28 marzo 2021

Semana Santa y la recuperación del mercado aéreo

 

Semana Santa y la recuperación del mercado aéreo

“El fin justifica los medios”. No vamos a discutir aquí si la frase es de Maquiavelo o de Napoleón Bonaparte. Por ahora solo nos interesa su significado: que cuando el objetivo final es importante, cualquier medio para lograrlo es válido. En la aviación, la Semana Santa es una de las mejores épocas, y en vista de lo alicaído del mercado por el tema de la pandemia del SARS-Cov-2, se vuelve un empuje más que necesario.



Pero una pregunta surge en mi cabeza: ¿a qué precio? En este y otros espacios he hablado largo y tendido de las actuales condiciones laborales de los trabajadores de la industria aeronáutica. Hemos escuchado, escrito y leído sobre términos como Concurso Mercantil, Capítulo 11, reestructuración, e incluso Demanda por Conflicto Colectivo de Naturaleza Económica. Las empresas dentro de la industria han zanjado acuerdos de una u otra manera con sus empleados, obteniendo diversos tipos de recortes al gasto operativo, supuestamente inevitables.

Sin embargo, todo parecía que se quedaba a nivel laboral, salarios recortados, eliminación de ciertas prestaciones, pagos diferidos en algunos casos, y un largo etcétera.

Con la llegada de estas fechas, coloquialmente llamados “días santos”, una luz de esperanza flota en la atmósfera, porque los vuelos se van llenando de pasajeros y eso se traduce en entradas de capital que permitirían dejar de recortar derechos laborales.

Sin duda un panorama “esperanzador”, pero… (sí, hay un “gran pero”) en el caso de la empresa del caballero Águila, su cuerpo directivo parecer ser ciego, torpe y sordomudo, pues en plena semana vacacional ha recortado las sanitizaciones a los aviones. Dicha información me ha llegado por vías distintas, las he cruzado y he obtenido información atemorizante, por decirlo de alguna manera suave. Las vidas de los pasajeros y trabajadores, es lo que menos les importa a quienes dirigen la empresa que hoy se ostenta como aerolínea bandera.



Es de una brutalidad enorme llevar a cabo estos recortes a la sanitización de las aeronaves, argumentando que representan un alto costo en plena reestructura de la empresa. Se les ha informado a los trabajadores que la sanitización se llevará en “diferentes etapas del vuelo”, esto es, proporcionarle al pasajero una botellita del alcohol gel y nada más.

El desconcierto con los trabajadores es tal, que cada vez que la empresa busca pararse el cuello por sus excelentes protocolos en cuanto al tema del Covid, los trabajadores denuncian en redes sociales, y con temor a ser despedidos, que han acudido enfermos, que incluso no hay ni papel ni jabón ni agua en los baños, elementos necesarios para frenar la pandemia. Una higiene adecuada puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

Pero empeñados en continuar con su reestructuración, los directivos implementan o más bien, dejan de implementar medidas tan necesarias como la sanitización de los equipos de vuelo, en aras de ahorrarse unos cuantos pesos.

Todos hemos visto en los últimos días las imágenes de los aeropuertos del país atestados de pasajeros. Si bien es cierto que se procura mantener una sana distancia, y que podemos decir que no están en un espacio totalmente cerrado y que la altura de los techos de las terminales ayuda muchísimo, no podemos decir los mismo al interior del avión, donde no hay manera de no estar encerrado junto a otros 150 pasajeros; la cosa se complica.



Si a este coctel sumamos a la gente irresponsable que miente (omite información valiosa) para poder irse a la playa de vacaciones, y agregamos al personal mal entrenado, mal pagado y con sobrecarga de trabajo, es momento de ir pensando en que la “tercera ola” viene y con una peor intensidad. Y todo se verá reflejado en un bajón más en el crecimiento que se venía dando en la industria aérea, afectando todavía más los derechos laborales y la calidad de vida de los trabajadores.

Además de prácticos, tenemos que ser inteligentes. Todos añoramos con desesperación la que era nuestra vida normal. “Un año” se dice rapidísimo; en menos de un segundo expresamos esas cinco letras, pero no pasan así de rápido 365 noches en vela por la angustia e incertidumbre que genera una pandemia inusitada como la que nos está tocando vivir. Sí, ya tenemos “vacunas”, pero no son la cura. No genera inmunidad inmediatamente, necesitan pasar semanas después de aplicado el refuerzo. Dejar de sanitizar equipos, como lo está haciendo Aeroméxico es un “exceso de confianza”, y eso en la aviación, es un “pecado mortal”.

