09 octubre 2007

LAS NOTAS DE HOY

Nombres, nombres y...nombres Alberto Aguilar 09 de octubre de 2007

















EN EFECTO, AUNQUE Rodolfo Elizondo y Gastón Azcárraga mantienen una estrecha amistad desde 1994, el hijo del secretario de Turismo, Rodolfo Elizondo del Palacio comenzó a trabajar en Posadas desde hace 7 años, aunque su desempeño se interrumpió para realizar un MBA en Carolina del Norte, luego de recibirse como economista en el ITAM.


















De ahí colaboró en McKinsey y desde hace año y medio está en Mexicana. Su nueva posición como director de distribución obedece a la cercanía que tiene con Manuel Borja Chico, también ex Posadas.

















En cuanto a las declaraciones de Elizondo a favor de una fusión Aeroméxico-Mexicana el propio funcionario está convencido de que sólo juntas sobrevivirán, aunque reconoce que mejor debió reservarse su punto de vista.

















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Empresa Alberto Barranco 09 de octubre de 2007

















Aunque reconoce su “estrecha amistad” con Gastón Azcárraga Andrade, el dueño de Mexicana de Aviación, el secretario de Turismo, Rodolfo Elizondo Torres, argumenta que no fue gracias a ella que se le otorgó a su hijo, Rodolfo Elizondo del Palacio, el puesto de subdirector de Distribución de la Dirección Comercial de la línea área, por más que el puesto fue diseñado para él. Su salario, sostiene el funcionario, no es de 125 mil pesos mensuales.












Elizondo del Palacio trabajó en el grupo hotelero Posadas del propio Azcárraga Andrade al terminar su carrera como economista en el ITAM, partiendo de ahí a realizar un doctorado en Estados Unidos, a cuyo regreso fue llamado otra vez a la compañía, ahora bajo los colores de Mexicana.

















El caso es que el titular de Turismo, aunque reconoce que “a lo mejor no debió opinar”, sostiene que la mejor opción para Aeroméxico es aceptar la oferta de Mexicana para evitar que se dé un futuro rescate con cargo al gobierno. Si no se la dan, dice, “se van a acordar de mí” cuando llegue el rescate.

















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México SA
Carlos Fernández-Vega
cfvmx@yahoo.com.mx
Mexicana no es tan mal negocio
Rescates y reprivatizaciones, historia repetida para beneficiar a los mismos
















Un consorcio en inminente quiebra difícilmente obtendría un crédito (máxime si es multimillonario y en dólares) para adquirir una tercera empresa, pero Mexicana de Aviación –la de la “inminente quiebra”, según su reiterativo presidente Gastón Azcárraga– hizo el milagro de conseguir un financiamiento con el Banco Credit Suisse, el cual, junto con “recursos propios”, permitió a esa aerolínea reunir los 200 millones de dólares para garantizar su oferta en la supuesta puja por Aeroméxico.












Doble prodigio concatenado el de Mexicana de Aviación y su presidente Gastón Azcárraga, porque no sólo obtuvo la autorización de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores para participar oficialmente en la reprivatización de Aeroméxico, sino que en medio de la precariedad financiera por él mismo reiteradamente denunciada, la primera de las aerolíneas citadas amarró un crédito para adquirir las segunda, amén de romper el cochinito para completar el gasto que ello implicaría, o lo que es lo mismo 200 millones de dólares.



















De la nada comenzaron a brotar postores por la septuagenaria línea aérea nacional (1934, contra 1921 de Mexicana de Aviación, ambas “rescatadas” por el erario y reprivatizadas en un sinnúmero de ocasiones), luego de que Alberto y Moisés Saba, padre e hijo, ofrecieran en la tercera semana de agosto pasado y sin que nadie lo pidiera, alrededor de 98 millones de dólares por Aeroméxico, menos de la mitad del valor que en ese momento reportaba dicha empresa en el mercado bursátil.















