12 febrero 2012

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Enrique Quintana, Coordenadas: Los misterios de Mexicana
10 de Febrero de 2012 • 07:40hs  •  actualizado 07:50hs
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Con todo y prórroga, el desenlace del caso Mexicana está a la vuelta. Pero su historia está llena de misterios


Ignoro cuál va a ser el desenlace, ya inminente, del concurso mercantil de Mexicana luego de la prórroga por tiempo indefinido decretada ayer por el juez Felipe Consuelo, pero ya sea que emprenda de nuevo el vuelo o que tenga que declararse en bancarrota, sería muy sano para el País y para la industria que se resolvieran una serie de interrogantes que tienen en la bruma todo este proceso que ya va para cerca de dos años.


1.- ¿Quién no vio con suficiente atención lo que ocurría a principios de 2010 con la empresa que administraba Gastón Azcárraga?


Hasta ahora, los argumentos de las autoridades señalan que nadie pecó de omisión en el proceso que condujo al concurso mercantil de Mexicana, pues incluso una empresa que explota una concesión tiene la libertad para decidir su curso de acción.


Quizás en términos de obligaciones legales de las instancias reguladoras, se esté en lo correcto, pero aquí y en China, la autoridad tiene mecanismos para levantar las banderas amarillas y señalar los problemas. Sería muy bueno que se contara la historia de aquellos días.


2.- ¿Por qué se aterrizó Mexicana?


Uno de los factores determinantes de la dinámica del concurso fue la suspensión de operaciones, que se determinó el 28 de agosto de 2010. Por contraste, esta semana concluyó favorablemente el concurso mercantil de Vitro, empresa que nunca detuvo sus operaciones.


En el caso de Mexicana se justificó la suspensión señalando que no hubo acuerdos con acreedores y sindicatos para dar viabilidad a la operación. Alguien tendrá que decir qué fue lo que pasó realmente detrás de la decisión.


3.- ¿Por qué se cayó la operación con PC Capital?


Al paso de las semanas se supo que el problema es que la familia Vila, que era la principal accionista, no pudo dar liquidez a sus recursos en el tiempo esperado. Pero ahora resulta absurdo que los problemas que se presentaron en los primeros días de marzo del año pasado sean los mismos que hoy existen. Algunos de los actores de ese capítulo me han referido que hubo quien o quienes se desesperaron y echaron para abajo todo. Ojalá supiéramos realmente qué pasó.


4.- ¿Hubo realmente disuasión desde el Gobierno para que algunos empresarios de plano no le entraran?


La respuesta oficial es que desde luego que no. Pero aquí ya le he comentado testimonios que no quieren ser identificados que refieren que hubo esos mensajes. Pero, además, en este proceso totalmente atípico tampoco se puede entender el papel del juez Felipe Consuelo, que también parecía frecuentemente enfrentado con el Gobierno.


5.- ¿Y si es buen negocio, por qué no hay más empresarios que hayan aceptado apostar por ella?


Ya le comentamos en diversas ocasiones que con una marca acreditada, contratos colectivos ajustados y motivación inusual del personal, la aerolínea sería muy atractiva para más de uno. Algo ha ocurrido en los entretelones de la industria que no está muy claro y que sería muy sano que se supiera.


El caso de Mexicana es quizás el coctel más representativo de los problemas del País: empresarios que no supieron hacer negocio; sindicatos que aceptaron ajustar sus contratos hasta que estuvieron prácticamente en la calle; vacíos de autoridad e inseguridad jurídica.


Al margen de lo que suceda en el futuro inmediato, los mexicanos deberíamos saber bien a bien qué fue lo que ocurrió en toda esta historia.