22 febrero 2008

LAS NOTAS DE HOY



Según las primeras versiones la aeronave quedó “pulverizada”.

Sigue búsqueda avión con 46 pasajeros perdido en Venezuela


CARACAS.- Hallan avión comercial accidentando en Venezuela. Autoridades señalan que aeronave con 46 personas quedó pulverizada.

El director del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC), general Ramón Piña, dijo a la prensa que un helicóptero avistó los restos del avión estrellado en el páramo andino de Los Conejos, a 6 millas del aeropuerto de la ciudad suroccidental de Mérida.

Piña indicó que aeronaves del sistema de rescate divisaron este viernes el avión siniestrado, y “por la forma del impacto se presume que no hay sobrevivientes'’.

El alto oficial informó que miembros de los equipos de salvamento se trasladaban al lugar del accidente para acordonar el sitio, para que posteriormente la junta investigadora, médicos, patólogos y expertos forenses comiencen los procedimientos para hacer el levantamiento de los restos de la aeronave y de los cuerpos.

El avión turbohélice bimotor ATR 42-300 de fabricación francesa, fue declarado desaparecido el jueves 30 minutos después de despegar del aeropuerto Alberto Carnevalli de la ciudad andina de Mérida con destino a esta capital, informó en un comunicado el INAC.

El director nacional de Protección Civil, general Antonio Rivero, refirió que el único reporte que se tuvo del avión ocurrió al momento de su partida y como en un “tiempo determinado no hubo el registro correspondiente'’ fue declarada como “desaparecida'’.

La aeronave, perteneciente a la línea comercial venezolana Santa Bárbara Airlines, transportaba a 43 pasajeros y tres tripulantes.

Entre los pasajeros estaba el alcalde del municipio merideño de Mucuchíes, Alexander Quintero, junto con su hijo de 11 años; dos jóvenes familiares del viceministro de Seguridad Ciudadana, Tarek El Aissami; y el internacionalista y profesor universitario, Italo Luongo, informó el jueves el gobernador del estado Mérida, Florencio Porras.





Se consolida la industria aérea

No descuidarán los índices de seguridad: DGAC


Aída Ulloa
El Universal
Viernes 22 de febrero de 2008

aida.ulloa@eluniversal.com.mx


El reto de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) para este año será administrar y consolidar el crecimiento de la industria aérea en México, sin disminuir los índices de seguridad, aseguró Gilberto López Meyer, director general de Aeronáutica Civil a EL UNIVERSAL.

Desde su perspectiva, la aviación mexicana pasa por un buen momento, luego de la crisis que se vivió en 2001 con los atentados terroristas a las torres gemelas de Nueva York y los años posteriores en los que toda la aviación mundial perdió “en ese periodo más dinero de lo que había ganado en los 40 años anteriores”.

Desde 2005 (mismo año en el que entraron varias aerolíneas de bajo costo), en México se observa una recuperación del sector.

No obstante, López Meyer advirtió que en procesos de apertura como éste es previsible que algunas aerolíneas desaparezcan y otras se fusionen, debido a la fuerte competencia en el mercado.

“Pero las que sobrevivan lo harán en un entorno muy competitivo, con mucha más eficiencia en su capacidad de producción”, expuso.

López Meyer señaló que para hacer frente a los retos de la industria la DGAC inició un proceso de modernización desde 2007. Se compraron vehículos nuevos para las comandancias, cerca de 300 computadoras, se amplió el ancho de banda para la comunicación entre equipos de cómputo, además del reclutamiento y entrenamiento de más de 200 inspectores. “Quizás este años vamos a invertir en adición a los gastos normales de operación alrededor de 100 millones de pesos más”, detalló el directivo.

Informó que ya trabajan en la aplicación del programa e-licencias o licencias electrónicas, con el cual todas las licencias de pilotos, controladores aéreos, mecánicos y sobrecargos, entre otros, contarán con un chip con toda la información de la persona, un expediente que incluye horas de vuelo, adiestramientos, comportamiento y examen médico.

Por otro lado, reconoció que el Registro Aeronáutico Mexicano (RAM) tiene un problema de obsolescencia importante, por lo cual empezarán a trabajar este año en su actualización.

