10 diciembre 2013

DE LA COLUMNA DE ROSARIO AVILÉS

MÉXICO:   Opinión de

(Rosario Avilés
)

10 de Diciembre del 2013



La Crónica
A partir de la semana pasada, Delta Airlines inició vuelos desde León a Los Ángeles y desde el 19 de diciembre inaugurará la ruta León−Atlanta, con lo cual se muestra que esta ciudad del Bajío constituye un mercado no atendido que la aerolínea estadunidense ha decidido explotar. La empresa estadunidense, socia en un 4.17 por ciento de Aeroméxico y miembro de SkyTeam, cuenta ya con 460 vuelos directos semanales entre ciudades de México y Estados Unidos y ha sido una de las que mejor han visualizado las opciones que nuestro país tiene que ofrecer a los viajeros tanto de negocios como de placer y el llamado pasaje étnico, otrora el corebusiness de Mexicana de Aviación, un nicho importantísimo que hasta el momento nadie ha logrado cubrir. Las rutas desde León estarán siendo operadas con equipos CRJ 900 de Bombardier, un modelo de 90 asientos que tiene un excelente desempeño para este tipo de rutas. Otros equipos usados por Delta en sus frecuencias a diversas plazas del territorio nacional son Boeing 757 y 737 y Airbus 319. Para Delta, la alianza con Aeroméxico representa un enclave dentro de este mercado del TLCAN que se cubre con códigos compartidos en México, Estados Unidos y Canadá. La inversión que realizó en 2012 la aerolínea estadunidense en la empresa del Caballero Aguila fue de 65 millones de dólares y —de acuerdo a su director, Carlos Hernández—, se quedará de ese tamaño pues no hay planes para incrementarla, al menos en el futuro cercano. En su estrategia global, Delta ha hecho alianzas similares con Gol en Brasil (en la cual invirtió 100 millones de dólares) y con KLM−Air France−ALitalia, alianza que le permite cubrir las rutas a Europa y el  Medio Oriente. Y aun cuando aún no tienen un socio similar en Asia, no se descarta que muy pronto se anuncie alguna alianza de este tipo con alguna aerolínea de la zona. Lo que resulta muy relevante es que sean precisamente las aerolíneas extranjeras las que vislumbren con mayor claridad el potencial de ciertos mercados que tienen su origen y destino en territorio mexicano. Por ejemplo, las muchas perspectivas que se abren entre el Bajío —región que ha hecho crecer la industria automotriz— y las zonas naturales de destino de quienes trabajan en estos centros, que son el oriente (a través del vuelo a Los Ángeles y de ahí a Asia) o Europa (a través de Atlanta). En este sentido, destaca también que en la T5 de Los Angeles ha invertido 300 millones de dólares para hacerla mucho más moderna y eficiente. Por ejemplo, el pasajero ya no tendrá que cargar él mismo con su maleta en el tránsito por migración, puesto que se ha construido un edificio subterráneo en la parte estéril del aeropuerto para que las maletas que vienen en tránsito desde México hacia algún destino de Asia, sean revisadas por las autoridades federales de EU con tecnología de punta y sin que el pasajero tenga que intervenir. Por otra parte, atendiendo a las nuevas regulaciones de la Agencia Federal de Aviación (FAA) sobre el uso de dispositivos electrónicos a bordo, Delta ha incorporado en todos sus vuelos dentro de Estados Unidos y en toda su flota de 850 aeronaves, el wi−fi a través del proveedor de servicios Go−go con planes atractivos de uso para viajeros ocasionales o frecuentes. Es decir, se ha puesto inmediatamente a la vanguardia. En sobrevuelo dentro del espacio aéreo mexicano este servicio no se otorga porque las regulaciones domésticas no se han puesto al día aún (y esperemos que muy pronto se haga porque es algo que el viajero requiere y que no hay razón para no modernizarlo más temprano que tarde). Estamos, pues, viendo un reacomodo en las estrategias de las aerolíneas extranjeras que vuelan a nuestro país, las cuales apuntan al crecimiento y apuestan por el mercado mexicano. ¿Lograremos que México se ponga al día? Ojalá. Lo oí en 123.45: La Junta Federal de Conciliación y Arbitraje concedió a la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) la suspensión del laudo emitido en agosto pasado, toda vez que ASSA demostró que el llamado contrato B para los sobrecargos sí está afectando a los trabajadores que actualmente vuelan bajo las condiciones del contrato A. Esto representa un revés para la estrategia que había estado llevando adelante Aeroméxico, pero abre una oportunidad de negociación para que se revisen los términos de la contratación colectiva, sin espadas de Damocles encima, tal como los directivos de Aeroméxico ofrecieron una vez que se llevó a cabo el proceso electoral en ASSA. Ojalá que la negociación se reoriente para buscar acuerdos que beneficien a ambas partes sin que se llegue a la huelga. Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores  su patrimonio

raviles_2@prodigy.net.mx