Opinión de
Despegues y Aterrizajes(Rosario Avilés | )
Sumar agravios
Rosario Avilés | Opinión
Martes 8 de Junio, 2010 | Hora de modificación: 01:49
Por alguna razón que alguien haría bien en explicarle a la opinión pública, las dependencias de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en este caso las del transporte aéreo —aunque no son las únicas—, pareciera que se empeñaran en meterse en problemas con diversos actores del ramo, como si estuvieran en un concurso de popularidad al revés. ¿Qué ganarán con ello? No sabemos, pero es evidente que en algún momento las facturas de los agravios desbordarán los archiveros.
El tema de la aerolínea Aviacsa, por ejemplo, se ha enfrentado de forma tan atrabiliaria que uno se pregunta legítimamente qué pecados cometieron los Morales Mega como para que el dedo flamígero del subsecretario Treviño les impida hasta deshacerse de la empresa, poniendo toda clase de candados, pretextos, trámites y papeleos que más parece un afán de tenerlos entrampados que las puras ganas de sacarlos del aire.
Mientras eso pasa, varios de sus aviones están languideciendo de viejos (y sin protección alguna contra contingencias y otros efectos devastadores) en hangares fuera de la base Ciudad de México, sin que sea posible recuperarlos. Cuando termine el sexenio –plazo razonable, al menos eso se piensa, para que se levante el castigo- los aparatos ya no servirán ni siquiera para sacar chatarra.
Del tema de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) nos hemos ocupado varias veces y es evidente que no hay la menor intención de transformar su estructura. Los controladores de tránsito aéreo han intentado todo para que las condiciones mejoren pero no parece ser un tema que preocupe a la actual administración (y eso que ya perdimos a un secretario de Gobernación, entre otros personajes de importancia).
Ahora se le ha presentado a la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) un problema que se pudo haber evitado con sólo advertirlo desde antes, y que es el relativo a las licencias de los pilotos aviadores. Desde septiembre de 2009 se publicó una nueva regulación para la revalidación, convalidación u obtención de la licencia de aviador que ya preveía una serie de trámites entre DGAC y la SEP los cuales se han ido empantanando, mientras ambas autoridades se lanzan la bolita mutuamente.
Si bien este es un asunto en el que todos están de acuerdo, pues la profesionalización de la carrera de piloto aviador es sumamente importante para la vida de los pasajeros que transporta, las regulaciones deberían estar acompañadas de una política pública que contribuya a darle a esta profesión un estatus de alta especialización por la complejidad del trabajo que realizan las tripulaciones, de manera tal que el encuadre de sus labores no se subordine al sometimiento o la avaricia de empresarios que no saben dimensionar que el valor agregado está primero en la seguridad y después en el servicio (y hasta el final el color o el diseño del logotipo).
Además, ya entrados en el tema de la nueva regulación, no es posible que se den plazos perentorios si las dependencias públicas carecen del personal, la papelería y la capacidad técnica de cumplir ellas mismas lo que decretan. Hay varios tripulantes (en ejercicio y recién salidos de la escuela) que tienen el grave problema de que su licencia no se puede renovar o no pueden obtenerla. Ojalá que la DGAC se aplique a resolver este asunto, tal como prometió hacerlo la semana pasada pues seguir acumulando agravios no le servirá de mucho a la subsecretaría de Transporte, a menos que esa sea la estrategia…¿será?
Lo oí en 123.45: En una especie de debate, la semana pasada se discutía si las aerolíneas mexicanas deben ser rescatadas y/o avaladas por el gobierno. Desde luego que todo depende para qué: si se trata de subvencionar gastos superfluos, como la imagen y el dispendio, la respuesta es No. Si se tratara de traer más aviones, abrir nuevas rutas, crear mercados y mejorar el servicio, ya sería otra cosa.
raviles_2@prodigy.net.mx
Despegues y Aterrizajes(Rosario Avilés | )
Sumar agravios
Rosario Avilés | Opinión
Martes 8 de Junio, 2010 | Hora de modificación: 01:49
Por alguna razón que alguien haría bien en explicarle a la opinión pública, las dependencias de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en este caso las del transporte aéreo —aunque no son las únicas—, pareciera que se empeñaran en meterse en problemas con diversos actores del ramo, como si estuvieran en un concurso de popularidad al revés. ¿Qué ganarán con ello? No sabemos, pero es evidente que en algún momento las facturas de los agravios desbordarán los archiveros.
El tema de la aerolínea Aviacsa, por ejemplo, se ha enfrentado de forma tan atrabiliaria que uno se pregunta legítimamente qué pecados cometieron los Morales Mega como para que el dedo flamígero del subsecretario Treviño les impida hasta deshacerse de la empresa, poniendo toda clase de candados, pretextos, trámites y papeleos que más parece un afán de tenerlos entrampados que las puras ganas de sacarlos del aire.
Mientras eso pasa, varios de sus aviones están languideciendo de viejos (y sin protección alguna contra contingencias y otros efectos devastadores) en hangares fuera de la base Ciudad de México, sin que sea posible recuperarlos. Cuando termine el sexenio –plazo razonable, al menos eso se piensa, para que se levante el castigo- los aparatos ya no servirán ni siquiera para sacar chatarra.
Del tema de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) nos hemos ocupado varias veces y es evidente que no hay la menor intención de transformar su estructura. Los controladores de tránsito aéreo han intentado todo para que las condiciones mejoren pero no parece ser un tema que preocupe a la actual administración (y eso que ya perdimos a un secretario de Gobernación, entre otros personajes de importancia).
Ahora se le ha presentado a la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) un problema que se pudo haber evitado con sólo advertirlo desde antes, y que es el relativo a las licencias de los pilotos aviadores. Desde septiembre de 2009 se publicó una nueva regulación para la revalidación, convalidación u obtención de la licencia de aviador que ya preveía una serie de trámites entre DGAC y la SEP los cuales se han ido empantanando, mientras ambas autoridades se lanzan la bolita mutuamente.
Si bien este es un asunto en el que todos están de acuerdo, pues la profesionalización de la carrera de piloto aviador es sumamente importante para la vida de los pasajeros que transporta, las regulaciones deberían estar acompañadas de una política pública que contribuya a darle a esta profesión un estatus de alta especialización por la complejidad del trabajo que realizan las tripulaciones, de manera tal que el encuadre de sus labores no se subordine al sometimiento o la avaricia de empresarios que no saben dimensionar que el valor agregado está primero en la seguridad y después en el servicio (y hasta el final el color o el diseño del logotipo).
Además, ya entrados en el tema de la nueva regulación, no es posible que se den plazos perentorios si las dependencias públicas carecen del personal, la papelería y la capacidad técnica de cumplir ellas mismas lo que decretan. Hay varios tripulantes (en ejercicio y recién salidos de la escuela) que tienen el grave problema de que su licencia no se puede renovar o no pueden obtenerla. Ojalá que la DGAC se aplique a resolver este asunto, tal como prometió hacerlo la semana pasada pues seguir acumulando agravios no le servirá de mucho a la subsecretaría de Transporte, a menos que esa sea la estrategia…¿será?
Lo oí en 123.45: En una especie de debate, la semana pasada se discutía si las aerolíneas mexicanas deben ser rescatadas y/o avaladas por el gobierno. Desde luego que todo depende para qué: si se trata de subvencionar gastos superfluos, como la imagen y el dispendio, la respuesta es No. Si se tratara de traer más aviones, abrir nuevas rutas, crear mercados y mejorar el servicio, ya sería otra cosa.
raviles_2@prodigy.net.mx