Las técnicas para la recolección de información todavía son manuales; “hay que sistematizar esto, meter candados de seguridad, tratar de limitar el acceso a los documentos originales, escanearlos y que estén accesibles a través de computadoras. Necesitamos un nuevo espacio, en estas oficinas no estamos en óptimas condiciones; se está trabajando en ese nuevo espacio y el registro aeronáutico va a ser uno de los más beneficiados”, expuso.

Estimó que el programa e-licencias estará concluido a fines de 2008 o principios de 2009, mientras que la actualización del RAM podría tardar dos o tres años.

Otro asunto pendiente para la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) este año es revisar a profundidad la normatividad actual, desde las leyes y reglamentos hasta las normas oficiales mexicanas.

El entrevistado comentó que la Ley de Aviación Civil y la Ley de Aeropuertos se promulgaron en 1995; “parecería que no son muy antiguas, pero la verdad es que la aviación se mueve tan rápido que aunque sean 10 o 12 años ya empezamos a ver algunos síntomas de obsolescencia en nuestra normatividad que hay que revisar”, en particular aquellas que agreguen burocracia y costos en los trámites y que no ofrezcan valor en términos de seguridad aérea.

“Es muy probable que este mismo año propongamos una reforma a algunos artículos de las leyes que nos rigen, pero está por analizarse”, dijo.

Autoridades temen que no hay sobrevivientes de accidente aéreo en Venezuela
"Por la forma del impacto se presume que no hay sobrevivientes", dijo Ramón Viña, del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil de Venezuela.

AFP
Publicado: 22/02/2008 09:05

Caracas. Un avión comercial accidentado el jueves con 46 personas a bordo en los Andes venezolanos fue localizado este viernes y "se presume que no hay sobrevivientes", dijo el general Ramón Viña, del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil de Venezuela.

"Por la forma del impacto se presume que no hay sobrevivientes", dijo Viña, quien explicó que la aeronave se estrelló de frente contra una montaña andina.

El hallazgo fue hecho a seis millas naúticas al noreste del aeropuerto de Mérida, precisó Viña.

"El aparato está prácticamente pulverizado y se impactó de manera directa", dijo a su turno el socorrista Jodi Paz, sargento bombero que avistó desde el aire al aparato.

El bombero también expresó temores de que por las observaciones realizadas "no hay sobrevivientes", según dijo al canal Globovisión.

"Se estrelló a 12 mil pies de altura en contra de una pared de piedra", declaró Paz, quien agregó que la zona montañosa es intricada.

Para llegar hasta el avión siniestrado hay que hacerlo a pie, explicó.

"El aparato fue avistado desde el aire en la zona de El Páramo en la región de El Campanario" de los Andes de Venezuela, confirmó Noel Márquez, director de Protección Civil de la ciudad de Mérida (500 km al suroeste), vía telefónica.

El avión de la empresa venezolana Santa Bárbara es un ATR42 biturbohélice de fabricación franco-italiana y fue construido a finales de los años 80, indicó la compañía.

Además de vuelos locales, esta compañía realiza vuelos internacionales a ocho destinos internacionales, entre otros Madrid, Miami, Aruba y Tenerife, en las islas Canarias.

La cifra aumentó de 4 mil 533 a 4 mil 751 personas, informó el servicio médico

En 2007 el AICM atendió a más pasajeros con problemas de salud que el año anterior
La tensión al volar puede provocar desde males digestivos hasta afecciones cardiacas


Triunfo Elizalde

El estado de tensión que genera un viaje en avión provoca que los pasajeros sufran desde problemas digestivos hasta afecciones cardiacas, por lo que durante 2007 el servicio médico del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) atendió a 4 mil 751 pacientes, 218 más que en 2006, reveló el informe anual de cifras de la terminal aérea.

“Quizá 85 por ciento de quienes se disponen a volar, incluidos los pilotos aviadores y la tripulación, registran algún grado de angustia, aunque las personas que comúnmente atendemos son pasajeros. La mayoría adultos y en especial mujeres”, se informó en el servicio médico, a cargo del galeno Roberto Lona Amaro.