No, estimados lectores, ese fin no justifica los medios.

 

Ximena Garmendia

28 de marzo 2021

 

 

 

 

 

21 marzo 2021

Sí nadie dice nada, yo sí

 

Sí nadie dice nada, yo sí

Soy agremiada a la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México, y ríos de tinta han corrido en este espacio, y algunos otros, documentando todas y cada una de las triquiñuelas de la representación sindical liderada por Ricardo Del Valle, que ejerce un poder absoluto dentro del sindicato con base en un artero juego de amenazas y recompensas.



La lista es grande; desde el comportamiento de los agremiados, que se asemeja a una secta, pasando por el manejo opaco del dinero de los sobrecargos, así como el punto jamás aclarado del sobre precio en los seguros de vida de los sobrecargos.

Pero pareciera que nada hace que los engañados, vapuleados y pisoteados trabajadores levanten la cabeza y se rebelen ante el trato vejatorio que ejerce el sindicato en su contra. Su vida laboral continúa, y ellos bajando la cabeza y siguiendo dentro de un juego perverso que parece no tener fin. A pesar de ellos sigo confiando en que mis colegas se armen del valor suficiente y reclamen un trato digno, al mismo tiempo que exigen que sus representantes cumplan cabalmente con su misión.

En las pasadas elecciones uno de los cargos que salió a votación fue el de la Secretaría de Prensa; como muchos saben, fui candidata a ese cargo, igual que Ivonne Jurado, que en ese entonces era, por segundo periodo consecutivo, la Secretaria Tesorera; le era imperante “brincar” a otro cargo dentro del Comité Ejecutivo.



Sabemos que el resultado fue favorable para la candidata de Ricardo y que yo perdí. Ella hizo grandes promesas de campaña, y a casi dos meses de estar al frente de la Secretaría de Prensa, su trabajo, sí es que lo hay, ha sido invisible.



Más de un año lleva la página de ASSA en “remodelación”, pero hoy que consulté la página del sindicato, en el directorio sigue Ivonne Jurado como Secretaria Tesorera; no han hecho el cambio de los representantes sindicales. Busqué dentro del apartado de Aeromar, y me apareció una circular de la empresa Aeroméxico.



O sea, sigue siendo una página inútil e inservible para los sobrecargos, pero muy cara, pues según los informes de ASSA, mantenerla costó el año pasado $2,026,241 pesos; eso sin contar el mes de enero del 2021, sin embargo, en dicho mes se gastó tan sólo $57, 544 pesos en “Atención a periodistas”. Más de dos millones de pesos, ¿y no podemos tener una página decente y actualizada?



¿Y en las redes sociales que ASSA usa de manera oficial? sólo encontraremos “información” sobre el 8 de marzo; ya saben la imagen aleatoria con la frase motivacional random, pero no hay una sola circular de Aeromar, o de las últimas noticias con la empresa. El colmo, ni información interna tienen.



Una de las promesas de campaña de la candidata ganadora fue “sacar” una revista que llevaría por nombre “Con las alas en el corazón”. Ustedes disculpen, pero tal grado de cursilería me hostiga. Un título cutre con intención hortera, la que se supone tenía o tiene…, sí es que algún día la publican.

 “Se difundirán las historias personales de nuestros compañeros”, ¿bajo qué criterios serán escogidos los compañeros para contar, qué historias?, pero continua con su perorata, digo, su promesa de campaña. “Así como la historia de ASSA de México”

Añadió “Emitir de manera confiable, oportuna y precisa los boletines (aunque -pequeño dato cultural- en el sindicato no se maneja la figura de “boletines”; se emiten circulares y convocatorias), y comunicados de prensa (su nombre lo indica, los comunicados se envían a la prensa para su publicación, para ello existe la figura de “circular informativa”) referentes a las situaciones que afronte nuestra asociación, gestionar las redes sociales de la asociación para potenciar su presencia cómo un sindicato democrático y sólido

¿Y dónde queda el interés de los agremiados?

“Difundir quincenalmente un blog que se hará llegar tanto a la página web de ASSA cómo a los correos de nuestros agremiados”, ¿cuáles correos?, ¿los que les da la empresa? ¿es muy difícil hacer correos institucionales de ASSA?, parece que sí.

Y sigue, “transmitir un video semanal dónde se tratarán temas de la aviación nacional e internacional así como de las labores de los sobrecargos” ¿bajo que formato, en streaming, en YouTube, en historias de Instragram, en Periscope, Facebook live?

