¿No
hay otra forma de solucionar lo del avión presidencial?
El día 7 de enero del presente
año, el presidente de la República salió a dar su ya conocida conferencia mañanera, y mientras este empezaba se podía leer en una cortinilla lo siguiente “Se acabaron los lujos, el
derroche y el régimen faraónico”, en estos momentos uno piensa, “claro,
finalmente el tema del mentado avión, es una forma de mandar un mensaje muy
poderoso a sus gobernados, que bajo este nuevo gobierno, no habrá derroches,
sin embargo la pregunta que queda flotando en el aire es la siguiente: ¿no hay
otra forma de solucionar lo del avión presidencial?
Para la gente que amamos la
aviación, nos resulta doloroso e incluso ofensivo, la manera en que tratan al
avión Boeing 787 Dreamliner, pero comencemos por el principio.
La aeronave adquirida para el
uso del presidente en turno, fue un avión de pruebas de la Boeing, la cual
presentó fallas que a continuación enlistaré:
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Filtraciones de combustible
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Incendios en las baterías
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Errores computacionales en los frenos
- ·
Grietas en las ventanas de la cabina
- ·
Falta de seguridad en las baterías de iones de
litio
Lo peor es que, aún sabiendo
todo esto, se continúo con la adquisición del equipo; sólo esperaron a que la
FAA por sus siglas en inglés (Administración Federal de Aviación) diera el
visto bueno para poder trasladar el avión de Dallas a México.
Ahora, lamentablemente todo se
centra en el “interior” de aparato, que si lujoso, fastuoso, faraónico y demás
apelativos, pero veamos, ¿para qué sirve un avión?, principalmente para
transportar personas, además de mercancías. Entonces surge otra pregunta ¿es
acaso el interior inamovible?, y luego otra más ¿no se puede reconfigurar? Y es
en este punto, donde me quiero centrar.
Es evidente que hay un costo
por la reconfiguración de la parte interna del avión, pero pareciera que la actual
administración, que efectivamente no lo compró, busca que permee en el
imaginario colectivo que eso es imposible; una salida digna a este desaguisado
sería usarlo, pero con una configuración nueva, de tal forma, que tengas un
avión de rescate que no tenga que estar atado a las aerolíneas comerciales, que
puedas trasladar mercancías, así como equipo médico que se requiere en zonas
lejanas.
Con respecto a ¿qué hacer con
el interior?, pues venderlo por partes, ya que siempre se necesitan
refacciones.
Porque el problema no se
soluciona con una rifa, el elefante blanco sigue en la mitad del cuarto y es
imposible dejar de verlo.
Sin embargo, lo de cambiar el
concepto de uso parece no ser tomado en cuenta, ya que el presidente está convencido
de usar al Boeing 787 Dreamliner como bandera para combatir la corrupción del
pasado y ese afán es el que se ha llegado a comentar tanto en redes sociales
como en la prensa escrita; parece que está emulando al expresidente Lázaro
Cárdenas cuando salió a pedir ayuda al pueblo para pagar la deuda que generó la
expropiación petrolera de 1938.
La salida más digna que se le
puede dar es seguirlo usando pero bajo otro concepto, no para el traslado del
presidente pero sí para el traslado de gente, mercancías, equipos médicos y
demás que sean necesarios para el gobierno, hasta acabar con su vida útil.
Un avión tiene su razón de ser
y ésta es surcar los cielos, y sí se puede dar un giro de 180 grados al cambiar
el uso, y si el avión es de todos los mexicanos, pues bueno, a ponerlo en práctica.
Tan solo recordemos los
últimos desastres naturales; se requiere un equipo para rescatar gente, o incluso
dotar al avión como un hospital móvil.
Para nosotros que hemos
trabajado en la aviación, coincidimos en que hay otras salidas y soluciones
viables. Es de remarcarse, y lo remarco, sólo una parte del interior de la
cabina de pasajeros es “lujosa”, la cabina de pilotos es igual que las otras
cabinas de los demás boeings 787 dreamliners, la mayoría de los asientos son de
tipo clase turista, y tipo clase ejecutiva; los baños así como los galleys son
de tipo standard. No me creas a ciegas, aquí dejo el video que hizo Milenio TV del
recorrido por el interior del avión, apenas dos días después de que el nuevo gobierno
tomara posesión en diciembre de 2018. https://www.youtube.com/watch?v=7q_69O9bztw
Espero que el presidente tenga
una epifanía y reconozca que el problema no se soluciona rifando el avión, que
en realidad no se sorteando, ya que seguirá siendo arrendado por Sedena por dos
años más. Considero noble y loable el gesto de Andrés Manuel de querer dar una
lección, para que no se repitan este tipo de adquisiciones caras y poco
funcionales. Pero desafortunadamente, en el caso del avión presidencial, una rifa
se traduce en que el pueblo de México pague dos veces el equipo, que siga
siendo parte de inventario, que se siga pagando su mantenimiento en un hangar,
sin que se use.
Ximena Garmendia
8 de febrero 2020
P.D. Se solicitó por parte de
la de la voz, información al INAI sobre el contrato de compra del equipo Boeing
787 Dreamliner así como del contrato del arrendamiento a la Sedena. Estamos en
espera de una respuesta.