Se dan casos en que las personas afectadas por algún problema cardiovascular son trasladadas a alguna de las ambulancias del aeropuerto, a un servicio de urgencias, en el hospital Balbuena o a una institución privada. “Durante 2007 ocurrieron dos fallecimientos, uno en las salas de espera y el otro en el ambulatorio principal de la Terminal 1. Lamentablemente se trató de ataques al miocardio en los que ya no pudimos hacer nada”, comentó uno de los doctores.

Respecto al número global de pacientes atendidos hubo un aumento entre 2006 y 2007, al crecer las cifras de 22 mil 962 a 24 mil 31 personas, entre uno y otro años. Además de las fallas relacionadas con el corazón, también hubo aumentos en la atención a personas con cuadros traumatológicos, al aumentar de 3 mil 488 a 4 mil 827.

Sin embargo, los cuadros atendidos por problemas digestivos observaron una baja considerable, al disminuir de 6 mil 43 a 4 mil 957 pacientes. En los dos consultorios del servicio médico es normal que se atiendan asuntos relacionados no sólo con los problemas antes mencionados, también hay quienes presentan afecciones respiratorias, neurológicas, ginecológicas, oftalmológicos y de “otro tipo”.

Del total de asistencias (24 mil 31 en 2007), 8 mil 940 fueron a viajeros nacionales, 4 mil 216 en viajes internacionales, y mil 177 a personas que acompañan a pasajeros. Asimismo se atendió a 4 mil 63 trabajadores del aeropuerto y a 5 mil 635 empleados de las empresas que tienen locales de atención al público.

22-Feb-2008
Tiempo de Negocios
Darío Celis

Aviacsa cancela
Aquí hace un mes le informamos que Aviacsa empezaba a mostrar signos de debilidad frente a la feroz competencia. Se lo decíamos a propósito de que su participación de marcado cayó de 16% a 9% y que dejó de volar a Houston y Los Ángeles.


Pues bien, las cosas en la empresa dirigida por Manuel Cung están empeorando: sólo entre el 11 y el 15 de febrero se vio en la necesidad de cancelar 27 vuelos a Guadalajara, 17 a Monterrey, 11 a Cancún, seis a Mérida, cinco a Veracruz, cuatro a Tijuana y Tuxtla Gutiérrez y tres a Puerto Vallarta.


Además, apenas esta semana tanto Mexicana, de Gastón Azcárraga, como Aeroméxico, de Andrés Conesa, le cancelaron los acuerdos de protección de pasajeros, por la misma vulnerabilidad que enfrenta la compañía de Eduardo Morales.

Atrapados en la terminal

Juan Villoro
22 Feb. 08

Como la ópera, la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional Benito Juárez es un espectáculo que aún no ha sido descubierto por el gran público.

El imponente edificio, horadado con círculos como un sueño dálmata, dispone de insólita amplitud. En los pasillos puedes estirar los brazos sin riesgo de colisión, algo extraño en un país donde el "espacio vital" es satisfactorio si la persona de junto no tiene su suela en tu empeine. La falta de hacinamiento hizo que me planteara la pregunta del mexicano que encuentra lugar: "¿será aquí?".

Lo despoblado nos desconcierta. Por alguna razón atávica, sólo nos enteramos de que ya llegamos si nos esperan 15 personas. La Terminal 1 es sede de encuentros tumultuosos y la autoestima del viajero se pone a prueba cuando descubre que los carteles no llevan su nombre.

En una ocasión regresé de viaje en compañía de mi amigo Chacho. Él padece acrofobia, de modo que aprovechó las turbulencias para decir lo peor de sí mismo, preparándose a morir en estado de pureza. Había decepcionado a sus seres queridos. Sin embargo, al llegar al aeropuerto, las personas que supuestamente lo odiaban gritaron: "¡Chacho, Chacho, ra-ra-ra!". Comprendí que la vida gris era la mía.

El aeropuerto sirve para revalidar afectos. Si una voz amiga pregunta "¿tienes quién te recoja?", quiere decir que no estás solo. Los héroes griegos regresan después de más de 20 años y aceptan con estoicismo que sólo un perro los reconozca. Los mexicanos tenemos otra expectativa. Una hora antes del aterrizaje imaginamos que nuestro comité de bienvenida ya está ahí, dedicado a la actividad que una cultura anhelante ideó para sobreponerse a toda espera: comer pepitas.

