01 febrero 2011

DE LA COLUMNA DE ROSARIO ÁVILES

Algunas urgencias del sector
Rosario Avilés | Opinión     2011-02-01 | Hora de creación: 02:02:21| Ultima modificación: 02:06:21



Todos los sectores productivos se sienten especiales y estratégicos. Es cierto que sin alimentos o sin energía un país no puede funcionar. También es verdad que la seguridad nacional es –o debería ser- el principal objetivo de un gobierno y que la educación y la salud son prioridades para una sociedad.

Pero existen sectores que —nos guste o no— son muy importantes por las posibilidades que le otorgan a una economía para que sea más eficiente, es decir, competitiva (esa palabreja que pusieron de moda los que hoy gestionan la economía). Uno de estos sectores es el transporte y, entre ellos, el aéreo es —o debería ser— uno de los más importantes, porque justo se enfoca a lo que genera más valor agregado, tanto en pasajeros como en carga.

El nuevo secretario, quien tiene buenos amigos en puestos claves del sector aéreo, debe pedir que le expliquen a la brevedad los focos rojos de esta actividad, algunos de corto plazo y muy urgentes y otros que, aunque son de más largo alcance sí pueden tener efectos muy profundos en esa competitividad de la que hablamos.

Por lo pronto, por ejemplo, tenemos el tema del combustible. Esta variable, la del combustible, es cada vez más importante en el esquema de costos de las aerolíneas.

Mientras que en rubros como tecnología, catering, intermediarios comerciales, costos laborales, tarifas de aeropuerto, servicios de rampa y un largo etcétera se han logrado reducciones que han hecho muy competitiva a la aviación respecto a otros modos de transporte, el tema del combustible sigue siendo un gran problema que sólo logrará resolverse en la medida en que  se encuentren combustibles sustitutos, no basados en el petróleo.

A pesar de los adelantos tecnológicos en el diseño de motores que logran ahorros muy importantes y de los procedimientos de vuelo que se dirigen a maximizar el gasto de este insumo, e incluso aunque como nunca antes, se trabaja en la búsqueda de combustibles sustitutos, lo cierto es que este tema todavía está muy lejos de resolverse.

Según la Asociación Internacional del Transporte Aéreo, si el precio del barril estuviera en 84 dólares promedio en el 2011, las ganancias globales de la industria serían de la mitad de las alcanzadas en el 2010. La mala noticia es que hay quienes consideran que el barril de crudo puede llegar a cotizarse por encima de los 90 dólares y aún en 100.

Es decir, este año tendremos turbulencia para las aerolíneas. Es evidente que el asunto puede ser más complicado para las empresas menos sólidas o que están tratando de reiniciar operaciones, como Mexicana o Aviacsa, cuya participación es muy importante para nivelar la oferta de asientos en el mercado nacional que, como ha quedado evidenciado con las tarifas altas, es indispensable que contribuyan a balancear el mercado.

Otro problema que debe ser enfrentado a la brevedad, es el que se refiere a los aeropuertos. El reglamento con el cual están operando estas infraestructuras tiene que ser revisado para que promueva y no inhiba la actividad aérea. Además, alguien tiene que poner el sentido común en las gestiones de este rubro.

Si existiera un mínimo de coherencia, no se permitiría la construcción de un aeropuerto más en la península de Yucatán, donde existen cinco aeropuertos en un radio de menos de 300 kilómetros, cuatro de los cuales están subutilizados y todavía hay quien desea construir un sexto. ¿Tenemos tanto dinero en este país que podemos desperdiciar toda esa capacidad ociosa?

Ya no es cuestión de “competencia” sino de coherencia. ¿Qué nadie piensa con seriedad en este sector? Primero abóquense a hacer crecer el tráfico aéreo y a utilizar toda la capacidad instalada y luego se pelean por construir más infraestructura. Tal vez los grupos aeroportuarios deberían revisar la forma como presionan a sus propios usuarios para que no utilicen aeropuertos que podrían ser alternativos.

Lo oí en 123.45: Dijo uno que se llama Juan el ciudadano que no debería haber nombramientos de funcionarios por amistad o sin méritos profesionales. ¿Y la subse, apá?

raviles_2@prodigy.net.mx