Siguieron las ofertas de Citigroup-Banamex y un grupo de accionistas de esta última institución bancaria antes de su extranjerización, con el ex presidente del Consejo Coordinador Empresarial como vocero, y la de Gastón Azcárraga, en nombre de Mexicana de Aviación.

















Lo cierto es que cualquiera sea la selección del gobierno federal, vía IPAB, de esas tres ofertas en esta nueva reprivatización de Aeroméxico (tras 12 años de “rescate” con fondos públicos), de una u otra suerte la aerolínea regresaría a las mismas manos empresariales que en 1994 la reventaron financieramente y que “obligaron” a la administración zedillista a estatizarla en 1995 (vía Fobaproa), es decir, el mismo camino que, en 2005, siguieron con Mexicana de Aviación.




















En octubre de 1988, tras la quiebra inducida por el propio gobierno de Miguel de la Madrid en abril de ese año, Aeroméxico (“rescatada” por el erario en 1982) se vendió al capital privado y se creó la empresa Aerovías de México.



















Entre sus nuevos accionistas aparecían Gerardo de Prevoisin, Pedro Cerisola (entonces oficialmente empleado de Carlos Slim), Carlos Abedrop Dávila (ex presidente de los banqueros), Enrique Robinson Tours (Bachoco), Bancomer (aún propiedad del Estado) y, en una pequeña proporción, el sindicato de pilotos de la supuestamente extinta aerolínea.



















En la tienda de enfrente y casi un año después (agosto de 1989), Mexicana de Aviación fue reprivatizada (tras su “rescate” público en 1982), y entre los accionistas visibles se contaban Pablo e Israel Brener, Carlos Abedrop Dávila (el mismo de Aeroméxico), Chase Manhattan Bank, Isaac Becker, James Goldsmith, la familia Saba y Eduardo Sacal, quienes crearon una “nueva” empresa conocida como Corporación Mexicana de Aviación.



















Para esa reprivatización se aplicó el único manual que conocen: la “reformulación” de las relaciones laborales; la revisión “a fondo” de los contratos colectivos; la cancelación de conquistas sindicales; reducción de costos de operación y recorte de personal, es decir, lo mismo que hacen ahora en la nueva reprivatización.










Con el tiempo dieron la cara otros accionistas. Por ejemplo, en Aeroméxico (la “nueva Aerovías de México) aparecieron los hermanos Azcárraga Andrade (Gastón, Enrique y Pablo), los mismos que en 1994-95 doblaron las manos, con la empresa quebrada, y buscaron y obtuvieron el “rescate” del Fobaproa para la aerolínea, o lo que es igual, los mismos que 12 años después, en 2007, van en pos, junto con otros accionistas de Mexicana de Aviación, de la misma Aeroméxico que reventaron a mediados de la década pasada.










En el caso de Mexicana de Aviación la historia es idéntica. A mediados de los 90 Enrique Azcárraga Andrade presidía el consejo de administración de esta aerolínea, reprivatizada sólo cinco años atrás. Sus hermanos formaban parte de dicho consejo, y llegado el momento movieron sus resortes para que el generoso manto protector del Fobaproa los cubriera.

















Una década después, en diciembre de 2005, el gobierno federal, vía IPAB, reprivatizó Mexicana de Aviación, y la cara visible de los nuevos propietarios no fue otra que la de Gastón Azcárraga Andrade, quien en 2007, junto con sus hermanos y otros inversionistas, pretende adquirir Aeroméxico, no obstante su permanente queja de que la línea aérea que ahora preside “corre el riesgo de quebrar”.










Junto a los hermanos Azcárraga Andrade se registran, mezclados en una u otra puja por las aerolíneas, nombres y apellidos que antes (1994-1995) y ahora (2005-2007) aparecen como accionistas, entonces, o postores hoy, en pos del Fobaproa o de la recompra de las empresas, según lo amerite la ocasión, que al final de cuentas todo lo permite el gobierno federal.


