En los tiempos en que se permitía llevar mariachis, el aeropuerto ponía en práctica lo que en Garibaldi sólo era metáfora. No es lo mismo lamentar ausencias y solicitar regresos que contemplar en tiempo real y al compás del tololoche que la amada se va o el ingrato vuelve.

En el aeropuerto el mariachi murió de éxito: los músicos ya impedían que circularan las maletas. En una ocasión me quedé atrapado entre dos ensambles que expresaban pasiones opuestas. Uno sufría el síndrome de Quetzalcóatl: "En el tren de la ausencia me voy, mi boleto no tiene regreso"; el otro, el del Eterno Retorno: "México lindo y querido, si muero lejos de ti, que digan que estoy dormido y que me traigan aquí". La mezcla producía ese sincretismo tan nuestro que a veces se confunde con una invitación al contrabando: "mi boleto no tiene regreso y que me traigan aquí".

Estoy a favor de la música en el aeropuerto porque hace pensar que el caos tiene sentido. Además, se trata de un recinto que lleva el nombre de Benito Juárez, héroe que fue flautista.

Hace unos días, la Cámara de Diputados decidió que el nombre de Octavio Paz no puede ser escrito en letras de oro en sus muros porque el autor de El ogro filantrópico no contribuyó a la consolidación del Estado mexicano. Me parece lógico que un poeta no apellide una carnicería ni se inscriba en una sede donde los legisladores se avientan botellitas de plástico. En cambio, un prócer nombra lo que sea. Juárez merece un sinfín de reconocimientos. Teatros, escuelas y una ciudad llevan su nombre. Quizá hubiera sido bueno asociar el aeropuerto con un pionero de la aviación mexicana, pero ya que se escogió al Benemérito valdría la pena recordar su principal medio de locomoción. El destino de Juárez se cifró en una carreta. Su agitada Presidencia y la soberanía nacional se salvaron gracias al transporte terrestre.

¿Qué sucede cuando el viajero llega al país de Juárez? La Terminal 2 genera la ilusión de desarrollo de las obras públicas recién inauguradas. Sin embargo, tiene un problema que nadie parece haber tomado en cuenta: a unos pasos comienza la ciudad.

Toda construcción incluye una zona intermedia en la que ya no se está adentro pero todavía no se está afuera. Esa franja es la dimensión desconocida de la Terminal 2. Después de cruzar el océano, el pasajero tiene que hacer una hora de cola para conseguir un taxi. Cada tanto, un operador pide "tres unidades" por walkie-talkie. Como las brujas de Macbeth, los choferes van de tres en tres. Aunque hay vehículos de sobra, no cuentan con espacio para recoger pasajeros y se ven obligados a avanzar con la sufrida lentitud de los proyectos de gobierno. Mientras tanto, los particulares se estacionan en doble y triple fila. Ya sabemos que el civismo no es lo nuestro y que la seguridad se ha vuelto una posibilidad privada. Durante una hora vimos a un surtido de guardaespaldas con pistola al cinto. Unos detenían sus camionetas donde les daba la gana, otros cargaban maletas con afrentosa calma, otro más se dio el lujo de conducir en reversa.

He reservado un efecto sorpresa: llegué en jueves. No era temporada de vacaciones ni había puente que observar. Según me dijo el taxista cuando me desplomé en su asiento, se trataba de un día "flojo". Obviamente se refería a su trabajo, no al de los viajeros, convertidos en paramédicos ante una señora que venía de Madrid y resintió el rito de paso de ingresar al Distrito Federal.

Sospecho que el desastre de salir será peor cuando el resto de la nación descubra la Terminal 2.

El taxista me dijo que la concesión del transporte está por cambiar de manos y por eso le hacen la vida de cuadritos a los actuales conductores. ¿Se trata de una desesperada leyenda urbana? ¿O estamos ante una iniciativa de aclimatación que no se ha comprendido?

El esplendor de la Terminal 2 puede hacer que el turista sospeche que aquí las cosas funcionan. Para corregir esta perversa fantasía, se aplican dosis de realidad. Un camino de expiación conduce al taxi y los pistoleros estacionados en triple fila ofrecen un tip de bienvenida: si acaso logras avanzar, más vale que tomes precauciones.