23 marzo 2015

DEL CORREO DEL BLOG

En tercera persona
Lunes 23 de marzo de 2015 | Héctor de Mauleón | El Universal | 00:00
Otro negocio del sexenio


No existen indicios de que el gobierno de Enrique Peña Nieto haya calculado el terremoto económico que el cambio de sede del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México ocasionará en la zona aledaña al actual puerto aéreo capitalino.
Según la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, las 670 hectáreas (casi siete veces la Unidad Tlatelolco) que el aeropuerto dejará libres serán “recuperadas” para que ahí se construyan escuelas, hospitales, plazas públicas, y áreas verdes y de negocios.
El gobierno federal ha anunciado que en ese espacio será creado un bosque metropolitano y un desarrollo económico que satisfaga “necesidades básicas de vivienda”.
¿Cómo leer esa vasta y por lo tanto vaga declaración de propósitos? De entrada, sólo es posible extraer esta noción: que el terreno desocupado brindará a ciertas empresas inmobiliarias la oportunidad de llevar a cabo uno de los negocios más prometedores del sexenio.
El aeropuerto es 2.2 veces mayor que Central Park; 4.6 veces más grande que Silicon Valley. Se encuentra a sólo 7.88 kilómetros del centro. Mientras valor promedio del suelo en las colonias aledañas es de 13 mil pesos por metro cuadrado, este valor asciende en el área más próxima a la terminal a 18 mil pesos el metro cuadrado.
¿Qué ocurrirá con los seis kilómetros que circundan el puerto aéreo y que según la Conferencia Internacional de Transporte celebrada en Inglaterra en 1993 constituyen el radio impactado en todas las ciudades del mundo por la actividad de un aeropuerto?
El Aeropuerto Central de la Ciudad de México fue declarado internacional el 8 de julio de 1943. En 1952, hace 63 años, se inició la construcción de la terminal de pasajeros que hoy se conoce como Terminal 1.
Desde ese tiempo enraizaba en la zona una actividad que determinó el orden urbano, territorial y económico de la región colindante con el aeropuerto.
Según un estudio de la Secretaría de Desarrollo Económico del gobierno capitalino, en el área de influencia del actual puerto aéreo hay 2 mil 426 establecimientos “ligados directamente a la logística aeroportuaria”.
Hablamos de servicios de almacenamiento, envío de carga, estacionamientos, imprentas, servicios de transporte, empresas de manufactura de partes plásticas, de manufactura de productos de metal y de manufactura de productos químicos. Hablamos de constructoras de maquinaria especial y de una inmensa constelación de negocios y micro negocios dedicados al comercio y los servicios.
Un portal que realiza análisis de impacto económico y social de los aeropuertos en el mundo, Ecquants, estimó que durante el año 2012 las actividades en el AICM habían provocado una derrama económica de 4 mil 415 millones de dólares.
De acuerdo con ese portal, la población de la ciudad de México que resultó beneficiada con esa derrama económica estuvo compuesta por 431 mil personas: el 4.87% de los habitantes del Distrito Federal.
La creación del nuevo aeropuerto, la obra más ambiciosa de la actual administración, abrirá, no solo para el gris oriente de la capital, sino incluso para toda la Zona Metropolitana del Valle de México, la oportunidad histórica de reconfigurar y catalizar la región urbana con mayor potencial: la región más densamente poblada y tradicionalmente más olvidada de la metrópoli.
Y sin embargo, hasta ahora, lo único que sabemos es que el gobierno federal ha pensado en abrir en la Terminal 1 un instituto de educación superior; que ha pensado hacer de la Terminal 2 un centro de convenciones, y que ha pensado abrir, con el bosque metropolitano, un desarrollo inmobiliario que satisfaga “necesidades básicas de vivienda”.
Nadie conoce ese plan inmobiliario. Solicité información sobre éste al gobierno federal, pero hasta el momento no he obtenido respuesta. Frente a la oportunidad histórica que está a punto de abrirse, ¿quién hablará en nombre de los ciudadanos que serán beneficiados o afectados duraderamente por lo que ocurra en ese inmenso terreno? Dado que el área del aeropuerto es federal, pero el uso de suelo es local, ¿cuándo va a presentar el GDF su proyecto alternativo? (se sabe que lo está preparando).
Urgen respuestas porque en el contexto en que se encuentra inmerso, lo peor que podría hacer el gobierno federal es omitir deliberadamente esta información.

@hdemauleon

demauleon@hotmail.com