16 diciembre 2011

DEL CORREO DEL BLOG

Mexicana, la duda
16 Diciembre, 2011 - 01:44
CREDITO:
 Marco A. Mares


Hace varios días, el diputado petista Mario di Costanzo, lanzó y dejó clavado el poderoso dardo de la duda en distintos sectores involucrados con el tema de Mexicana de Aviación.

Dijo que la aerolínea tiene activos no declarados por ¡1,500 millones de dólares en Estados Unidos!

La especie de un presunto fraude se esparció entre los medios de comunicación como una mecha de pólvora encendida.

Pasaron por lo menos cuatro o cinco días antes de que el administrador-conciliador, Gerardo Badín, citara al legislador y a los dirigentes sindicales de la empresa, para aclarar el tema.

Y las aclaraciones respectivas nunca tuvieron la resonancia que registraron las declaraciones del Diputado petista.

A la fecha, en las redes sociales, twiteros anónimos continúan exigiendo que se esclarezca el presunto fraude.

Del dicho al hecho

Lo cierto es que no hay tales activos con valor multimillonario, no declarados.

Mario di Costanzo mintió con la verdad, como dirían los abogados.

Y es que no es lo mismo contar con algo valioso que con activos monetizables.

Sin duda, el legislador tiene claro que los slots, los derechos de ruta y algunas posesiones en aeropuertos estadunidenses, tales como stands y posiciones en aeropuertos importantes, son valores intangibles.

Es decir, tienen valor en la medida en que están asignados a la aerolínea.

Pero ello no quiere decir que Mexicana los puede vender o transferir o considerar como activos.

No puede someterlos a operaciones de compra-venta y, en consecuencia, no son activos de la empresa.

Todo eso sin duda, lo sabe Di Costanzo.

Sin embargo, lo más probable es que por alguna razón decidió difundir información que parece escandalosa.

Auditoría, el rigor

Cuando una empresa oculta sus activos y se declara en quiebra, incurre en fraude.

Y para que tal supuesto ocurra tendrían que fallar muchas cosas en el contexto de un concurso mercantil en el que participan varias figuras.
 Obviamente el juez de lo concursal no habría aceptado el caso de Mexicana de Aviación si hubiera detectado que tiene activos. La empresa fue sometida, antes de que el juez la aceptara, al escrutinio de distintos especialistas.

Desde 2010, la consultora Deloitte hizo la auditoría de los estados financieros de la aerolínea.

Y en tales estados auditados se demuestra que los pasivos rondaban los 17,000 millones de pesos.

Los pasivos de Mexicana eran muy superiores a los activos, que para ese momento sumaban los 2,000 millones de pesos. Esas cantidades significaban, más o menos, una proporción de seis a uno.

El juez Felipe Consuelo envió en agosto del 2010 al visitador del caso, Eduardo Ojeda, a supervisar estos datos.

Ojeda se cercioró de la veracidad de lo firmado por Deloitte.

En resumen, los presuntos activos son activos intangibles que no se pueden monetizar.

La fuente

Atando cabos, el origen de la información que hizo pública Di Costanzo es el abogado Eduardo Varón Lévy.

Por lo menos eso es lo que creen quienes están cerca del desarrollo del concurso mercantil de Mexicana de Aviación y, en particular, entre los sindicatos de trabajadores.

Varón Lévy hace algunos meses ofreció sus servicios legales a los sindicatos para volver a poner en operación a Mexicana de Aviación mediante los recursos jurídicos necesarios o “de otra índole”.

Por sus servicios, pretendía cobrar una iguala en dólares y 40% de lo que se obtuviera con la demanda a los expropietarios de Mexicana de Aviación.

CUENTOS VERAS

Por vacaciones de este reportero, la columna Ricos y Poderosos dejará de publicarse el próximo lunes 19 y reanudará su publicación el 3 de enero. Aprovecho para desear lo mejor a todos los lectores de El Economista para estas fiestas decembrinas y el Año Nuevo 2012.

Twitter: @marco_mares