NAICM y la grilla permanente Mauricio Flores |
A estas alturas, el equipo de Gerardo Ruiz Esparza al frente de la SCT, así como el de Manuel Ángel Núñez, encargado de ejecutar el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) ya debieron aclimatarse y formar costra ante los empujones, periodicazos, grillas y zarandeos pues, son inevitables en un proyecto que significa, literalmente, construir una nueva ciudad en torno al cual pululan todo tipo de intereses abiertos y encubiertos. El hecho de que la OCDE, que preside José Ángel Gurría, haya firmado un convenio para verificar que los procesos de licitación y asignación de una obra que inicia sobre la base de 120 mil millones de pesos, se apeguen a las mejores prácticas internacionales de transparencia y rendición de cuentas, no disipa ni disminuye las presiones. Ni siquiera el sentido común, que revela que se apegó a derecho la contratación de expertos como el ex subsecretario Aaron Dychter, Felipe Ochoa, Alfredo Del Mazo y Alfredo Elías, para apoyar la supervisión de obras encomendada a Parsons International, puede acotar las versiones interesadas que pretenden empujar el diseño y ejecución del NAICM hacia su beneficio. Trabajos relativamente sencillos como mover tierra y los especializados de aerodinámica o de urbanismo a largo plazo, seguramente serán revisados y cuestionados. No faltarán las tentaciones de hacer naufragar la obra de infraestructura del país de los últimos 100 años, para quebrar aún más la confianza hacia el actual gobierno de Enrique Peña. La pregunta es hasta dónde queremos que las cosas fracasen o se logren. |