere de la
existencia de los siguientes elementos: una empresa o comercio, el
incumplimiento generalizado de esa empresa o comerciante en el pago de sus
obligaciones, y la pluralidad o multiplicidad de acreedores de la empresa o
comercio en cuestión.
Además de
los requisitos “normales” que debe tener todo escrito inicial de demanda, las
promociones iniciales de un Concurso Mercantil, el promovente debe anexar
ciertos documentos. En el caso de Interjet, por ejemplo, deben acompañase los
estados financieros, la relación de los acreedores y deudores, y un inventario
de sus bienes muebles e inmuebles, entre otros.
Pero no
tan rápido; existe un punto importantísimo que no debemos soslayar. El 8 de
enero del presente año, los trabajadores sindicalizados de la empresa Interjet
estallaron una huelga, misma que detiene todo en el tiempo y el espacio. Las
partes están obligadas a conciliar ante representantes de la Junta de
Conciliación y Arbitraje. Este procedimiento no tiene un período mínimo ni
máximo de duración, aunque lo óptimo es que no dure más allá de 90 días.
Con
Interjet, la autoridad laboral ya hizo el levantamiento de los bienes
embargados a la empresa por los trabajadores; falta que la JFCA siente a las
partes (empresa y trabajadores) a través de sus respectivos representantes para
poder pasar a la etapa de negociación, y luego la terminación de la huelga, ya
sea a través de un acuerdo bilateral (empresa y trabajadores llegan a un
acuerdo), unilateral, o bien por medio de una resolución de la JFCA.
Una vez
terminada la huelga, los dueños de la empresa estarían en posibilidad de
someterse a la ley de Concursos Mercantiles, si es que de verdad existe el
interés es sacar a flote a una aerolínea que, debe decirse, está más que
rebasada por sus propias deudas, no sólo con sus trabajadores, sino con el
gobierno, con aeropuertos internacionales y un sinnúmero de acreedores. Y es
que tramitar un concurso mercantil, debe demostrar que se cuenta con dinero “fresco”
para paliar todas sus deudas y poder hacerle frente a una reestructuración,
que es una de las finalidades de este esquema legal.
Pero
dibujemos un escenario diferente. Imaginemos por un momento que no existe el
obstáculo de la huelga, y que los Del Valle tienen luz verde para acogerse a la
Ley de Concursos Mercantiles. Si así fuera, Interjet tendría que tramitar todas
y cada una de las etapas que en seguida desgloso, y que son, el tantas veces
mencionado, Concurso Mercantil:
Al día
siguiente de que el juez admita la demanda, deberá remitir copia de la misma al
Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles (IFECOM),
ordenándole que designe un visitador dentro de los cinco días siguientes a que
reciba dicha comunicación, del mismo modo en el mismo plazo deberá hacerlo del
conocimiento de las autoridades fiscales.
Se
designará un visitador y éste designara a sus ayudantes, el IFECOM lo deberá
informar al juez y al visitador designado, el juez dictará acuerdo ordenará que
se practique la visita al comerciante, que tendrá por objeto que el visitador:
a)
Dictamine si el comerciante incurrió en el incumplimiento generalizado en el
pago de las obligaciones para con dos o más acreedores, así como la fecha de
vencimiento de los créditos relacionados con esos hechos, y
b)
Sugiera al juez las providencias precautorias que estime necesarias para la
protección de la masa concursal.
Estas
podrán consistir dese la prohibición de hacer pagos hasta la intervención de la
caja, entre otras.
Sin
necesidad de citación, el juez dictará dentro de los cinco días siguientes al
vencimiento del plazo de alegatos, la sentencia que corresponda, tomando en
cuenta lo manifestado y probado y en especial el dictamen del visitador.
La
etapa de conciliación tendrá una duración de ciento ochenta y cinco días
naturales, contados a partir del día en que se haga la última publicación en el
Diario Oficial de la Federación de la sentencia de concurso mercantil, y se
deberá designar un conciliador quien deberá procurar que el comerciante y sus
acreedores reconocidos lleguen a un convenio.
Con la
sentencia de aprobación del convenio, se dará por terminado el concurso
mercantil y se procedería a la declaración de quiebra o la salida del concurso
mercantil.
Ahora, en
caso de que la empresa no se haya podido reestructurar por falta de capital
fresco, se puede solicitar la quiebra de la aerolínea de tres formas distintas:
1.- El
propio comerciante o empresa así lo solicite;
2.- Transcurra
el término para la conciliación y sus prórrogas si se hubieren concedido, sin
que se someta al juez, para su aprobación, un convenio en términos de lo
previsto en esta Ley, o;
3.- El
conciliador solicite la declaración de quiebra y el juez la conceda.
Si
solamente tomáramos como referencia el texto legal, y los tiempos que
establece, de verdad un Concurso Mercantil se tramitaría muy rápido. Pero
sabemos que la realidad dista mucho de lo que la ley prevé. A 20 años de la
entrada en vigor de este cuerpo legal, existen voces piden la creación de
juzgados especializados en concurso mercantil, porque los juicios son
interminables.
Resulta
muy tentadora, por fácil y chabacana, la idea de comparar un posible
concurso mercantil de Interjet, con el proceso que desde hace diez años lleva
la empresa Mexicana de Aviación; pero debo decirles estimados lectores, que
esa es una mala e incorrecta idea. No se pueden comparar peras con manzanas.
Y es que el
concurso de Mexicana de Aviación estuvo desaseado desde el principio. Cayó
en un sinfín de irregularidades desde el principio, porque había una
consigna política de impedir que volviera a surcar los aires.
Y no
estoy especulando, yo personalmente escuché en vivo y a todo color la declaración
hecha por el entonces Secretario de Comunicaciones y Transportes Juan
Molinar Horcasitas: “En este país no hay espacio para dos aerolíneas
bandera, sólo una puede sobrevivir”, y bueno, la aerolínea sobre la que
cayeron las bendiciones de la administración panista de Felipe Calderón, hoy
tiene serios problemas. El 50% de su capital es estadounidense; tiene un
préstamo de millones de dólares; está tramitando en Nueva York un juicio con
base en la ley de quiebras (Capítulo 11); recortó planta de trabajadores;
rasuró (pauperizó) los contratos colectivos de trabajo… a pesar de todo ello,
el día de hoy sigue tratando de salir avante del tema de la pandemia por
Sars-Cov-2. Si las barbas de Aeroméxico están siendo recortadas, yo creo que
Interjet ya debería estar remojando la suya.
Ximena Garmendia
25 de abril 2021
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