 “Contribuir a la mejora y éxito de nuestra ASSA unida…” ¡no, bueno!, parafraseando a los españoles, con esto último “flipo”. Y es que debemos tomar en cuenta que Ivonne Jurado lleva ya seis años como representante sindical, por lo tanto, el encabezar la Secretaría de Prensa no debería de serle complicado, a menos que no tenga ni la más mínima idea, porque no es lo mismo ser couch (nombre que utilizan los farsantes para hacerse pasar por psicólogos) que comunicólogo o alguien que entiende el funcionamiento del medio.

El mes de abril está a la vuelta de la esquina, y de todas sus promesas no ha realizado ninguna. Ni siquiera la más evidente y necesaria: la actualización de la representación sindical en la página web. En repetidas ocasiones que reporteros buscan con quién se pueden comunicar en ASSA, terminan hablando con su servidora, porque la desatención que hay para con los medios, es una constante.

Así las cosas en mi sindicato; como agremiado tengo la obligación de levantar la voz y señalar el nulo trabajo que está llevando a cabo Ivonne Jurado. Y es que se equivocan quienes asumen que lo relativo a los medios de comunicación es pan comido. Se los digo yo, desde mi trinchera como medio alternativo.

No se trata solamente de “subir a un blog” imágenes y comentarios sin sentido. Debe planearse el tema que se va a tocar, documentarlo, contrastarlo con diferentes notas periodísticas, redactarlo, corregirlo, y posteriormente buscar las imágenes que ilustren el texto, programar la subida en el blog, y dar una última revisión.

Y si hablamos de videos, es necesario leer las notas del día, realizar un guion para los temas que se tocaran en el “en vivo”, interactuar con la gente, leer los comentarios, los correos que mandan, la información que proporcionan y sus opiniones sobre diversos temas.

Hacer todo esto consume tiempo; tan sólo para la realización de un podcast (proyecto que tengo en pausa), grabar menos de 5 minutos puede tomar hasta dos horas, sin contar el tiempo de edición, ni el trabajo que toma escribir el guion correspondiente, así como la documentación necesaria.

Todo lo anterior, sin un centavo de presupuesto. Ahora que ASSA se gasta 2 millones de pesos en una página inservible, no puedo evitar lanzarles la incómoda pregunta ¿ya ven por qué quería ser Secretaria de Prensa? Con ese presupuesto haría maravillas. No puedo quejarme de que la mayoría no votara por mí; así funciona la democracia. 



Pero no perdamos de vista su origen etimológico: “el poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Ejerzamos plenamente el sagrado derecho que como agremiados tenemos de exigir cuentas claras, y de vigilar que nuestros representantes cumplan con la función para la que fueron electos. No se trata de ninguna concesión graciosa de su parte. Están cobrando emolumentos por ello, mismos que salen de lo que le descuentan en cada pago al ya de por sí castigado salario del sobrecargo.

 

Ximena Garmendia

21 de marzo 2021

 

 

 

 

14 marzo 2021

A un año de la pandemia ¿dónde estamos?

 

A un año de la pandemia ¿dónde estamos?

Estamos a punto de cumplir un año que de manera oficial entramos a las estadísticas mundiales de la pandemia por Sars-Cov-2, y haremos un breve viaje al pasado para mirar el año transcurrido y ver dónde estamos parados ahora.





Hace un año la empresa Transportes Aeromar, tras varias negociaciones, no logró que Avianca invirtiera en ellos; en 2016 la aerolínea colombiana anunció que invertiría 100 MDD. Danilo Correa, director de la empresa de nuestro país, salió muy contento en 2018 a decir que ya había llegado a un arreglo con pilotos y sobrecargos, por lo que la inversión de Avianca para la adquisición del 49% de las acciones, ya era un hecho. Sin embargo, en mayo de 2019, momento en el que la empresa contaba con 110 pilotos y 200 sobrecargos (según nota de Reportur), Aeromar hizo saber al Gobierno Federal que estaba a punto de entrar a una quiebra técnica, ya que Avianca había dejado claro que no invertiría en ninguna aerolínea mexicana.

Bajo ese panorama Aeromar enfrentó la pandemia, con deudas y arrastrando una crisis de varios años atrás; pero al ser una empresa que cubre destinos que ninguna otra aerolínea del país realiza, la pandemia no la ha maltratado tanto, de tal suerte que podemos decir que no ha sido de las más afectadas. A pesar de lo anterior, la empresa continua con el mismo discurso de antes de la pandemia; que está al borde de la quiebra y le urge una inyección de recursos, así como de más recortes de personal y costos laborales; así como están leyendo, si en 2019 eran 200 sobrecargos hoy son 110, y la empresa pretende desvincular, o sea correr a 30 o 32 sobrecargos más. Eso sí, su director comercial anuncia con bombo y platillo tanto el crecimiento de rutas y destinos dentro del país, como la intención de volar a destinos internacionales en el corto plazo.



