 | Opinión de (Rosario Avilés) |
Las nuevas ABC en Latinoamérica...
De acuerdo con las previsiones de la Consultora ICF que prepara estudios para la Asociación Latinoamericana de Transporte Aéreo (ALTA), brazo regional de la IATA, la aviación de América Latina ha vivido tiempos excepcionalmente favorables gracias al crecimiento estable del tráfico y un desempeño económico sólido por parte de las aerolíneas de la zona.
Entre 2009 y 2013 el crecimiento del tráfico de las aerolíneas de la región fue de 9.9 por ciento anual promedio (ya se sabe que México no está en esta boyante situación por muchas razones, aunque de a poquito ha empezado a enderezarse).
En ese último año (2013), la industria aérea de la región fue rentable en términos generales, al obtener ganancias de 400 millones de dólares, donde destacan aerolíneas como Copa y Avianca con márgenes del 16.4 y 5.4 por ciento, respectivamente, algo inédito en la aviación, pero que se entiende debido a que estas dos aerolíneas se subieron a un avión que iba a toda propulsión, mientras que otras de plano se bajaron (como Mexicana, a la que Grupo Posadas arrojó a tierra sin que hasta ahora nadie le haya pedido cuentas).
La buena noticia para México es que Aeroméxico estuvo entre las que generaron mayores márgenes (2.7 por ciento) y Volaris (2 por ciento), a pesar de que en 2014 esta última ha sufrido algunos descalabros que han propiciado que su acción no haya llegado a sus niveles iniciales de colocación, aunque en el último trimestre repuntó un poco.
Este panorama tan halagüeño para la región fue resultado de un entorno muy favorable en la mayoría de los países (excepto Argentina y Venezuela) que en este lustro logró niveles muy buenos de inversión extranjera, auge en el mercado global de productos básicos, bajas tasas de interés y una creciente clase media que demanda acceso a los servicios aéreos.
Además, no olvidemos que muchas empresas aéreas hicieron su tarea, reduciendo costos, incorporando tecnologías, fortaleciendo sus gerencias, ampliando sus servicios y conexiones, así como haciendo más sólidas sus alianzas con otras aerolíneas de la región y fuera de ella.
El problema, según ICF, es que lo que viene es un panorama que América Latina en su conjunto no ha vivido: la competencia feroz de las Aerolíneas de Bajo Costo (las ABC) que —fuera de México y Colombia— no se han posicionado aún en los mercados de la zona.
Así, se prevé que en los siguientes años las ABC de nuevo cuño lleguen a la región. Pero estas low-cost no usan el modelo de Southwest ni Ryan Air porque en nuestros países no hay las mismas condiciones que en Estados Unidos y Europa. No tenemos esa cantidad y versatilidad de aeropuertos secundarios subutilizados, ni esa clase media y estudiantil que atiborra los aviones de las ABC, o esos miles de viajeros de negocios que van y vienen el mismo día entre ciudades emergentes a distancias de hora y media o menos.
América Latina apenas tiene una penetración de 9 por ciento de ABC en sus sistemas de aerolíneas, contra un 37 por ciento que tienen en Europa o un 29 por ciento que se tiene en los Estados Unidos.
Ahora sí que la buena noticia para México es que ese trago ya lo pasamos. La mala es que aún no nos reponemos de los muchos estragos que nos dejaron. Ojalá que aprovechemos al menos las lecciones que nos ha dejado.
Lo oí en 123.45: Nos urge una política de Estado y largo plazo en el sector aéreo. Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx
Entre 2009 y 2013 el crecimiento del tráfico de las aerolíneas de la región fue de 9.9 por ciento anual promedio (ya se sabe que México no está en esta boyante situación por muchas razones, aunque de a poquito ha empezado a enderezarse).
En ese último año (2013), la industria aérea de la región fue rentable en términos generales, al obtener ganancias de 400 millones de dólares, donde destacan aerolíneas como Copa y Avianca con márgenes del 16.4 y 5.4 por ciento, respectivamente, algo inédito en la aviación, pero que se entiende debido a que estas dos aerolíneas se subieron a un avión que iba a toda propulsión, mientras que otras de plano se bajaron (como Mexicana, a la que Grupo Posadas arrojó a tierra sin que hasta ahora nadie le haya pedido cuentas).
La buena noticia para México es que Aeroméxico estuvo entre las que generaron mayores márgenes (2.7 por ciento) y Volaris (2 por ciento), a pesar de que en 2014 esta última ha sufrido algunos descalabros que han propiciado que su acción no haya llegado a sus niveles iniciales de colocación, aunque en el último trimestre repuntó un poco.
Este panorama tan halagüeño para la región fue resultado de un entorno muy favorable en la mayoría de los países (excepto Argentina y Venezuela) que en este lustro logró niveles muy buenos de inversión extranjera, auge en el mercado global de productos básicos, bajas tasas de interés y una creciente clase media que demanda acceso a los servicios aéreos.
Además, no olvidemos que muchas empresas aéreas hicieron su tarea, reduciendo costos, incorporando tecnologías, fortaleciendo sus gerencias, ampliando sus servicios y conexiones, así como haciendo más sólidas sus alianzas con otras aerolíneas de la región y fuera de ella.
El problema, según ICF, es que lo que viene es un panorama que América Latina en su conjunto no ha vivido: la competencia feroz de las Aerolíneas de Bajo Costo (las ABC) que —fuera de México y Colombia— no se han posicionado aún en los mercados de la zona.
Así, se prevé que en los siguientes años las ABC de nuevo cuño lleguen a la región. Pero estas low-cost no usan el modelo de Southwest ni Ryan Air porque en nuestros países no hay las mismas condiciones que en Estados Unidos y Europa. No tenemos esa cantidad y versatilidad de aeropuertos secundarios subutilizados, ni esa clase media y estudiantil que atiborra los aviones de las ABC, o esos miles de viajeros de negocios que van y vienen el mismo día entre ciudades emergentes a distancias de hora y media o menos.
América Latina apenas tiene una penetración de 9 por ciento de ABC en sus sistemas de aerolíneas, contra un 37 por ciento que tienen en Europa o un 29 por ciento que se tiene en los Estados Unidos.
Ahora sí que la buena noticia para México es que ese trago ya lo pasamos. La mala es que aún no nos reponemos de los muchos estragos que nos dejaron. Ojalá que aprovechemos al menos las lecciones que nos ha dejado.
Lo oí en 123.45: Nos urge una política de Estado y largo plazo en el sector aéreo. Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
raviles_2@prodigy.net.mx
