13 julio 2015

DEL CORREO DEL BLOG

Aeroméxico, los mangos y el abuso

Manú Dornbierer
Por Manú Dornbierer11/07/201505:00 hs
Entre muchas peripecias, el pasado 30 de junio conocí en el aeropuerto Charles de Gaulle de París a mexicanos que tenían días esperando que Aeroméxico los regresara a casa. Es decir, hiciera efectivo el boleto que tenían en mano. “Vivían” en el aeropuerto en espera diaria, pues ya no les convenía irse a un hotel -ni podían pagarlo- y a la par perder la oportunidad de que Aeroméxico los incluyera en uno de sus reanudados vuelos, ya que había suspendido algunos. Estaban en grupos diferentes pero se habían unido y se juntaban frente al único teléfono de la terminal 2-E que en el enorme aeropuerto por momentos medio funcionaba con Aeroméxico.
Algunos de los pasajeros frustrados estaban lógicamente desesperados, cuantimás que la devaluación del peso frente al dólar con el que estamos abrazados nos tiene hoy a los viajeros nacionales en la “prángana”, sin hablar de la crisis europea que como bien saben los griegos entre otros, mantiene los precios altísimos.
Conocí también a un grupo de simpáticas estudiantes yucatecas, llenas de suéteres por falta de información en un calor de más de 30 grados en París esos días. Se quejaban de haber perdido dos días de su vacación porque su avión había tenido que aterrizar en Irlanda, debido a que transportaba “siete toneladas de mangos” que precisamente por el calor ambiente se echaron a perder y produjeron quien sabe qué peligrosos gases. Esto es algo que Aeroméxico debe de aclarar a fondo, no sólo por el retraso de sus pasajeros , sino por el posible peligro que pueden haber corrido.
INFO DE LA COMPAÑÍA
Aeroméxico (Aerovías de México SA de CV) es hoy la principal aerolínea del país después de que el gobierno de Calderón -cuya mujer, en buena medida responsable del incendio de la Guardería ABC en Sonora, anda tras la candidatura del PAN para la presidencia del 2018- le dio en la torre a Mexicana de Aviación, regalándola a otro sinvergüenza, Gastón Azcárraga, quien impunemente la arruinó.
Aeroméxico es la única línea de América Latina que vuela a Asia. Tiene como base la Terminal 2 del actual aeropuerto de la Ciudad de México, construída a altísimo costo por otro tercer sinvergüenza, Vicente Fox, cuyo entenado, hijo de Marta Sahagún, acaba de perder en la reciente elección una candidatura por el PRI en Celaya a la que mami y su falso papi le metieron mucha lana.
 Con su subsidiaria Connect, Aeroméxico posee una flota mayor a 100 aeronaves. En julio de 2012 hizo un anuncio público para invertir $11,000 millones de dólares y adquirir nuevos equipos de la empresa Boeing, los nuevos 737-8 MAX,737-9 MAX (90) y 787-9 Dreamliner (10), esto con la intención de renovar su flota.
La aerolínea ofrece vuelos directos de México, Estados Unidos, Canadá, el Caribe, Centro y Sudamérica, Europa y Asia; y vuelos de código compartido con las empresas asociadas a la alianza Skyteam de la que es miembro fundador junto a Delta Airlines, Air France y Korean Air. Se da grandes ínfulas y por lo visto se dedica no sólo a transportar pasajeros a los que les redujo el peso de maletas , sino cargamentos ¿de frutas?... A bordo se come pésimamente.
La explicación en la red de ¿a quíen pertenece? es un lío. Habla de un grupo Banamex, pero ya no existe como banco nacional. Asegura que es parte del Citigroup o sea es compañía gringa- Ojalá alguien aclare como está realmente Aeroméxico.
Hace casi dos años, en agosto de 2013, el periodista Moisés Sánchez -especialita en asuntos de aviación (sanchezlimon@gmail.com)- afirmó lo siguiente: “Felipe Calderón estuvo hace unos días en México, para tratar el tema de Aeroméxico en Los Pinos porque, me dicen, es propietario de 60 por ciento las acciones de la aerolínea comercial. Conste”. 
EXPERIENCIA CON “LA SOCIA” AIR FRANCE