Como un círculo, no virtuoso sino vicioso, Aeromar se encuentra casi igual que antes de comenzar la pandemia; digo “casi” porque hoy está con trabajadores cada vez más cansados de las promesas empresariales incumplidas. Los empleados llevan años (literal) cediendo prestaciones laborales, incluso recortes a sus salarios; tal es el caso de los pilotos en la pandemia. La pregunta se impone: si la empresa no es viable ¿para qué seguir alargando la agonía?

Vayamos ahora al caso de Volaris. Enrique Beltranena, usando un modelo leonino con sus trabajadores y maximizando el número de asientos en sus equipos, ha logrado tener una empresa “no mal parada” ante la pandemia. No es dato menor que recibió una inversión de 3,500 millones de pesos de parte de sus inversionistas. Comenzaron la pandemia con 63 equipos, y hoy cuentan con 83 aviones.



Caso similar es VivaAerobus. Gracias a su modelo de negocios, mezcla de aerolínea de bajo costo y tradicional, es que la pandemia tampoco le causó grandes estragos, al contrario, durante la pandemia se reinventó, y de ser una aerolínea detrás de Volaris, Aeroméxico e Interjet, ha repuntado, colocándose en el primer lugar en la preferencia del consumidor.



Ahora vayamos con el Caballero Águila. Una vez que el Gobierno Federal anunció las medidas a implementarse por la pandemia (“Quédate en casa”), el director general de Aeroméxico, Andrés Conesa, ni tardo ni perezoso salió a anunciar que la caja de la empresa del caballero Águila estaba “más fuerte que nunca” y que el Covid le haría lo que el viento a Juárez, aventándose la declaración de asegurar que para junio de 2020 todo regresaría a la normalidad. Ustedes lo saben tan bien como yo, lo que realmente pasó en junio fue la entrada de la empresa al Capítulo 11 en un tribunal de Nueva York, en los Estados Unidos.

Hubo un momento en que la operación de la aerolínea cayó a niveles alarmantes, llegando a tener suspendidas el 80 por ciento de sus operaciones. Lamentablemente la empresa en franca colusión con sus sindicatos, aprovechó el escenario catastrófico para recortar salarios y prestaciones a sus trabajadores; todo en “aras de salvaguardar fuentes de empleo”. No obstante sí hubo recorte de personal; se calcula un total de 3 mil plazas, de las 16 mil que tenían al inicio de la pandemia. Y todo apunta a que van a adelgazar aún más la nómina. Mención aparte merece la empresa Sistem, filial de Aeroméxico, que dejará de prestar servicios de tierra para darle entrada en su lugar a una empresa outsourcing. ¡Claro! las negociones con los trabajadores no fueron con el suelo parejo; a los agremiados al Sindicato Independencia jamás les hicieron de su conocimiento los cambios llevados a cabo en sus contratos colectivos; y en el caso de las sobrecargos de Aeroméxico Connect, a pesar de que votaron en contra de modificar su contrato, la cúpula de su sindicato, el STIA tomó la decisión de modificarlo aceptando recortes. Me gustaría decirles que ahí termina todo, pero no es así. Los pilotos de ASPA y sobrecargos de ASSA negociaron con una pata en el cuello: o cedían sus condiciones laborales o la empresa continuaba con la tramitación de su demanda de Conflicto Colectivo de Naturaleza Económico. A dicho juicio ya le habían dado entrada en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, obviando el flagrante conflicto de intereses que conllevan los apellidos Alcalde Justiniani (abogado) y Alcalde Luján (Secretaria del Trabajo).



Así legamos a Interjet, empresa que al comenzar la pandemia, era la número uno en la preferencia de los usuarios, gracias al legado de otra gran aerolínea que dejó de surcar los cielos en 2010. Interjet se llenó de prestigio y renombre, no obstante que los años anteriores a la crisis sanitara fue víctima de una guerra sucia y desalmada a manos de Aeroméxico, cuya finalidad era sacarla del mercado. A eso hay que sumarle las malas decisiones dentro de la administración de la línea aérea y el desinterés de los dueños; la caída en picada fue a una velocidad vertiginosa y es que a diferencia de otras aerolíneas, Interjet no recortó ni trabajadores, ni sueldos, ni prestaciones; trató de salir a flote, pero las malas decisiones al final le cobrarían la factura de tener 70 aviones, y terminó operando sólo con 4 equipos, a los que finalmente se le vencieron los seguros y la empresa, de manera unilateral tomó la determinación de parar las operaciones en diciembre. Posterior a eso, los trabajadores estallaron una huelga el día 8 de enero, pero apenas el pasado 20 de febrero la autoridad laboral reconoció como válida la huelga. Al momento que escribo estas líneas, su futuro es incierto y poco esperanzador.