Aeroméxico y Mexicana, juntas pero no revueltas
Por: Marco A. Mares
Opinión
Martes 9 de Octubre de 2007 Hora de publicación: 01:04




















Si Gastón Azcárraga ganara la subasta para comprar Aeroméxico, convertiría a ésta y a Mexicana de Aviación en dos aerolíneas especializadas en distintos nichos de mercado.
















Es decir, las aerolíneas que constituirían un nuevo grupo de aviación en México sería gestionadas como marcas separadas, con enfoque y objetivos específicos.



















Para Gastón Azcárraga la única forma de garantizar la viabilidad económica de las aerolíneas troncales es por medio de la redistribución de la capacidad en el mercado, la distribución eficiente de las flotas a través de su red de destinos y la implementación de una estructura de costos competitiva.
















Para ello, el equipo directivo de Grupo Mexicana ha desarrollado una estrategia detallada para llevar a cabo dicha consolidación, en la que se contempla la especialización de cada una de las aerolíneas que operará el nuevo grupo en distintos nichos de mercado, la reorganización de la flota conjunta de la manera más eficiente y la aplicación de las mejores prácticas para la reducción de costos.















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Pedían explicación sobre ofertas de compra de la aerolínea El Senado citará a director de Aeroméxico Los otros dos interesados en obtener Aeroméxico son Moisés Saba Masri, Alberto Saba Raffoul, quienes ofrecieron poco más de 160 millones de dólares.



9-Octubre-07

La Comisión de Comunicaciones y Transportes del Senado citará al presidente del consejo de administración de Consorcio Aeroméxico, Andrés Conesa, a una reunión para que les explique cuál de los oferentes interesados en comprar el consorcio representa la mejor alternativa para esa compañía aérea.
En el caso del Grupo Mexicana, que la semana pasada presentó una oferta por 200 millones de dólares, el presidente de la comisión, Ángel Aguirre, indicó: “nosotros de entrada, con Grupo Posadas, creemos que se debe de evitar el monopolio, dado que son los dueños de Grupo Mexicana”.
Conesa, quien podría ser citado el martes o miércoles de la próxima semana, deberá explicar a los senadores los “pro y contras” para los pasajeros de la oferta de la aerolínea por su máxima competidora.Los otros dos interesados en obtener Aeroméxico son Moisés Saba Masri, Alberto Saba Raffoul, quienes ofrecieron poco más de 160 millones de dólares, y Banamex con 14 empresarios mexicanos, quienes proponen la misma cantidad.
Según Aguirre, el presidente de la Comisión Federal de Competencia, Eduardo Pérez Motta, aseguró que no conviene aceptar la propuesta de Mexicana; “pero también queremos saber de las otras”, dijo el legislador.Una de las preocupaciones del legislador es que tanto los Saba como la institución bancaria están a la espera de la respuesta que la CFC dará sobre Mexicana, para que, en caso de ser negativa, paguen menos de 200 millones de dólares.
Al final de una reunión con el director de Aeropuertos y Servicios Auxiliares, Ernesto Velasco, el senador habló de la necesidad de realizar una evaluación certera del valor real de la empresa, porque consideró que las aerolíneas en venta valen más de 200 millones de dólares.



México/Marisela López
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09-Oct-2007
Personajes de renombre
David Páramo
Analizando las ofertas


Con mayor o menor intensidad, dos de los tres grupos que buscan el control de Aeroméxico están tratando de establecer atributos que no tienen nada que ver con un proceso de subasta pública o que, en el mejor de los casos, no son determinantes.

Moisés Saba y los suyos han optado por un bajo perfil. Realizaron su oferta inicial, el cabeza del grupo hizo algunos comentarios que cayeron muy mal entre sus detractores y a partir de ahí decidió que sus ofertas hablaran por su interés por el control de la línea aérea.

El grupo de accionistas en torno a Banamex, representados por José Luis Barraza, ha destacado como sus principales atributos la calidad de los 15 inversionistas que lo integran, así como sus trayectorias empresariales y las compañías de las que son socios.
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