Aunque enganchada a Aeroméxico, mi situación era diferente a la de otros pasajeros, pero la incompetencia y falta de solidaridad de la línea me causó grave daño. Después de una estancia de 40 días en Suiza y Francia -países origen de mis familias paterna y materna,- debía regresar a México vía La Habana transportada por su socia en Skyteam, Air France, ese 30 de junio en el vuelo AF 946. Tenía ya algunas citas para detenerme en Cuba tres días y conocer la nueva situación política in situ. Y el 3 de julio de 2015 tomaría otro último vuelo de Aeroméxico. AM 452 , para estar en Mexico City un día y regresar a casa el 5 de julio para la presentación de mi libro “Such is life in the Tropics”en la FILA, Feria Internacional del Libro en Acapulco. Todo ese plan previo se canceló porque Air France me negó el acceso a su vuelo. Mea culpa, yo, ilusa, no sabía que los mexicanos necesitamos visa para Cuba y el Club Premier de Aeroméxico por lo visto tampoco pues no me avisó antes ni después, ni pudo defenderme de la fría burocracia de tierra de Air France, detestable como todas las burocracias que no ni ven ni oyen en este Nuevo Orden Mundial ya en marcha.
Se me engarrotaron de rabia, susto e impotencia las manos en tanto mi nieta, inteligente compañera de viaje pero inerme, cuidaba a lo lejos nuestro equipaje. Fui de nuevo al famoso teléfono y por fin logré con todo y la diferencia de horario hablar con alguien de Club Premier que pudo a su vez hablar con una representante de Air France, a la que le explicó que era nimio el problema y que llegando a La Habana se puede pagar la visa. Nada. Ninguna influencia tiene la línea mexicana sobre su socia. El procedimiento de AF es el que es. Ah pero eso sí, había que aprovecharme. Pero eso sí me ofreció Air France la venta en “Classe Affaires” (Business) de boletos de regreso al día siguiente cuando tuviera el visado. El precio estaba fuera de mi alcance y fuera de mis tiempos . Decidí regresar directamente a México con otro boleto. Y Aeroméxico desde su inútil teléfono me ofreció a su vez dos boletos de regreso por la pequeña cantidad de 8 138 mil. 68 euros. 
UN BOLETO PREMIUM
Sabido es que las tarjetas de crédito tienen arreglos con las líneas aéreas. Entre más gastas,más puntos te dan para viajar. Y es lícito, pero a la burocracia de las líneas aéreas citadas les molesta ese arreglo de sus compañías con los usuarios de las tarjetas y te tratan como infiltrado criminal “que no paga”.
A través de Membership Rewards de American Express junté en mucho tiempo puntos suficientes para ese viaje cuyo objetivo profesional puntual era la presentación en Suiza de mis libros Mapamundi en la Blesdel, Biblioteca en Lengua española de Lugano, el 30 de mayo de 2015. Por cierto fue muy grato e interesante el encuentro y convivencia con personas cultas de esa de esa preciosa ciudad de la Suiza italiana, que hablan español. La dirige estupendamente la señora Manuela Wander. Había gente de varios países hispanoparlantes, pero ¡lástima!, que no acudió ningún mexicano, ni el embajador Jorge Castro-Valle Kuehne ni su nuevo delegado de cultura y de prensa, Carlos de Alba Fernández, ocupados probablemente en celebraciones del aniversario No 70 del establecimiento de relaciones diplomáticas entre México y Suiza. Da la casualidad que tengo esa doble nacionalidad.
Al final tuve que regresar acatando lo que una empleada no tan “ocupada” de Air France pensó. Me vendió un viaje redondo París-México-París con regreso vigente para el año que entra. Más barato que el de de regreso aislado. La cerrazón de Air France y la incompetencia de Aeroméxico me costó un pago , de  $ 54,643.95 pesos, el 30 de junio de 2015 a las 17:21 hrs, al fin de un viaje que ya estaba previamente pagado con mis puntos y los impuestos mexicanos.
Antes de iniciar un proceso con la Procuraduría del Consumidor, publicamente le exijo responsabilidad a Aeoroméxico. Mi código de reservación fue JLWEJT y los boletos pagados en México tuvieron los números: 139218883787ª4 y 1392188837875.