Un año; 12 meses; 365 días; 8760 horas, 525,600 minutos, 31,536,000 segundos; una vuelta completa del planeta tierra alrededor del sol. Sin que sea un análisis financiero detallado, los números generales aquí plasmados hablan por sí solos. Como podemos ver, la pandemia por sí sola no causó todas las desgracias que le achacan, pero sí se convirtió en el pretexto perfecto (y lo sigue siendo) para evadir responsabilidades y castigar a los más vulnerables. 

Y lo que es peor, todo a plena luz del día y frente a los ojos del país entero. Es lamentable que no se le dé a la industria aérea la importancia que merece. Ni el titular del Gobierno Federal, ni sus Secretarios de Estado (Trabajo, así como Comunicaciones y Transportes), con todas sus subsecretarías y dependencias descentralizadas han querido tomar cartas serias en el asunto. Y hay que decirlo, a los usuarios le sigue importando solamente que los lleven del punto A al B, sin reparar en la trascendencia de todo lo que existe detrás… y no son tres cacahuates, hablamos de concesiones federales, espacio aéreo mexicano, conectividad aérea del país, soberanía y seguridad nacional, por mencionar solamente algunas cosas.

Visto así, los próximos doce meses se pasarán “volando” (muy rápido), porque la lista de asuntos pendientes es enorme y exige trabajar todas y cada una de las horas disponibles. Hay mucho por hacer, y por defender.

 

Ximena Garmendia

14 de marzo 2021

 

 

 

07 marzo 2021

Leyes, Volaris y el VIH

 

Leyes, Volaris y el VIH

Estimados lectores, el tema que trataremos hoy es importante por diferentes razones; con muchas aristas, y ninguna de ellas es irrelevante, sobre todo porque ejemplifica de manera clara y evidente el largo camino que nos falta recorrer para estar cerca de un ejercicio pleno de nuestros derechos civiles, humanos y laborales. Y no tenemos que ir tan lejos; el caso de esta vigente, y hoy por hoy en espera de una resolución, tanto jurídica, como mediática. Es importante tener a la mano los siguientes datos, para que los conceptos manejados sean claros y sobre todo actualizados. Toda la información proviene del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH y el sida (CENSIDA).



Pregunta básica ¿qué es el VIH?, “Por sus siglas en inglés significa: Virus de la Inmunodeficiencia Humana. Este virus afecta a las células de defensa de nuestro cuerpo, llamadas linfocitos T CD4.”

¿y cómo nos podemos contagiar? Sólo hay tres vías de transmisión: sexual, sanguínea y perinatal.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos al respecto señala:

Artículo 1º (párrafo tercero) “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las capacidades diferentes, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”.

Artículo 5º “A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos”.

Artículo 123 “Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos y la organización social para el trabajo, conforme a la ley”.

Y nuestra Ley Federal del Trabajo, ¿qué dice sobre el tema?, en su artículo 3° establece:

El trabajo es un derecho y un deber sociales.

• No es artículo de comercio.

• Quien trabaja merece respeto en sus derechos y dignidad.

• Debe efectuarse el trabajo en condiciones que aseguren la vida, la salud y un nivel

económico decoroso para el trabajador y su familia.

• No se puede discriminar a ningún trabajador por motivo de raza, sexo, edad, religión, doctrina política o condición social.

• Debe darse capacitación y el adiestramiento de los trabajadores.

Además de la Constitución y la LFT, en nuestro país existe una Norma Oficial Mexicana (regulación de observancia obligatoria), la NOM-10-SSA2-1993 PARA LA PREVENCIÓN Y CONTROL DE LA INFECCIÓN POR EL VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA HUMANA, SECRETARIA DE SALUD. (6.3) Toda detección del VIH/SIDA se rige por los criterios siguientes:

• (6.3.3) No se debe solicitar como requisito para el acceso a bienes y servicios, obtener empleo, formar parte de instituciones sociales o para recibir atención médica.

 

Allende nuestras fronteras, también existe regulación aplicable, y la voz cantante la lleva el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), que fomenta entre sus estados miembros la creación de leyes de protección y contra la discriminación de las personas que viven con VIH/SIDA, así como un cambio en las actitudes discriminatorias mediante la educación, la formación y los medios de comunicación. México, como Estado miembro de la ONU y de la OEA, está obligado a asegurar el respeto universal y la observancia de los Derechos Humanos y de las libertades fundamentales.

