¡Aeroméxico: 80 años para el futuro!
El Jue, 25 de Septiembre de 2014, 00:33 am, por Alicia Salgado
Festejar el 80 aniversario de Aeroméxico, que preside Eduardo Tricio, y dirige Andrés Conesa, es un parteaguas porque la empresa y los dos principales sindicatos, han logrado transitar a una nueva etapa de relaciones laborales.
Ayer se depositó en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje el segundo acuerdo multianual entre la asociación de pilotos (ASPA), que encabeza Carlos Díaz Chávez Morineau, y Aeroméxico, pero el contenido del mismo, le diré que va más allá de cuánto se incrementa el salario, si considera que apenas hace cinco meses, estaban en un punto de ruptura, cuando ASPA amenazaba con huelga en Connect tras de seis o siete meses de prácticas de presión que incluían dilación en llegadas o salidas de vuelos y, la empresa amenazaba con interponer un conflicto colectivo de naturaleza jurídica.
Hoy el acuerdo, acaba con la versión de “contrato B”, pero incorpora al contrato general de pilotos condiciones diferenciadas para sobrecargos de nuevo ingreso y un sistema claro de transferencia respetando escalafón de Connect hacia Aeroméxico, además del compromiso de incorporar a 200 pilotos de Mexicana de Aviación y Click, que se encuentran en concurso mercantil. El arreglo este año involucra a mil 800 pilotos.
La certidumbre que hoy tiene la principal aerolínea del país en materia de costos laborales y productividad es uno de los factores más importantes de la empresa, sus trabajadores, es posible pensar que ya nada detendrá a Aeroméxico y sus accionistas de continuar y, si la economía y la demanda aérea lo facilitan, acelerar el crecimiento al doble de su oferta aérea en México y desde México para el mundo.
Ya le comenté a detalle el acuerdo alcanzado con el sindicato de sobrecargos (ASSA), de Ricardo del Valle, que desactiva el conflicto colectivo de naturaleza económica, y estoy segura que también alcanzará un acuerdo con el sindicato de tierra.
Si lo evalúa, en realidad, este es uno de los ingredientes que requiere la empresa para tener un crecimiento exponencial, pues el segundo tiene que ver con el anuncio de la construcción de un nuevo aeropuerto, y también con lo que ayer mismo dio a conocer el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, de que serán modernizados 42 aeropuertos, 35 ya están en ejecución y el resto está por iniciar, además de cinco más en estudio e incluye el más saturado de todos, el AICM.
La mejora de la infraestructura aeroportuaria y la paulatina apertura al mercado de turbosina romperán con dos de los lastres estructurales del sector por representar costos fijos de difícil ajuste. Estos elementos coinciden con el pedido de 100 aviones que realizó la aerolínea a Boeing, y que podría hacer crecer la flota a 200 equipos antes de finalizar la década.
Y, tercero, la puesta en marcha de las reformas estructurales del presidente Enrique Peña Nieto, ya que impulsarán el crecimiento económico del país y con esto el crecimiento de la aerolínea.
Prueba de ello es que ante la saturación del AICM y moviéndose hacia donde está la demanda, Aeroméxico apaga las velas del pastel estrenando las rutas directas entre Monterrey y Tokio, además de Monterrey y Nueva York, y alcanza un registro al cierre de agosto de pasajeros transportados por un millón 559 mil, de los cuales 494 mil fueron internacionales y un millón 65 mil nacionales, además de una compresión de dos dígitos en la tarifa por usuario.
Y mire que el negocio de la aviación comercial no es un negocio nada sencillo, basta con mirar las páginas de la historia para dar cuenta de capítulos de quiebras y de cierre de empresas del sector, con lo que lamentablemente en México llenamos varias páginas de este libro.
Justo por ello, la línea aérea bandera del país tiene mucho que celebrar, hace 80 años su primer vuelo fue hecho a Acapulco el 14 de septiembre con un costo de 30 pesos, claro que de los de entonces y duró una hora con 45 minutos.
En la historia de esta línea aérea, anote usted que fue socia de la extinta Pan American, y que en 1959 el gobierno compró la totalidad de las acciones. En 1988 regresa a manos de capital privado, al adquirirla el Grupo Dictum, Bancomer y el sindicato de pilotos. Poco después sería vendida a un grupo de inversionistas, entre ellos Grupo Financiero Banamex, que dirige Javier Arrigunaga y que hoy tiene en la familia Tricio a su principal inversionista individual.