10 noviembre 2009

DEL CORREO DEL BLOG

Sé que no todos leerán este mensaje ya que es un poco extenso, pero no quiero dejar de compartirlo con ustedes en el intento de abrir un puente de comunicación en el que todos salgamos ganando, cualquiera que sea el resultado.


Gracias de antemano a quien se tome el tiempo de reflexionar un poco conmigo...



Nos encontramos en una etapa de transformación por demás difícil en donde no solo se ha perdido la confianza y la fuerza en nuestra Asociación, sino nuestro importantísimo sentido de pertenencia. Aunado a esto, la desinformación, la apatía, los reproches, así como rencores añejos justificados en la falta de conocimiento, de discurso y fundamento, han distorsionado los mensajes que se nos han querido enviar como agremiados.


Ante nuestra incapacidad de llegar a acuerdos y ser aliados en la búsqueda del bien común, lo mejor ha sido optar por creernos valientes al agredir, criticar y confundir sin tener argumentos sólidos y, peor aún, sin propuesta alguna. La retórica, los ataques y las descalificaciones personales como parte del “botín electoral” están a la orden del día como si el debilitamiento, la ruptura y la degradación entre las personas fueran más importantes que el fortalecimiento de nuestras estructuras y la solución de nuestros problemas mediante la generación de ideas, el debate, el consenso y la unión.


Y aquí están los resultados, a un día de terminar con la votación electoral para elegir a la 3ª parte de nuestra representación, esa confusión y falta de confianza ha llevado a votar solamente a poco más de mil cien de los más de tres mil sobrecargos de ASSA, es decir, menos de la mitad del total de los agremiados. Y nos guste o no, con mayoría o no, la decisión la tomará el voto que sí haya sido emitido; la abstención como medida de presión lo único que logrará será la continuación del descontento de que se haya elegido, en cualquier caso y tal vez sólo con una ligera ventaja, a quien no queríamos.


En mi opinión, desde el Comité Ejecutivo hasta los agremiados, estamos reaccionando más de lo que estamos actuando.


Como una característica general de vida, los seres humanos tenemos la tendencia de “unirnos colectivamente” para la satisfacción de nuestras necesidades de acuerdo a nuestras ideologías individuales.


Como tal, podemos encontrar en los aviones, en los pasillos, en las salas de reservas o en las sobremesas de las pernoctas, comentarios de si alguna persona (o candidato en éstas fechas) pertenece a tal o cual grupo, lo cuál me parece legítimo aunque no esté de acuerdo con todos los argumentos a los que se recurren.


Nos han domesticado para emitir nuestros juicios de manera subjetiva, basados en dimes y diretes más que en argumentos sólidos, y entonces, parece que ninguno de los más de 3000 sobrecargos agremiados a nuestra ASSA tenemos la capacidad para enfrentar la responsabilidad de un puesto en la representación sindical:


· el que se reelige porque ya estuvo y solo quiere estar bajado de vuelo;

· el que nunca se ha lanzado porque nunca se había lanzado;

· el que ya se ha lanzado porque a fuerza quiere quedar;

· el antiguos porque es antiguo;

· porque se es de Mexicana, Aeroméxico, Travel, Click o Aeromar;

· porque tiene muchos hijos o porque no tiene ninguno;

· porque es fiestero y le gusta “el trago”;

· porque es muy serio y no tiene carácter;

· porque pertenece al grupo de Clavel, Villarreal, Paredes, Lobo, Chuchita, etc…


y así un sinfín de des-calificativos subjetivos que esgrimimos para catalogar a la gente, olvidando por momentos que todos somos sobrecargos y cualquiera de nosotros tiene la misma oportunidad de contender, simplemente decidimos hacerlo o no de acuerdo a nuestros intereses, conocimientos y/o convicciones y que todos, nos interese un puesto de representación sindical o no, somos importantes en la estructura social a la que pertenecemos. La pregunta sería, si la condición de cualquier candidato fuera diferente, por ejemplo, si no perteneciera al "grupo" que nos desagrada pero no tuviera el más mínimo conocimiento en comparación con algún otro de los candidatos, ¿de verdad votaríamos por él/ella?...


A unas horas de cerrar la votación electoral de éste año, tengo plena conciencia de que nada terminará aquí y de que lo que nos falta por enfrentar no será fácil. Nos invito entonces a mirarnos en un espejo antes de juzgar a otros, a reflexionar en torno a la coyuntura que estamos viviendo y a asumir la responsabilidad que conlleva emitir o no una opinión sobre lo que SÍ nos concierne como lo es, en el corto plazo, la elección de nuestros representantes y las acciones que se tomarán en los próximos días, semanas o meses con respecto a nuestra Asociación y nuestras fuentes laborales.


Como siempre, quedo de ustedes para cualquier aclaración o comentario, así, de frente.


Deyanira Vite