 

Pero no es la única institución internacional que se pronuncia sobre el tema, también la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es autoridad, pues otorga protección social para hacer frente a la enfermedad bajo los siguientes principios fundamentales:

 

• El reconocimiento de que el VIH/SIDA es un problema que afecta al lugar de trabajo,

• La no discriminación en el empleo.

• La igualdad de trato entre hombres y mujeres, el diagnóstico y la confidencialidad, la prevención, la asistencia y el apoyo como base para enfrentar la epidemia en el lugar de trabajo.

 

Como dije al principio de esta columna, el tema de hoy está lejos de ser un asunto menor, y no debe ser “aislado” en la palestra mediática, política, y mucho menos judicial. Así es que ahora estamos en mejores condiciones para entrar de lleno al análisis del caso que saltó a la opinión pública con nuevos bríos el pasado lunes 1° de marzo, explotando las redes sociales bajo el hashtag #VolarisDiscrimina. ¿Quién es Armando Uri, y por qué estaba protestando el lunes pasado afuera del edificio de la Bolsa Mexicana de Valores en contra de la empresa Volaris?

 

A continuación, transcribiré las partes más significativas e importantes de la plática que mantuve con él esta misma semana, en la que le pedí hiciera algunas precisiones, y en la que le hice saber mi punto de vista. Mi interlocutor es un mexicano que cuenta actualmente con 31 años de edad, y cuya aspiración laboral era trabajar como sobrecargo en la aerolínea Volaris, que tiene como razón social oficial Controladora Vuela Compañía de Aviación, S.A.B. de C.V.

 

Su historia comienza en 2017, año en que decide “aplicar” para esta empresa, pero dejemos que sea precisamente él quien nos lo cuente. Aprovechamos el tiempo que tuvo justo al salir de una audiencia celebrada en el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México.



 

X.G.: Cuando tú entraste a aplicar a Volaris, ¿ya contabas con licencia de sobrecargo?

 

A.U.: Es correcto, de hecho, el 4 de mayo de 2017 yo cumplo años en esa fecha, por eso me acuerdo, yo fui a hacer mi examen médico, mi licencia ya estaba lista. Mi rechazo fue el 21 junio de 2017

 

X.G.: Entonces, ¿a ti Medicina de Aviación no te puso ninguna restricción, no tuviste problema?, ¿a ti te dieron el apto para volar?

 

A.U.: Ningún problema.

 

X.G.: Esa era una de las dudas que yo tenía, sí tienes o no licencia. Entonces, en 2017 ya tenías licencia y tenías el apto. Pero según he visto en otras entrevistas que has dado, a ti Volaris jamás te informó que te iban a hacer un examen del VIH.

 

A.U.: No, jamás, jamás, no, nunca.

 

X.G.: Contextualicemos; esto te lo pregunto porque cuando yo fui aspirante para Mexicana de Aviación hace más de 20 años, a nosotros nos informaron punto por punto en una hoja qué exámenes nos iban a hacer, incluida la prueba del VIH. Te estoy hablando de 1998, pero la empresa sí nos avisó qué exámenes nos iba hacer y obviamente sí uno como aspirante estaba dispuesto a aceptar que hicieran ese examen. En tu caso, ¿Volaris en algún momento te notificó, te preguntó o te dio alguna documentación referente a qué exámenes te iban a realizar?

 

A.U.: No, en ningún momento me dijeron que me iban a hacer una prueba de VIH y mucho menos una prueba de sífilis, que está peor, porque no nada más hacen de una infección o una enfermedad de transmisión sexual, sino que también sin tu consentimiento hacen una prueba de sífilis. Te cuento esto porque cuando yo levanté la queja en el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED), allí ellos (Volaris) exhibieron un contrato (con Laboratorios Médicos Polanco) donde no nada más hacen exámenes de VIH y sífilis, sino también de embarazo; yo tengo copia de ese contrato y evidentemente obra en el expediente judicial.



 

X.G.: ¿estas demandado a Volaris por discriminación?

