American y entorno latinoamericano
Mientras la aviación en el mundo avanza aún a contrapelo de la desaceleración económica, cosa muy notable, pues lo usual es que la aviación duplique la tendencia del PIB, hay aspectos que pueden influir en su mejoramiento, todo depende de las políticas públicas que se adopten en el transporte aéreo.
En el Foro de la Asociación Latinoamericana y del Caribe del Transporte Aéreo (ALTA) que acaba de concluir en Puerto Rico, se mostraron algunos aspectos que la región latinoamericana tiene que mejorar para que el impacto de la actividad aérea sea mucho más positivo.
En la reunión mencionada, Tony Tyler, aún director de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), hizo notar que el transporte aéreo genera 4.9 millones de empleos en nuestra región, incluida la derrama hacia el sector turístico, y contribuye con 153,000 millones de dólares al Producto Interno Bruto. Lo más importante, sin embargo, es que este efecto podría ser aún mayor si se adoptaran políticas dirigidas a potenciar esta actividad.
Por ejemplo, está el caso de la infraestructura. Aun cuando la conectividad aérea ha mejorado muchísimo, es un hecho que la infraestructura regional requiere un impulso especial. Este es un argumento que refuerza la pertinencia de construir un hub continental en el Valle de México en lugar de un proyecto menor aunque parezca más barato, ya que de lo que se trata es de estar a la altura para los retos que vienen en el sector aéreo en los siguientes años.
Al respecto, Tyler dijo que este año se espera una demanda de pasajeros de 240 millones en la zona de América Latina, pero en 20 años esta cifra alcanzará 525 millones. Los principales aeropuertos de la región, en Perú, Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador y México, tienen hoy graves problemas de congestión que deben resolverse si queremos que el transporte aéreo crezca a tasas razonables.
Otro rubro problemático es el de impuestos y otras barreras regulatorias que están inhibiendo el desarrollo del sector. La mayoría de los países dela zona tienen precios de combustible más elevados que en el resto del mundo y derechos de sobrevuelo, servicios de rampa y de operaciones más altos. Por otra parte, se han multiplicado reglamentos que en teoría van encaminados a proteger a los consumidores, pero que en realidad provocan que las aerolíneas suban sus tarifas para cubrir los posibles reclamos, con lo cual se están creando barreras artificiales que complican esta actividad.
Entre las razones más importantes para tener una política aérea es aprovechar las ventajas que nos pueden dar las alianzas globales. En América Latina tenemos prácticamente todas las alianzas globales presentes, pero en nuestro país aún no hemos logrado consolidar realmente las ventajas de ellas.
Por ello es muy importante el gran trabajo que American Airlines está haciendo en la región y en particular en México. Éste es el segundo país más importante para la aerolínea después de los Estados Unidos. Aquí alcanza ya 20 destinos, más de 600 vuelos semanales y más de 880 empleados. Recientemente anunciaron los vuelos Mazatlán-Los Angeles y Mérida-Dallas, así como nuevas rutas desde Cancún hacia cuatro ciudades no tradicionales en Estados Unidos.
Las aerolíneas estadunidenses se han tomado muy en serio las opciones que se les abren en nuestro país. Es momento que nuestras empresas aéreas tengan una visión más amplia con respecto a este mercado, pues, a excepción de Aeroméxico, la presencia de nuestras empresas es muy menor desde que dejó de volar Mexicana. Necesitamos más empuje en este rubro si no queremos terminar siendo solo subsidiarias.
En el Foro de la Asociación Latinoamericana y del Caribe del Transporte Aéreo (ALTA) que acaba de concluir en Puerto Rico, se mostraron algunos aspectos que la región latinoamericana tiene que mejorar para que el impacto de la actividad aérea sea mucho más positivo.
En la reunión mencionada, Tony Tyler, aún director de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), hizo notar que el transporte aéreo genera 4.9 millones de empleos en nuestra región, incluida la derrama hacia el sector turístico, y contribuye con 153,000 millones de dólares al Producto Interno Bruto. Lo más importante, sin embargo, es que este efecto podría ser aún mayor si se adoptaran políticas dirigidas a potenciar esta actividad.
Por ejemplo, está el caso de la infraestructura. Aun cuando la conectividad aérea ha mejorado muchísimo, es un hecho que la infraestructura regional requiere un impulso especial. Este es un argumento que refuerza la pertinencia de construir un hub continental en el Valle de México en lugar de un proyecto menor aunque parezca más barato, ya que de lo que se trata es de estar a la altura para los retos que vienen en el sector aéreo en los siguientes años.
Al respecto, Tyler dijo que este año se espera una demanda de pasajeros de 240 millones en la zona de América Latina, pero en 20 años esta cifra alcanzará 525 millones. Los principales aeropuertos de la región, en Perú, Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador y México, tienen hoy graves problemas de congestión que deben resolverse si queremos que el transporte aéreo crezca a tasas razonables.
Otro rubro problemático es el de impuestos y otras barreras regulatorias que están inhibiendo el desarrollo del sector. La mayoría de los países dela zona tienen precios de combustible más elevados que en el resto del mundo y derechos de sobrevuelo, servicios de rampa y de operaciones más altos. Por otra parte, se han multiplicado reglamentos que en teoría van encaminados a proteger a los consumidores, pero que en realidad provocan que las aerolíneas suban sus tarifas para cubrir los posibles reclamos, con lo cual se están creando barreras artificiales que complican esta actividad.
Entre las razones más importantes para tener una política aérea es aprovechar las ventajas que nos pueden dar las alianzas globales. En América Latina tenemos prácticamente todas las alianzas globales presentes, pero en nuestro país aún no hemos logrado consolidar realmente las ventajas de ellas.
Por ello es muy importante el gran trabajo que American Airlines está haciendo en la región y en particular en México. Éste es el segundo país más importante para la aerolínea después de los Estados Unidos. Aquí alcanza ya 20 destinos, más de 600 vuelos semanales y más de 880 empleados. Recientemente anunciaron los vuelos Mazatlán-Los Angeles y Mérida-Dallas, así como nuevas rutas desde Cancún hacia cuatro ciudades no tradicionales en Estados Unidos.
Las aerolíneas estadunidenses se han tomado muy en serio las opciones que se les abren en nuestro país. Es momento que nuestras empresas aéreas tengan una visión más amplia con respecto a este mercado, pues, a excepción de Aeroméxico, la presencia de nuestras empresas es muy menor desde que dejó de volar Mexicana. Necesitamos más empuje en este rubro si no queremos terminar siendo solo subsidiarias.
Lo oí en 123.45:Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx