14 agosto 2009

DEL CORREO DEL BLOG

CARTA A LOS SOBRECARGOS

En una Asamblea ilegal ................ miembros del Tribunal de Honor y Justicia han cometido el más grande agravio que pueda cometerse por parte de un órgano encargado de aplicar la ley e impartir justicia: mintiendo, falseando actos, creando infundios pero sobre todo, violando la Constitución y los estatutos, montaron una falsa destitución. Saben que su acto no tiene valor jurídico, que mi destitución es improcedente porque se transgredió toda legalidad y que las acusaciones hechas por ellos no se sostienen como verdaderas ni mucho menos como causales de una remoción de cargo.

Procedieron de manera alevosa, falta de ética; conspiraron apoyados de un grupo de sobrecargos desde hace meses creando confusión, saboteando el trabajo sindical, entorpeciendo las negociaciones y difundiendo rumores de todo tipo. Su plan lo diseñaron para hacer el mayor daño en el momento menos propicio para los sobrecargos y lo hicieron alentando la incertidumbre. La desestabilización y la confusión es deliberada y pone una cortina de humo a sus ilegales actos.

Con intimidaciones y transgrediendo toda norma quieren imponer su propia ley, hacer y deshacer sin rendición de cuentas. A través de una aparente combatividad están creando las condiciones para debilitar a la ASSA y postrarla ante las empresas y el gobierno.

Ante su frustrada pretensión de obligarme a abandonar el barco y dejarlo a la deriva, se aprovecharon de la situación: Descontento, crisis, menor poder adquisitivo y mala condición de la aviación y de sus trabajadores fueron aprovechados a favor de sus intereses. Sin embargo, corazón y racionalidad me acompañan para seguir el camino.

Me niego a aceptar que nuestro sindicato y sus dirigentes estemos condenados a que sea el desprestigio y la falta de eficacia en momentos de crisis lo que cause una mayor debilidad; a aceptar que no podemos construir nuestro propio destino, que los sobrecargos siempre terminemos siendo vencidos por nuestras propias debilidades, y más aún, a aceptar que no estemos listos para la decidir y participar y que por ello requerimos de tutelajes.

Estoy consciente que ustedes esperaban más de mí y de todos sus representantes, que están pendientes de mis actos y que me habrán de cuestionar. A todos les digo lo que desde el galley, sala de reserva, aeropuertos y pernoctas les dije antes de tomar el cargo: ASSA somos todos los sobrecargos, no sólo quienes se encuentran al frente. Las decisiones son nuestras, hagamos valer nuestra voz.

Respeto la opinión de los compañeros que se pronunciaron en contra de mi gestión y como lo dije con anterioridad: No es mi deseo representar a quien no quiera ser representado por mí y a pesar de que estamos culturalmente acostumbrados a ver que la gente se aferra a los puestos sindicales, ese no es mi caso.

Sin embargo, es mi deber impugnar la destitución por un motivo fundamental y de principios: Permitir que a través de la ilegalidad se cometan agravios en contra mía, sería dejar en el desamparo a los agremiados. Si el Tribunal de Honor y Justicia puede actuar por encima de la ley y de las garantías de un sobrecargo que ostenta el máximo cargo de representación, ¿qué pueden esperar mis compañeros que no cuentan con el poder y el conocimiento de sus derechos?

Como representante de los sobrecargos asumí la responsabilidad que por elección democrática me confirieron y reitero que no voy a permitir que esto llegue a un sucio fin. Estoy dispuesta a luchar sin descanso por la integridad y la autonomía de nuestro sindicato, voy a demandar la nulidad de la asamblea y sus acuerdos por haber sido ilegal. Cuento con las pruebas y los documentos que avalan esta afirmación, haré todo lo que esté a mi alcance para que impere la legalidad en nuestro gremio.

La verdad es demoledora para quienes levantan infundios, para quienes mienten, para los que usurpan y conspiran. Tarde o temprano ante la verdad enmudecen. Quienes personificaron este acto me descalificaron pero no tienen argumentos sólidos para sostener legalmente sus engaños.

No voy a dejar a la ASSA a su suerte, los sobrecargos y el sindicalismo merecemos un mejor destino. Esta oportunidad de servir, de demostrar que se puede cambiar la forma de conducirnos y de hacer valer la ley no la voy a despreciar, me he hecho en la adversidad y no voy a renunciar a mi derecho a defender mi honor, en lo que creo, a cumplir con mis obligaciones y a ejercer mis derechos.

Con pleno respeto a las decisiones internas, a través de un arbitraje externo la autoridad determinará la legalidad o no de las acciones llevadas acabo por el Tribunal de Honor y Justicia. Me comprometo incondicionalmente a acatar ese fallo. Mientras tanto, es necesario que sepan que la personalidad jurídica que ostento derivada de la Toma de Nota otorgada por una elección de los sobrecargos la sostengo y la pongo a su disposición si con ello se subsana cualquier inconveniente jurídico. Mis compañeros pueden estar seguros de que firmaré todo documento que así me sea solicitado. No permitiré que por errores e ilegalidades se pongan en riesgo las revisiones y procesos legales de los sobrecargos. Si el Tribunal de Honor y Justicia insiste en dejar sujeto a la interpretación de un tercero la personalidad jurídica de la ASSA y la validez de los emplazamientos y conflictos colectivos, que asuma su responsabilidad.

Por ningún motivo voy a ser cómplice de este artero ataque, fui elegida para defender sus intereses y en eso no voy a transigir, no voy a marcar mi vida solapando este funesto acto, no me voy a someterme a los caprichos y a los intereses mezquinos de unos cuantos. Se además, porque así me lo han hecho saber, que cuento con el apoyo de muchos de ustedes para hacer esta defensa.

Se también que en mí está el que ASSA se mantenga firme, que no es mi persona sino mi representación la que debe de sostenerse contra toda intimidación y usurpación. Sostengo mi dicho porque me ampara la legalidad y la honestidad, continuaré trabajando, desde cualquier trinchera con el mismo ahínco en la solución de los problemas y de las demandas de los sobrecargos. El porvenir que deseo para mí, para mis hermanos y mis amigos, que también son sobrecargos, se origina en sostener valores y principios; en responder sin escatimar esfuerzo a los compromisos, en cumplir con las responsabilidades y en asumir costos y riesgos.