 

A.U.: Demandé por daño moral, pero no nada más a Volaris, también a Médica Sur, porque Médica Sur, por medio de la filial “Laboratorios Médicos Polanco” me hicieron ese estudio, entonces ambos son responsables del daño moral que se me causa a partir del 21 de junio de 2017, cuando soy rechazado por mi condición de salud. Te cuento otro aspecto: he leído los comentarios en diversas notas que hay en la internet y muchas se cuestionan ¿cómo doy por hecho que fue por esa condición? Y debo dejar en claro, yo cubrí los 5 filtros que Volaris tiene establecidos: la entrevista, el polígrafo, exámenes psicométricos, el comité y el examen médico; todos los conozco perfectamente y todos los cubrí. Porque incluso cuando fui a hacer mi comité, a mi me dijo la reclutadora en ese momento que mi base de trabajo iba a ser Tijuana, y que yo ya estaba dentro, y que la firma del contrato iba a ser esa misma semana, ¡oh sorpresa! Cuando yo levanto la queja en COPRED me doy cuenta que ese mismo día en la tarde, a ellos les llegan los resultados médicos, y ya no me contratan, ¿por qué razón me tendrían que rechazar? Todo eso está probado en el expediente.

 

X.G.: Me parece muy importante dejar en claro que, en nuestro país las empresas tienen la obligación legal de no discriminar; y tú ya tienes un apto por parte de Medicina de Aviación, ¿por qué?, simplemente porque puedes volar, nada te impide que puedas ejercer la profesión de sobrecargo, para mí esta es una parte muy delicada, porque Volaris se está extralimitando en lo que son sus atribuciones como empresa y como empleador. En tu caso el rechazo debió ser sustentado en que alguna parte del proceso que no aprobaste.

 

A.U.: No, inclusive te voy a decir algo bien importante, creo que mis compañeros que han concursado para esta aerolínea lo saben. La reclutadora desde el primer momento te advierte esto “que si no pasas el polígrafo…” ¿no sé sí tu tengas conocimiento del polígrafo.

 

X.G.: No, es la primera vez que lo escucho.

 

A.U.: Ah bueno, te hacen una prueba de polígrafo, fue mi segundo filtro y me dijeron que si no lo pasaba me iban a notificar; yo lo pasé, me notificaron y está probado con los correos. Todas las pruebas de lo que te estoy contando, tienen un sustento, porque no es tan simple o fácil como decir “ay mira, me discriminaron”; yo pasé la prueba del polígrafo, porque en ese mismo correo me dijeron en la redacción que era apto para el siguiente filtro y así sucesivamente hasta llegar al último filtro. Todos los correos obran en el expediente judicial.

 

X.G.: Revisé las entrevistas que has dado, y el tema es claro; pero este tema es importante para darle a conocer a los usuarios la existencia de la problemática, y la puntualización de las razones por las que tú estás protestando. Me parece increíble que en pleno siglo XXI, cuando el VIH es una enfermedad que se puede controlar, como la diabetes o una cardiopatía, los compañeros estén pasando por esto.

 

A.U.: Voy a platicar algo, en el contrato (entre Volaris y Laboratorios Médicos Polanco) no nada más te hacen VIH, te hacen prueba de sífilis y te hacen prueba de embarazo; lo grave está en que dice Volaris que esas pruebas son necesarias, porque para ellos “es un peligro” que la gente con esos padecimientos trabaje. La Suprema Corte de Justicia mediante el amparo indirecto 48/2018 -este amparo lo promovió el Instituto Mexicano del Seguro Social por un médico que sufrió lo mismo que yo- ha dicho que esas pruebas están prohibidas en una pre contratación. Volaris no tenía derecho a indagar en mi vida privada, yo sabía mi diagnóstico, porque estoy controlado, pero yo no tengo que estar ventilando que estoy viviendo con el VIH. Además, no voy por la vida acostándome con la gente, y lo que yo haga con mi vida privada es eso, es personal. ¿Sabes qué llama mucho la atención?, no sé si tú sabes que la aerolínea cotiza en la Bolsa de Valores, tanto en México como en Estados Unidos; y desde el primer momento que se metió la demanda en junio de 2019, el juez le ordenó que inscribiera la demanda como evento relevante en la Bolsa Mexicana de Valores, por lo delicado de la situación, porque somos una comunidad muy segregada por el tema del VIH y por el tema de la invasión a la privacidad; el caso con Médica Sur es por el tema de andar traspasando datos a terceros sin autorización del paciente, por eso el juez decretó esa medida cautelar. Al día de hoy llevamos (de juicio) un año y nueve meses, y tanto Volaris como Médica Sur han sido omisos en inscribir esa demanda, a pesar de ser un mandato judicial. Yo lo que les pregunto y lo que he dicho en entrevistas es, sí ellos consideran que pueden hacer esas pruebas, como afirman ¿por qué no la inscriben? ¿qué le ocultan a la gente? Derivado de todo este escándalo, me han contactado cinco personas, una de ellas es mujer, donde el tema ha sido el mismo “me han hecho esas pruebas y me identifico con tu historia, por VIH, hablé pero no me quisieron dar los motivos, ahora entiendo por qué estoy fuera cuando yo pasé todos los exámenes”. Hubo un chico de Tijuana que me comentó que (del grupo de aspirantes) él era el único que hablaba inglés y no se quedó porque en uno de los filtros del proceso preguntó que si le cambiaban el lugar de residencia ¿cómo le iba a hacer para poder adquirir los medicamentos por VIH?, posterior a eso, no le volvieron a llamar. Otro ejemplo, ¿recuerdas un incidente del traslado de un cuerpo en Volaris?.

 

X.G.: Vagamente, pero ayúdame a tenerlo claro.

 

A.U.: Todo quedó registrado en notas periodísticas. Yo tuve un acercamiento con personas allegadas a ese caso, que me dijeron que el chico había muerto de otra cosa, pero en el certificado de defunción decía VIH Positivo, ¿y qué crees? Que Volaris otra vez lo volvió a hacer, le negó el traslado del cuerpo, tanto al familiar como a la funeraria. Y se le fueron encima los medios de comunicación, fue tendencia. Lo único que hizo Volaris fue pedir disculpas; tú y yo como sobrecargos sabemos que el cuerpo va a ir en compartimento de carga y no con los pasajeros, … hay un tema con ellos (Volaris), yo los llamaría serofóbicos, les da asco y desconocen el medio de transmisión del VIH.

 

X.G.: Muchas gracias por la confianza y tu tiempo de plática conmigo, para este espacio. En este momento de la historia y hablando de una búsqueda real de inclusividad, aceptación y no discriminación, acciones como la tuya desnudan que esto no es exclusivo de una aerolínea, si no de muchas otras empresas, y que la falta de información es enorme.

 

 

A.U.: Te agradezco el espacio; es verdad, mucha gente tiene miedo a denunciar, pero Dios me dio a mi la oportunidad. La idea de Armando es una reparación del daño justa, que garantice la no repetición de este caso; una empresa se corrige tocándole el bolsillo. El movimiento que me cobija se llama “Tú voz es mi voz” y está en pro de los derechos humanos. Te envío el link para que lo compartas, ellos te asesoran sin costo alguno. https://www.facebook.com/Justicia27/

 


Y así, estimados lectores, dimos por finalizada la charla. Sobre la mesa quedan muchas ideas que debemos resaltar. Por un lado el tema de Volaris y su fobia al VIH; las prácticas de discriminación que siguen vigentes en pleno siglo XXI. Es ardua la labor de los colectivos que luchan por dignificar a las personas con VIH, pero no podemos pensar que es trabajo “solo de ellos”. Si algo nos ha enseñado la pandemia por Covid19, es que no es válido discriminar bajo ningún motivo. Ya lo había dicho en alguna ocasión, como buena niña scout que fui, el artículo 4° de la ley Scout dice “El Scout es amigo de todos y hermano de todo Scout, sin distinción de credo, raza, género nacionalidad o clase social.” Y estoy convencida que es una regla que puede llevarnos más rápido a la conformación de una sociedad más inclusiva, empática, tolerante e informada.

 

Les invito a que reflexionen si en algún momento de sus vidas han discriminado a una persona; no para que se flagelen, no para autocompadecerse. Si sucedió, póngase la meta de no volverlo a hacer. Nunca es tarde para empezar a sentar las bases de una mejor sociedad. Denunciemos sin miedo los atropellos que las empresas cometen en contra de los trabajadores. Armando Uri, está haciendo algo, y al mismo tiempo que agradezco su valentía, quiero refrendarle mi apoyo, y que siempre habrá espacio en esta columna para su caso, cuando lo requiera.

 

No es fácil entablar una batalla legal contra una empresa, y menos si les pisas los callos que afectan su imagen y sus finanzas. Pero no hay que perder de vista que esto lo propició la propia empresa, al dejar de observar y cumplir el enorme conjunto de ordenamientos legales, nacionales e internacionales que prohíben no solamente la discriminación, sino esa forma de proceder abusiva y ventajosa sobre alguien que solamente está buscando una forma honesta de vivir.

 

Sí, el juicio hoy lleva su nombre, pero nos hace bien apoyarlo porque los beneficios de su triunfo legal marcarían un antes y un después en la historia de la defensa de los derechos laborales de nuestro país, y eso nos beneficia a todos.

 

Ximena Garmendia

7 de marzo 2021